Cádiz CF

Aitor: «Álvaro Cervera es el entrenador que más me ha marcado»

El extremo onubense agradece la confianza del míster cadista, el mismo que le hizo debutar con el Recre en Segunda

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Aitor García está siendo una de las revelaciones de este Cádiz CF.
Aitor García está siendo una de las revelaciones de este Cádiz CF.

Aitor García Flores (Gibraleón, Huelva, 25 de marzo de 1994) es el hombre del momento en el Cádiz CF. CANAL AMARILLO demanda su entrevista y tras posar para los reporteros gráficos (LA VOZ no es el único medio que se ha fijado en él esta semana) al término de un entrenamiento en el que ha vuelto a meter un saco de goles, atiende al redactor con todo tipo de facilidades. Para no hacer esperar, lo atiende recién sudado, con el balón en las manos y pidiendo el sol como foco de la entrevista para no coger frío. Bota el balón, lo choca con la pared y lo vuelve a tomar. Tiene 22 años, pero sigue siendo el mismo niño que salió de su pueblo con 18 años con ganas de comerse el mundo.

Y va camino de ello.

Aitor, soltero y sin novia, es mayor que su única hermana, que tiene 17. Se considera un tipo muy familiar y muy amigo de sus amigos. Y por supuesto tiene a su padre como principal referente. Sin él, cree que nunca habría llegado a donde está haciéndolo.

Cada quince días, cada vez que juega el Cádiz CF en casa, lo visitan sus padres. Así aprovechan el carnet de socio del Cádiz CF que se han hecho por su hijo. Se considera un joven de lo más familiar y, sobre todo, un enamorado del deporte por el que sueña. Vive en Chiclana, junto a sus compañeros Ortuño, Sankaré, Gorka Santamaría y Abdullah. Tendrá que ganarse a 'Papa' Sankaré, que como él asegura se trata de los que más tela reparten en los entrenamientos. "Aquí quienes más pegan son los centrales: 'Papa' y Aridane. Y Servando tampoco se queda corto", bromea el jugador onubense ante quien el cadismo cae rendido.

De Aitor sorprende sus golazos, pero más incluso su madurez. Da gusto escucharlo hablar de fútbol.

-¿Dónde comienza a jugar al fútbol?

-En mi pueblo, en Gibraleón, que está a unos quince kilómetros de Huelva. Mis primeras patadas a un balón las doy en el colegio IES Odiel.

-¿Vuelve mucho a su pueblo?

-Cada vez que puedo. Ayer mismo (lunes) estuve allí aprovechando el día libre. A mi pueblo le debo todo porque es donde comencé a jugar al fútbol y donde tengo a mis amigos.

-Tanto quiere a su pueblo que incluso la alcaldesa no descarta ponerle su nombre a un Polideportivo. ¿Qué pensó al leer ese titular?

-Lo primero, orgullo. Orgullo que se acordaran de mí y de que estuvieran pendiente de mí. Dicho eso, yo sé que para que un pueblo como el mío, con 15.000-16.000 habitantes, le ponga tu nombre a un pabellón sin conseguir prácticamente nada es muy complicado, pero la mera hipótesis ya me llena de orgullo.

-¿Era más de calle o de ordenador?

-No, no. no. Nunca he sido de ordenador ni de 'play' ni nada de eso. Yo soy mas de calle, de pasear con mi perro. Me gusta mucho el campo. Soy más campero que de playa.

-¿De dónde le viene su amor a este deporte?

-Desde pequeño mis padres siempre me han inculcado el fútbol. Mi padre ha sido jugador de Segunda B y Tercera en el Ayamonte, el San Roque de Lepe... Él me llevaba a todos los sitios, él me ha inculcado todo esto del fútbol y el que más consejos me ha dado. Él era lateral derecho y central. Y sí, en nada se parecía a mí jugando ya que el era más leñero. No tiene nada que ver conmigo.

-¿En qué equipo jugó antes de recalar en el Recreativo y en qué demarcación comenzó a hacerlo?

-En el Olont y de delantero centro en fútbol 7. Siempre he jugado de delantero hasta en los recreos, donde jugábamos a fútbol sala.

-¿Era muy 'chupón' de pequeño?

-Sí, sí, sí. Y no solo en los recreos sino hasta que empecé a jugar en el Olont. Tengo que reconocer que era muy chupón y que todo era 'yo, yo, yo' y para mí.

-¿Cuándo comienza a convertirse el fútbol en una futura realidad?

