Cádiz CF

Chico Linares: "Sería un orgullo que alguien de Cádiz pudiera superarme"

El gaditano, dolido tras su última salida del club, es el que más partidos del Trofeo Carranza ha disputado con el Cádiz CF

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Chico Linares, en el banquillo junto a Javi Gracia, en la temporada del penúltimo ascenso a Segunda.
Chico Linares, en el banquillo junto a Javi Gracia, en la temporada del penúltimo ascenso a Segunda.

Chico Linares ostenta el honor de ser el futbolista que más partidos acumula en el Trofeo Carranza con la camiseta del Cádiz. La defendió hasta en 18 ocasiones en el torneo veraniego que celebra este fin de semana su 61 aniversario. Registros más que suficientes para acumular recuerdos y más recuerdos que ahora el gaditano desempolva a pocos días de que el balón vuelva a rodar.

«Estoy deseando que alguien de Cádiz pudiera superarme. Para mí sería un orgullo. Los que somos de aquí y lo hemos vivido desde pequeñitos sabemos lo que es jugar un Trofeo», señala.

De todos, el recuerdo que guarda con más cariño es el del verano de 1981, cuando el Cádiz ganaba su primer Trofeo ante el Sevilla.

«El que nunca se me olvidará será el que le ganamos al Sevilla con un gol de falta de Dieguito. Era el primero que ganaba el Cádiz y para mí fue algo muy bonito».

Linares tiene muchas anécdotas de todos esos años. «Me acuerdo de una tanda de penaltis contra el Botafogo en la que me tocaba a mí tirar uno. En la grada se empezó a escuchar un murmullo cuando me vieron coger el balón. Estarían preguntándose: ¿quién le habrá dicho a este que tire un penalti? Lo va a mandar a las nubes. Era tan claro que parecía que me lo estaban diciendo a mí al oído. Cogí el balón y hice una ‘paradiña’ que mandé al portero a por tabaco y marqué el gol. La gente se quedó tan ‘flipada’ que durante unos segundos el estadio se quedó en silencio. Hasta los brasileños estaban alucinando», recuerda entre risas.

Entonces, el Trofeo era «la fiesta que marcaba el final del verano en Cádiz». Linares lo vivía con entusiasmo no sólo dentro del terreno de juego. «Por aquella época todavía no existía eso de la barbacoa, pero me acuerdo de que me pasaba horas en la puerta del Hotel Playa esperando a que salieran los jugadores de los equipos grandes que venían para que me firmaran. Después de jugar eran ellos los que se llevaban mi firma», bromea el gaditano.

Linares nunca se ha llevado bien con los números. «No me acuerdo de cuantos partidos jugué ni cuantos Trofeos, de lo que sí me acuerdo es de que consolaciones jugué unas cuantas», cuenta con su habitual carácter desenfadado. «Me acuerdo de que los entrenadores solían hacer dos equipos, uno para cada partido, y a mí casi siempre me mantenían en los dos y por eso lo jugaba todo».

Le gustaría dejar de ostentar el honor de ser el que más partidos del Trofeo ha disputado con el Cádiz, pero es algo que ve «difícil» a corto o medio plazo. «Los jugadores no duran más de dos o, como mucho, tres temporadas seguidas en el equipo, así que es algo que puede tardar», vaticina.

Lo que sí espera que llegue cuanto antes es el ascenso a Segunda. Curiosamente, él fue segundo entrenador de Javi Gracia en la temporada 2008-2009, la del último salto a la categoría de plata. Desde entonces, el Cádiz volvió a caer al pozo y ya no ha vuelto a asomar la cabeza. «Secretos no hay muchos. La clave de que se consiguiera el ascenso es que se formó un vestuario fenomenal con muy buenos jugadores que hacían un gran fútbol y sabían mover la pelota. La gente dudaba del equipo y decían que cuando nos tocara enfrentarnos a los primeros de los otros grupos no íbamos a dar la talla, y al final subimos de primeras y el Cádiz quedó el campeón de toda la Segunda B».

Ahora reconoce que no sigue la actualidad del equipo, pero sí cree que será una temporada complicada. «No estoy al corriente de la gente que está fichando, pero lo va a tener difícil para ascender. Van a tener que quedar primeros, porque de la otra forma es muy complicado y la gente este año va a ser menos permisiva».

Linares se muestra algo crítico con el equipo. «Si cualquiera de los que somos de Cádiz, José González, Antonio Calderón o yo hacemos el ‘play off’ que hizo el equipo la temporada pasada no renovamos en la vida. Nos tenemos que ir de Cádiz», reivindica.

Y es que el mítico exjugador y entrenador del ‘Submarino’ es un gran detractor de la política que se está siguiendo en los últimos años a la hora de dirigir a la entidad. «Parece que la gente de Cádiz no vale. Hay chavales que se los están llevando otros equipos y en el Cádiz no juegan. Y tampoco estamos en una categoría como para que no puedan debutar. Ahora mismo Tomás y Alberto Quintana son los únicos que están ahí. A ver si tienen suerte», desea.

El gaditano ha estado siempre ligado de una forma u otra a la entidad. Linares es un mito para el cadismo, pero su última aventura en el club ha terminado con un final indeseado. La pasada campaña se incorporó en febrero al banquillo del juvenil de División de Honor, pero no seguirá en el club el próximo curso.

«No sigo porque me he sentido humillado. Mi equipo fue el que mejor clasificado acabó de todos los de la cantera, y sin embargo soy el único entrenador al que han querido descender. Querían quitarme del juvenil de División de Honor para darme el que está por debajo, y no lo entiendo porque deportivamente no tienen motivos. Yo no soy un chaval que está empezando, he entrenado dos veces al primer equipo, y no voy a aguantar que me ninguneen de esa manera. No he pedido que me suban en ningún momento, pero no es justo que me bajen. Me dijeron que no me veían como entrenador, sino como un símbolo del club. Como si yo fuera una momia con la que pueden hacer lo que quieran. Yo acepté su oferta para entrenar, no para ser un monigote. Y encima tuve que aguantar barbaridades, como que ellos me habían echado un cable porque yo estaba tirado en la calle… Estoy indignado».

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