Cádiz CF

Perera, la discreción hecha técnico

El segundo de abordo de Cervera se ha convertido en actor principal durante este mes y aun así sigue pasando desapercibido

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Roberto Perera, segundo técnico
Roberto Perera, segundo técnico

Cuando mediada la tarde del 11 de diciembre Álvaro Cervera era expulsado en el Nuevo Arcángel de Córdoba, muchos focos comenzaron a apuntarle. De repente, de golpe y porrazo, toda su discreción saltaba por los aires muy a su pesar. Le tocaba saltar a la arena, abandonar la sombra y colocarse en primera línea de combate. Se estrenó a lo grande. Con una remontada ante el conjunto cordobesista mientras su ‘primero’ disfrutaba de la victoria de su equipo desde el palco de autoridades del estadio del conjunto blanquiverde.

Roberto Perera es un completo desconocido para la afición cadista.Y a buen seguro que lo seguirá siendo porque así lo dicta su carácter. Reservado, discreto, educado. A bote pronto, así lo definen desde su tierra, Santa Cruz de Tenerife.

Fue allí donde Perera intentó hacer sus pinitos en el fútbol, pero nunca pasó de categorías regionales. Pero claro que disfrutó del fútbol, aunque fuese en la Preferente y defendiendo la portería de un histórico de la Isla como el Real Unión.

Su buen talante, su transparencia y su seriedad en el trabajo le hicieron ganarse el cariño y el respeto de todo el gremio futbolístico de su ciudad. Quizás por eso el CD Tenerife se fijó en él para ponerlo a trabajar como preparador de porteros de la cantera. Y allí, desde la mina, comenzó a brillar gracias a su tesón, su trabajo y su implicación en todo lo referente al trabajo en equipo. Porque así es Roberto Perera, el hombre que desde hace dos jornadas y media lleva la voz cantante en el banquillo del Cádiz CF.

Desde aquel partido en Córdoba, Perera es la cara del Cádiz CF en el banquillo. A él es el primero que le deben llegar las órdenes que da Cervera desde el ‘walkie’ y él es el encargado de hacerlas llegar a los jugadores. Su jefe puede estar tranquilo. De hecho, lo está tal y como ya dijo cuando fue preguntado hace un mes.

Así lo ve Cervera

Cervera sonrió y hasta soltó una carcajada en la primera rueda de prensa en la que se le preguntó por el carácter de su ayudante. «¿Qué cómo es Roberto? Ja ja ja...», respondió en primera instancia sin apenas soltar prenda de un subordinado del que se le llena la boca cuando le toca hablar de él. Por algo lo hizo llamar para que le acompañase en esta aventura en Cádiz.

Presionado, Cervera terminó diciendo que Perera estaba «preocupado» de cara a su debut como ‘primer’ entrenador en el encuentro ante el Sevilla Atlético, donde todo volvió a salir redondo. Cervera dijo más de su segundo de abordo. «Roberto tiene buena relación con el vestuario, mejor de la que tengo yo. Él sabe lo que me gusta, llevamos mucho tiempo juntos. Es un tío de vestuario, es el que conecta con los jugadores. Cuando hay que dar la información del entrenador él es encargado con sus métodos, charlas y vídeos». Y tanto que lo hace. Ese aspecto del trabajo lo maneja a la perfección porque Perera «es estudioso, muy meteculoso y no deja nada a la improvisación», comenta gente que lo conoce bien desde Tenerife.

Precisamente, fue en el Tenerife donde Cervera lo hizo su ayudante. El primer equipo se había quedado sin ‘segundo’ entrenador tras la marcha de Toño Hernández y Cervera no lo dudó dos veces e hizo ascender a Perera. Las cualidades que ve Cervera en él son varias, pero sin duda destacan la seriedad, la fidelidad y la discreción.

«Es un buen tipo, muy legal y fiel a su entrenador. También es serio y discreto y con Cervera congenió desde el primer momento», apuntan desde la Isla. En cuanto a su relación con los futbolistas, «no es el típico ‘segundo’ que se va de cañas con los jugadores aunque sí que los trata muy bien pero diferenciando en todo momento el sitio que ocupa cada uno. Es un gran profesional y un trabajador como la copa de un pino. Su mejor virtud es la discreción. Eso, y que es un currante nato», aseguran desde su ciudad natal.

A Perera le quedan dos partidos por delante (Valladolid y Almería en Carranza) para seguir comunicándose con su jefe mediante el móvil. Por su parte, Cervera sabe que puede confiar plenamente en un técnico que en todo momento sabe qué es lo que le gusta al que manda. La conexión entre ambos, más allá de la cobertura de un teléfono, es perfecta. La simbiosis no puede ser mejor y eso el equipo lo nota.

Y si con el entrenador la relación es de lo más fluida y confiada, parecida es la que tiene con los jugadores y demás componentes del cuerpo técnico. Porque Perera es todo amabilidad. Así lo ven desde El Rosal. "El tío es un máquina, es el típico buenazo que todos los días saluda súper animado y sonriente. La gente está muy contento con él porque se mete solo en su trabajo y cuando ayuda lo dice de muy buenas maneras. Es excepcional", cuenta un miembro del vestuario amarillo.

Trabajar con gente como Perera hace mucho para que en el grupo reine el buen ambiente y la camaradería. No es la alegría de la fiesta ni mucho menos, pero ofrece con su talante un clima perfecto para la armonía. Según quienes lo ven trabajar, Perera es el primero que llega al El Rosal para prepararlo todo.

Aseguran que es una persona "intachable", tanto en el plano personal como laboral. Pese a no haber llegado a la elite como futbolista, sorprende "lo que controla su trabajo". De hecho, Perera se encarga de hacer informes, ver vídeos del rival y repasar los errores cometidos. No solo eso, también es el encargado de transmitir las ideas de Cervera a los jugadores en determinados momentos.

La discreción de Perera no está reñida para nada con el saber estar. "Es súper agradable. No es nada protagonista y siempre está cediendo las medallas a los demás cuando algo ha salido bien y él es parte importante de que eso haya salido bien", comenta un empleado. Que remata diciendo que "muy humilde. Llegará lejos".

Una de las mejores virtudes de Perera es su fidelidad, pero no se equivoquen, no está solo para poner conos y ayudar en el engranaje de un entrenamiento. No es un ayudante florero. Nada de eso. De hecho, no tiene inconveniente alguno en decirle a Cervera lo que piensa a sabiendas de que solo confía en él. Porque la mano izquierda que tiene el tinerfeño la emplea a las mil maravillas para conectar con el jefe. Sabe como tratarlo en momentos más o menos tensos y Cervera asume que lo tiene, entre otras cosas, para hacerle ver cosas que se le pueden escapar desde primera línea.

Si grandes recuerdos como persona y profesional ha dejado en Tenerife, la misma siembra está realizando en Cádiz. Y si contento está Cervera en esta tierra, encantado se le nota que está a su ayudante. "Está flipando como se vive el fútbol aquí. Le encanta Cádiz". Así es Roberto Perera, el elegido por Cervera para apoyarse. Le quedan dos semanas apuntándole los focos.

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