-En infantil me llama el Recre, pero es verdad que antes de irme al Recre ya entrené con el Betis y el Sevilla, donde no tuve suerte, la verdad. Y estando de vacaciones con mis padres en Alicante, nos llama el Recreativo de Huelva para decirme que me quería para el equipo infantil. Yo tenía dos compañeros en el Olont que jugaban conmigo y también los llamaron. Uno es mi mejor amigo, que se llama Alejandro Montiel y otro gran amigo que es Dani Vidal. Éramos los tres muy amigos y lo seguimos siendo. Alejandro ha terminado hace poco periodismo y Dani está preparándose  para policía nacional. Me acuerdo que cuando me llamaron me llevé una alegría muy grande porque es el Decano del fútbol espalol y en esos momentos en Primera División el que llamaba a mi puerta. Se me abrió todo con doce años. Al Recre le estoy muy agradecido porque es el club donde estuve hasta los 18 años y con el que debuté en Segunda División.

-¿Cómo fue su cesión al Celta B después de debutar en Segunda debido a una lesión de Juan Villar?

-Me fui cinco meses cedido al filial del Celta, que estaba en Tercera y luchaba por ascender a Segunda B. Irme a Galicia supuso mucho porque se abrían muchas puertas y era mi primera salida fuera de casa teniendo 18 años recién cumplidos. Allí entrenaba Pichi Lucas, y en el primer equipo Paco Herrera, que ya estaba en Primera División. En lo personal, la verdad es que me costó mucho ir tan lejos de Andalucía y tan distinto, con dos idiomas, una ciudad nueva, el clima. Me costó adaptarme. En esos meses estuve en la residencia del club y me trataron muy bien. Nada más llegar, al tercer día, me convocaron con el primer equipo para jugar un amistoso en Orense. Yo llegué un sábado, el domingo fui a Balaídos a ver al primer equipo, el lunes entrené, el martes hubo descanso y el miércoles jugué con el primer equipo. Y metí gol. Y esa misma semana también debuté con el filial y también met. Las cosas comenzaron bien y así siguieron hasta el ascenso. En esos cinco meses metí ocho goles, ya jugando como extremo por ambas bandas, y en el 'play off' anoté otros dos. Al final de la temporada me quisieron retener pero tuve que volver al Recre a hacer la pretemporada.

-Pero vuelve a salir cedido a Vigo...

-El Celta me dijo que iba a ser un jugador importante en Segunda B y que estaban muy ilusionados conmigo. Por entonces en el Recre ya estaba Sergi Barjuán y no hubo ningún problema para salir aunque la pretemporada la hice en Huelva. En Segunda B, pese al descenso de categoría (aunque no se bajó porque el club compró una plaza) me fue muy bien. Es un club muy serio al que le tengo que agradecer mucho. El Celta me sorprendió mucho porque cuando me fui pensaba que me iba a un club normal y es club grande, muy grande; con una gran ciudad deportiva, dentro de una gran ciudad. Hasta ahora es el mejor sitio donde he estado. Allí tuve la suerte de entrenar con Luis Enrique, que estaba en el primer equipo. El Celta ha implantado una filosofía de mucho toque y todo lo que está pasando ahora con Berizzo no es producto de la casualidad.

-Con tanto toque, imagino que más de un técnico le ha tenido que tirar de la oreja para que no fuese tan individualista.

-Hombre, claro. Pero tampoco ha hecho mucha falta que me lo digan porque cuando llego a una edad juvenil, o al División de Honor del Recre, yo mismo sé que no puedo seguir siendo un chupón. He ido madurando con la edad porque sino no se llega a ningún lado.

-Acaba la cesión en Vigo y tiene que regresar al Recreativo. ¿Qué ocurre?

-Hago la pretemporada con el primer equipo, donde está Oltra. Todo va normal hasta que a tres días para el comienzo de Liga me dice que no cuenta conmigo. Yo era sub'23, tenía 20 años y todos los filiales estaban cerrados ya y los equipos casi hechos. El fútbol es así y acabé en el Toledo, en Segunda B, con el serbio Josip Višnji? de entrenador. Allí no era indiscutible aunque sí era utilizado con frecuencia. Jugaría como titular alrededor de siete partidos y en los cinco meses que estuve metí cinco goles. En enero decido irme al Almería B porque había problemas de cobro en el Toledo y el Almería B era un filial puntero. Recaló en el filial almeriense, que aquel año jugó el 'play off' de ascenso (donde cayó eliminado en primera ronda ante el Guadalajara aunque el primer equipo ya había descendido a Segunda).

-Vuelve a un filial. ¿Aprendió mucho?

-Aprendí mucho.... en el Celta de Vigo. Bueno, también hay que aprender cosas malas y buenas. Y de esas aprendí muchas en los dos filiales, aunque todas las buenas las aprendí en Vigo. Y es verdad que en el Almería B aprendí cosas buenas aunque sin jugar al fútbol porque allí no jugué nada. Es cierto que el equipo andaba bien, estaba arriba y que Miguel Rivera tenía ya sus jugadores.

