Cádiz CF

De la euforia a la decepción en 90 minutos

Muchos viejos conocidos del Cádiz CF en el palco de Carranza

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Manolo Vizcaíno y Quique Pina, en una imagen de archivo.
Manolo Vizcaíno y Quique Pina, en una imagen de archivo.

El presidente del Cádiz CF, Manuel Vizcaíno, es un ganador nato. Y pasa de supersticiones. Escucha a todo el mundo pero él es un tío ‘echao pa’lante’. Cree en lo que hace y por eso lo hace. Y por eso se empeñó en hacer una fiesta antes de la que debía ser la gran fiesta, la verdadera. Pero en Cádiz hay mucho ‘sangangui’ debe saberlo, anotarlo, al menos. Por supuesto que nadie lo culpa. Pero lo de Andy y Lucas, el coro de Nandi… Eran muchas cosas como para que todo hubiese salido bien. Quienes han crecido en Carranza ya se olían algo mientras se cantaba el himno del centenario. Pero, qué diablos. Quien no se emocionase, si siente ni padece.

«Yo lo he hecho muchas veces y me ha salido bien. Lo que pasa es que cuando se pierde siempre se busca un porqué, pero yo no creo en mal fario ni supersticiones, ni cosas raras. El ambiente creado era el que se merecía el partido», respondía el presidente del Cádiz CF sin dar mayor importancia al tema.

El presidente del Cádiz CF fue de los primeros en abandonar el palco de autoridades. Sabía que la tropa necesitaba cuando antes mensajes de ánimo y de esperanzas. Y por eso bajó a los vestuarios tras despedirse de muchos de sus invitados. Ya con la prensa, Vizcaíno dio un mensaje tranquilizador a una afición tocada pero no hundida. «Yo al equipo lo veo igual que antes de empezar el partido. Le hemos plantado cara a un equipazo. Ahora hay que pensar que la cara que hemos dado durante la temporada es la que vamos a seguir dando», dijo en una breve intervención con los medios de comunicación.

El partido no se lo quiso perder nadie. Desde los periodistas de As, con su director Alfredo Relaño a la cabeza, hasta antiguos consejeros del Cádiz CFcomo Michael Robinson. También se dejaron ver leyendas del cadismo como Pepe Mejías y exjugadores como Alejandro Varela, Enrique Ortiz y Oli, que pese a su oviedismo confeso es declarado ‘non grata’ en la afición carbayona tras denunciar al club por impagos.

Por supuesto estuvo el presidente de honor y expresidente de la entidad, Juan José Pina, que, abatido, declinó hacer declaraciones a la prensa. Con él estuvo su hijo y presidente del Granada, Quique Pina. También estuvieron los hermanos Juan Carlos, Pedro y Jorge Cordero, directores deportivos de Granada, Córdoba y Cádiz.

Rostros cariacontecidos tenían todos los directivos actuales del Cádiz. Como Pepe Mata, ayudante de marketing del club que tampoco quiso hacer declaraciones tras el palo que acababa de recibir el cadismo.

Sí mantuvo el tipo Jorge Cobo, vicepresidente del Cádiz y mano derecha de Vizcaíno. «No pasa nada», dijo sin creerse muchos sus propias palabras, pero insistía en ser optimista. «Hay que seguir pensando en la eliminatoria porque tenemos dos rondas que seguir pasando para ascender. Nos puede tocar el Hércules o el Guadalajara, pero tenemos que pensar que las estadísticas nos dan la razón porque casi siempre suben los primeros de grupo. Por eso queríamos quedar campeones y ahora hay que aprovecharlo».

Luis Sánchez Grimaldi compartí el mismo discurso que debe repetir la entidad de aquí en adelante. «Lo bueno de quedar primero es que seguimos en la brecha. Hay que dar carpetazo a lo que ha pasado y pensar desde ya en la próxima eliminatoria». Eso sí, el directivo cree que «igual que le pesó la tensión a ellos en la ida, a nuestro equipo, y me incluyo, también nos ha podido pasar factura tanta tensión. Tenemos que aprovechar lo que nos queda y seguir pensando en positivo», apostilló el directivo gaditano.

Además de Pina y directivos del Sevilla a quienes les une una estrecha relación con Manuel Vizcaíno, también se dejó ver por Carranza el entrenador con el que el Cádiz CF consiguió su último ascenso, Javi Gracia, que no paró de repartir abrazos y prometió intentar regresar para ver el ascenso del equipo en el estadio gaditano. Estuvo con él, el director deportivo de aquel año, Julio Fernández Peguero, que vio el partido con Emilio de la Riva, representante de Juan Villar y otro entrenador sagrado para el cadismo como Víctor Espárrago. Demasiados amigos para que todo saliense bien…

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