La jornada más brasileña de un Europeo

Resulta difícil de creer, pero Brasil tiene mucho que decir en el Europeo de Belgrado de fútbol sala. Baste como ejemplo repasar la jornada de este miércoles, en la que un total de 20 jugadores brasileños entraron en juego en los partidos entre Rusia y Kazajistán (2-1) e Italia-Azerbaiyán (3-0). El país que históricamente ha dominado este deporte, salvo cuando España le alejó de los títulos mundiales en 2000 y 2004, exporta jugadores a todas las ligas del planeta, pero también a sus selecciones.

Contar con técnicos y jugadores brasileños está dando impulso al futsal en muchos países. Ya lo hicieron antes, hace años, en España. La Liga Nacional de Fútbol Sala siempre se nutrió de los mejores jugadores brasileños y algunos de ellos, que encontraron en este país un nuevo hogar, se nacionalizaron y llegaron a jugar con la selección.

Paulo Roberto, Daniel Ibañes, Marcelo, Alemao o Fernandao se hicieron un hueco importante en el equipo nacional, pero, eso sí, en diferentes épocas. Nunca coincidieron tantos a la vez en una convocatoria española.

Sin embargo, algunos países están abusando de esa «ayuda» brasileña, al contar en sus filas con un nutrido de ellos. El mejor ejemplo es Italia, vigente campeona de Europa, que aumula en este torneo hasta ocho nacidos en Brasil, si bien algunos de ellos como Gabriel Lima, jugador de ElPozo Murcia, han vivido muchos años en Italia. Comparten equipo con él Fortino, Murilo, Patias, Merlim, Giasson, Mauro Canal y Honorio.

Rusia, otro de los favoritos al título y que fue precisamente el verdugo de España en el último Europeo, acumula cuatro brasileños nacionalizados. El portero Gustavo, Eder Lima, Romulo y Robinho aportan un plus de calidad para complementar a los fuertes, disciplinados y talentosos jugadores rusos.

Y por detrás dos países que han impulsado a sus clubes también con el fichaje de brasileños y que han llevado su aportación más allá al nacionalizarlos y sumarlos a sus equipos nacionales: Azerbayán y Kazajistán.

El primero está dirigido por el español Tino Pérez, que gestiona hasta seis braileños (Amadeu, Augusto, Eduardo, Rafael y Fineo). El segundo tiene tan solo tres ( el portero Higuita, Leo y Douglas), pero juegan prácticamente los cuarenta minutos que duran los partidos, lo que da una idea de la dependecia que el equipo tiene de ellos.

Curiosamente España, que siempre contó con uno o dos brasileños en sus filas, ha acudido a Serbia sin ninguno debido a la lesión de última hora del pívot Fernandao.