Callejón felicita a Higuaín tras un gol
Callejón felicita a Higuaín tras un gol - AFP
Serie A

Nápoles no echa de menos a Benítez

Se proclama campeón de invierno gracias a la puntería de Higuaín y a Maurizio Sarri, un entrenador «low cost»

Corresponsal en Roma Actualizado: Guardar
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La ciudad de Nápoles desborda entusiasmo: su equipo se proclamó campeón de invierno el pasado fin de semana y todos sueñan ya con el «scudettto», imaginándose con revivir la gloriosa época de los tiempos de Diego Armando Maradona. Nadie se acuerda ya de Rafa Benítez. Ahora todos los ojos se centran en su sucesor, el napolitano Maurizio Sarri, 57 años, y en Gonzalo Higuaín, el mejor marcador del campeonato, con 18 goles.

El título de campeón de invierno puede significar poco o nada, pero los napolitanos recuerdan que la última vez que el Nápoles acabó líder tras la primera vuelta fue en la temporada 1989-90, con Maradona como líder, y en esa temporada el equipo albiceleste ganó su segundo «scudetto».

También fue Maradona el que condujo al Nápoles a la victoria de su primer campeonato, en la temporada 1986-87. 'El Pelusa' ya ha prometido que si el Nápoles gana nuevamente el título, regresará a la capital de la región de Campania: «Cojo un helicóptero y voy a celebrarlo allí como un hincha más».

Medio milagro

Los napolitanos se sienten muy orgullosos del título de campeón de invierno y consideran que el secreto del éxito se basa en dos pilares: el entrenador Sarri y Gonzalo Higuaín. La gran sorpresa del campeonato es Sarri, porque se ha convertido en el primero de la clase y ahora es considerado una especie de Arrigo Sacchi, el exentrenador y exseleccionador nacional que creó escuela.

Hasta llegar al Nápoles solo había entrenado a equipos muy de segunda fila, destacando entre ellos el Empoli, al que ascendió a la serie A en la temporada 2013-14. Maurizio Sarri es un maestro «low cost»: está entre los que menos gana de la serie A. Firmó un contrato para una sola temporada, con opción a una segunda, por 700.000 euros, la quinta parte de Rafael Benítez, quien percibía 3,5 millones de euros.

Ni él ni el presidente del Nápoles, Aurelio De Laurentis, soñaban al inicio del campeonato en llegar a lo más alto: entre las numerosas cláusulas del contrato del técnico no se incluyó el premio «scudetto», sino un genérico bono ligado a un puesto en la Champions (de 500.000 euros) y Europa League (350.000).

Ahora, cuando se está cumpliendo un medio milagro, Sarri permanece prudente y con los pies en el suelo: «El título de invierno es solo una meta platónica; los maratones no se ganan nunca a mitad de la carrera, es necesario llegar al final delante de todos», afirma Sarri.

El segundo secreto del Nápoles está en Gonzalo Higuaín, quien a sus 28 años ha reencontrado la forma física y plena madurez. Los medios napolitanos dicen además que la clave de que Higuaín se haya convertido hoy en el delantero más valorado del calcio está en la labor del técnico Sarri y, además, en que ha encontrado un nuevo amor: dicen que, gracias a una argentina, el Pipita comenzó una nueva vida y está feliz, sereno y enamorado. Sarri le ha pronosticado un futuro de «Balón de Oro».

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