Cádiz CF

Subir o bajar, esa es la cuestión

El Cádiz busca establecerse en Segunda División tras dos décadas complicadas

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Diego Tristan pide perdón tras el descenso de junio de 2010 .
Diego Tristan pide perdón tras el descenso de junio de 2010 .

Ha llovido mucho desde la última vez que el Cádiz CF estuvo más de dos temporadas consecutivas en Segunda División. Desde el segundo ascenso a Primera, el de Elche, en 1981, la entidad amarilla no permanece más de dos años seguidos en la categoría de plata del fútbol español. Desde entonces, seis veces ha pasado el Cádiz por Segunda, y nunca se ha quedado más de dos años de corrido en una categoría que hasta entonces, ese año 1981, era la habitual para el conjunto de la capital gaditana. De esas seis veces que el Cádiz pasó por Segunda, en tres ocasiones acabó ascendiendo a Primera (1983, 1985 y 2005) y en otras tres descendiendo a Segunda B (1994, 2008 y 2010).

Casualidad, o no, el caso es el que el Cádiz CF afronta un año importantísimo en la Liga 1,2,3 con el claro objetivo de establecerse en la categoría, algo que no hace desde hace más de 35 años. Desde que ascendió a Segunda en la temporada 1954/55 con Diego Villalonga al frente, hasta la citada temporada 1980/81, el Cádiz permaneció 24 años en Segunda, uno en Tercera (la actual Segunda B) y una en Primera División, la primera (1977/78). Esa estabilidad hizo posible la mejor época histórica del equipo amarillo, con diez temporadas de doce en Primera (entre 1981 y 1993).

Sin embargo, desde ese descenso en 1993, el equipo ha transitado por una época muy complicada. Hasta el último ascenso en 2016, ha pasado 16 temporadas en Segunda B, cinco en Segunda y una en Primera. El contrastre es brutal. Más de veinte temporadas consecutivas en Segunda, con un equipo asentado, desembocaron en ocho años consecutivos en Primera. Sin embargo, más fuerte fue la caída. El descenso de Primera a Segunda B en dos años dejó como castigo nueve temporadas en el pozo de bronce, toda una pesadilla.

Por eso, el objetivo del equipo amarillo no debe ser este año ni jugar los playoff ni evitar el descenso, sino establecerse en una categoría de la que fue el rey absoluto durante varias décadas entre los cincuenta y los ochenta y por la que últimamente no parece tener demasiado aprecio, vistas las prisas constantes por abandonarla.

El hecho de que el Cádiz haya estado a punto de ascender a Primera esta temporada podría resultar peligroso. Equipos como el Nàstic, que el año anterior había estado a punto de subir, y esta temporada ha sudado tinta china para salvarse, dejan a las claras que el conjuto de Álvaro Cervera debe afrontar esta nueva campaña con mucho respeto, más si cabe incluso que a la anterior. Aunque el ascenso a Primera sea el sueño, la realidad debe ser establecerse en Segunda como entidad, tanto a nivel deportivo como institucional, para afrontar con garantías el futuro.

El ascenso que lo cambió todo

Si hay una fecha que ningún cadista olvidará, aunque no la haya vivido, es el 24 de mayo de 1981. Aquel día, contra todo pronóstico, el Cádiz asaltó el nuevo y flamante Martínez Valero de Elche y, ante un ambiente hostil, consiguió su segundo ascenso a Primera División. Nadie esperaba que los de Milosevic dieran la campanada. Necesitaban la victoria ante un Elche al que le valía el empate para ascender. Y la consiguieron. Un equipo formado por una gran mayoría de canteranos (algo imposible hoy día) obtuvo un ascenso épico que iniciaba la época más gloriosa de la historia del club. El Cádiz no volvió a ser el mismo desde aquellos goles de Choquet y Mejías. De una época estable, a ratos monótona en Segunda, se pasó a la época moderna del club, la del submarino, la de los ascensos y descensos, la de las alegrías enPrimera y los desencantos en Segunda B. Queda lejos la estabilidad de Segunda. Muy lejos.

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