Fútbol

El Mundial de Rusia, en jaque por los ultras

A cuatro meses del inicio del torneo, la batalla protagonizada en Bilbao con radicales del Spartak dispara el temor sobre la seguridad en la cita rusa

Aficionados ultras durante un partido

Rafael M. Mañueco

La brutal pelea protagonizada el jueves por ultras del Spartak y radicales del Athletic en los alrededores de San Mamés antes del duelo de la Europa League ha desatado la alarma internacional a solo cuatro meses del comienzo de la Copa del Mundo de Rusia , un campeonato en el que, además de las mejores selecciones, coincidirán las aficiones más peligrosas del planeta fútbol. Las imágenes de líderes ultras rusos durante una reciente reunión en Buenos Aires con jefes de las barras bravas argentinas, dos hinchadas que tienen como enemigo común a los hooligans ingleses, han aumentado el temor de que el Mundial puede convertirse en un campo de batalla para los violentos.

Es verdad que la presión de las autoridades a los clubes ha sido enorme para que controlen a sus aficionados y eviten altercados, tanto dentro como fuera del país, que puedan poner en cuestión la reputación organizativa de Rusia ante el Mundial 2018 ( Así serán los grupos ). Pero no menos cierto es también que determinados sectores de aficionados, del Spartak especialmente, acumulan un deplorable historial de incidentes, algunos extremadamente graves. El de Bilbao fue el último capítulo de un libro escrito sobre todo lejos de sus fronteras.

La hinchada del Spartak ya jugó un papel estelar en las gravísimas trifulcas que ensombrecieron la Eurocopa 2016 con un muerto, decenas de heridos y cuantiosos daños materiales. Fue entonces cuando la UEFA alertó de que los forofos de los equipos rusos se encaminan por la senda de los hooligans británicos, a los que intentan arrebatar el cartel que les ha acompañado durante décadas de ser considerada «la afición más temida» a nivel mundial. [ Los incidentes en la Eurocopa de 2016 ]

Los ultras rusos, máquinas de pegar entrenadas en gimnasios y curtidas en peleas organizadas en bosques , buscan arrebatar a los ingleses el trono del miedo y las imágenes protagonizadas el jueves en Bilbao disparan el temor a que el Mundial 2018 pueda multiplicar los enfrentamientos entre aficionados de diferentes países.

En Rusia, la visión se aleja de este alarmismo. Varios aficionados y medios de comunicación que acompañaron al conjunto moscovita en Bilbao denunciaron ayer los intentos de «demonizar sin fundamento» a la hinchada del equipo ruso y aseguraron que los iniciadores de los altercados en San Mamés fueron hinchas del Athletic, sobre todo «radicales de extrema izquierda» .

La mala fama de los ultras del Spartak no es nueva. Vladímir Kozlov , un estudioso de los vándalos deportivos en Rusia, los señala en un libro como los más agresivos, sobre todo los que forman parte de la escisión habida en 1996, los Gladiator Firm , algunos de los cuales estuvieron presentes en Bilbao. En la Eurocopa de 2016, ellos fueron los protagonistas e instigadores de los desórdenes el día del partido entre las selecciones de Rusia e Inglaterra en Marsella, el 11 de junio del mencionado año.

Enlace con barras bravas

Los enfrentamientos entre ultras rusos e ingleses se saldaron con 40 heridos y la UEFA multó a la Federación de Fútbol de Rusia y amenazó con expulsarla de la Eurocopa si se repetían los tumultos. Pese a ello, los gamberros fueron jaleados por el diputado de la Duma, el ultraderechista Ígor Lébedev .

Aunque en Rusia existe una estricta ley, adoptada en 2012, contra la violencia deportiva que puede acarrear a los alborotadores hasta siete años de prisión, los incidentes en su territorio y las peleas entre ultras, algunas pactadas y otras espontáneas, son habituales. Los desórdenes dentro de los estadios, con lanzamiento de bengalas, petardos u otros objetos peligrosos hacia los jugadores, además del despliegue de pancartas provocadoras , también figura en el historial de numerosas hinchadas rusas. Algunos de sus líderes viajaron recientemente a Argentina para ofrecer a los «capos» de las barras bravas cobertura en el transporte, alojamiento y asesoramiento legal duante el Mundial. Un encuentro que ha aumentado el temor a una posible alianza para acabar definitivamente con el reinado de los ingleses

En el caso de los ultras de los equipos de fútbol rusos, llama la atención la facilidad que tienen para conseguir visados en un país donde la burocracía resulta complicada y cara. A los líderes de algunos grupos violentos incluso se les ha visto viajar en el avión oficial de sus equipos.

La FIFA , que lamentó ayer «profundamente» la muerte del ertzaintza por un infarto durante los incidentes previos al Athletic-Spartak, mostró su «condena ante cualquier tipo de violencia», pero lanzó un mensaje de tranquilidad ante el Mundial. «En la seguridad, tenemos una confianza plena en las autoridades rusas y en el comité organizador local», explicó este organismo a través de un comunicado. «Como se comprobó en la Copa Confederaciones del año pasado, Rusia ya ha adoptado los estándares más altos de seguridad para afrontar las necesidades específicas de un acontecimiento deportivo de tal magnitud», añadió.

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