-De hecho, el otro día no celebra el gol por respeto al Almería.

-Exacto. Allí me trataron muy bien y dejé muy buenos amigos aunque creo que Miguel Rivera no me trató profesionalmente como a un jugador. No me arrepiento de esa cesión porque aprendí mucho. Lo que pasa es que me quedaba un año de contrato, pero yo sabía que si Miguel seguía no iba a jugar, entre otras cosas porque él me dice que no cuenta conmigo. Entonces aparece la opción del Mérida.

-¿Cómo le fue en Extremadura?

-Yo creo que en el Mérida. una vez pasados los problemas en Toledo y Almería, es donde más me he sentido futbolista. Me acogieron muy bien y me sentí de maravilla. Además, el Mérida acababa de ascender y tiene una afición que le sigue mucho que y que mete en el Romano a 4.000 personas. Es de esos clubes y ciudades que a uno le hacen sentirse futbolista por los cuatro costados. Solo tengo palabras de agradecimiento para la ciudad y para todo lo que es Extremadura. Solo me salen buenas palabras para esa tierra. Además, cada quince días, como aquí, venían mis padres.

-¿Cómo se fragua el fichaje por el Cádiz CF?

-Yo sabía del interés del Cádiz CF antes de que se jugasen los 'play off', pero por motivos obvios todo se quedó parado porque no era cuestión de meterse en esos temas cuando había tanto en juego. Juan Carlos Cordero se puso en contacto conmigo una vez que comenzó a planificar la plantilla.

-¿Tuvo que ver algo en su fichaje Cervera?

-Yo creo que no. No lo sé, de verdad. Pero yo creo que fue más por Quique Pina y Cordero, que me firmaron para este año y dos más.

-¿Qué entrenador le ha marcado?

-Álvaro Cervera fue el que me dio la oportunidad de debutar en Segunda con 17 años y de cumplir este sueño que estoy cumpliendo. Y ahora es el que me está dando la oportunidad de seguir aquí en vez de soltarme como cedido porque esa era una opción. El míster prefirió que no saliera y solo por eso le estoy muy agradecido.

-Sin ir más lejos, el otro día Cervera dice que está siendo injusto con usted porque no está jugando todos los minutos que merece. ¿Cómo le sintieron esas palabras?

-Como dije en zona mixta al salir del partido, yo creo que esas palabras no tuvo porqué decirlas ya que él ya me lo había dicho en el vestuario. Yo le tengo que estar muy agradecido porque pude salir cedido y me dio la oportunidad que siempre he querido, que es jugar en el fútbol profesional. Claro que gusta escuchar esas palabras de tu entrenador, pero considero que no eran necesarias.

-Fue un fichaje de perfil bajo para Segunda ya que provenía del Mérida. ¿Siente que este año se está saltando un escalón en su progresión al pensar que este curso le esperaba otro más en Segunda B?

-Los minutos que me está dando los estoy aprovechando al máximo porque yo no podía imaginar el año pasado estando en el Mérida que llegado a este momento yo llevase cuatro goles en Liga y uno en Copa del Rey y siendo importante en los partidos de mi equipo de Segunda División.

-Sus cuatro goles en Liga han sido antológicos. ¿Con cuál se queda?

-Me quedaría con todos pero por cómo fue y cuándo fue quizás me decido por el del Alcorcón. Además de espectacular, llegó en un momento en el que el equipo lo estaba pasando mal buscando la victoria con un jugador más. Íbamos 1-1, era el minuto 83 y lo estábamos intentando hasta que llegó esa jugada. Todos los goles los he marcado desde el banquillo. Ese gol es diferente al del otro día y entró por la escuadra como se pudo ir fuera del estadio.

-¿Qué le dice a sus amigos cuando le preguntan por cómo está aquí?

-Estoy muy contento. Sé que estoy aprovechando bien los minutos que estoy teniendo. También sé que la gente está contenta conmigo, que lo está club, que lo está el entrenador y que lo estoy yo conmigo mismo. No me queda otra que seguir trabajando y dándolo todo por esta camiseta.

-¿Ha tenido un jugador de referencia? Muchos lo ven como a un Figo salvando las distancias.

-Es cierto que me lo dice mucha gente porque tengo salida con los dos pies, pero yo me veo más en Nolito, con el que coincidí en Vigo. Aunque él tiene más culito que yo, me veo más entrando por la izquierda como hace él y golpeando por dentro.

-Lo que está claro es que le tira más partir desde la izquierda, ¿no?

-Me da igual, de verdad. Puede que se esté viendo que por la izquierda me encuentre más cómodo porque tengo más salida por dentro y  también puedo salir por fuera. Pero puedo jugar igual por las dos bandas.

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