Morenito de Aranda e Iván Fandiño
Morenito de Aranda e Iván Fandiño - ABC

Morenito-Fandiño: duelo de Resurrección

Antes de su desafío de arte y honor este domingo en Las Ventas, hablan mano a mano en el ruedo de ABC

MADRID Actualizado: Guardar
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Ministerio del Tiempo. El de la hora del toro. El de la Resurrección del hombre y el torero. Duelo en los amaneceres de la temporada venteña entre el matador que cruzó la Puerta Grande un dos de mayo de sangre y gloria y aquel que logró el hito de abarrotar la Monumental en una apuesta mayúscula que salió cruz. Llega el cara a cara de Morenito de Aranda e Iván Fandiño. Entre pinceladas de arte y tambores de fuego, comienza la batalla...

—Veintisiete de marzo, mano a mano: ¿de los de abrazo y colegueo? ¿o de salir a mondar al otro y, a lo Muhammad Alí, aumentar el seguro de vida?

—Morenito de Aranda. De colegueo por supuesto que no y de matar al otro tampoco se trata, sino de sacar lo que uno tiene en el alma para ganar la partida.

—Iván Fandiño. Un mano a mano es corrida de rivalidad, abrazos pocos, los hombres se dan la mano.

«Me he puesto mucho en el pellejo de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador»
Morenito de Aranda

—¿En qué es mejor su rival y qué «golpe» teme más?

—MA. Quizás sea más tenaz que yo.

—IF. Jesús es un buen torero. Somos diferentes.

—¿Su palo fuerte?

—MA.Cuando hay conexión plena entre el toro y yo surge el verdadero torero que llevo dentro.

—IF. Yo.

—¿Será también un duelo consigo mismo?

—MA. Por supuesto.

—IF. Por supuesto, siempre lo es. Pero en Madrid, y ahora, más.

—¿De Madrid al cielo o al infierno?

—MA. Al cielo. He vivido los dos puntos, pero más el cielo. Entre Madrid y yo siempre ha habido buen entendimiento.

—IF. A los dos sitios: conozco los dos caminos. He visitado los dos, el uno te hace disfrutar más el otro. Ambos son necesarios para engrandecer al hombre.

«Me siento un poco como el general Aníbal cruzando los Alpes, Hallaré un camino y si no, lo crearé...»
Iván Fandiño

—¿Su máxima conquista en Las Ventas?

—MA. Cortarle dos orejas a un toro con el acuerdo de todo el mundo.

—IF. Ser yo.

—En la plaza de las exigencias, ¿cuál es su mayor miedo?

—MA. Son muchos: el viento, la gente, el toro. Por eso Madrid te exige el máximo nivel porque hay muchos factores que no están en tu mano.

—IF. El mayor miedo en Madrid es no superarla. Madrid se come a los débiles. Es un tribunal.

—¿El arma que nunca falla?

—MA. La entrega, lo primero. Madrid gusta mucho del toreo bueno, como en todos los sitios, pero aquí mucho más.

—IF. La entrega.

—¿La sangre del héroe también es roja?

—MA. Para ser torero hay que estar un poco loco, pero nuestra sangre es roja, como la de todos los demás.

—IF. La mía, sí.

«Madrid siempre da, pero debería de dar más cosas...»
Morenito

—¿Qué ley impera en la Monumental?

—MA. La ley de la verdad.

—IF. La ley del riesgo. Madrid es un circo sin red.

—¿La afición capitalina valora más la ciencia o el arte?

—MA. Valora más el arte del toreo, que nace por supuesto de la entrega. Madrid se emociona mucho con el arte.

—IF. Hay días y momentos. Madrid es impredecible.

—¿Las «piedras» arrojadas a lo largo de su carrera han supuesto un muro o le han servido para tender puentes?

—MA. Al final lo que no puede contigo te hace más fuerte. Esas piedras te sirven para hacer puentes.

—IF. Han tendido puentes. Soy lo que soy gracias a mis enemigos.

«El mayor miedo en Madrid es no superarla. Madrid se come a los débiles»
Fandiño

—¿Dios le libre del toro bravo o del manso?

—MA. Ahora mismo que me libre del manso. El bravo es el que me tiene que dar mi sitio.

—IF. Del bravo me libro yo.

—¿Cómo lidia los ataques políticos y antis?

—MA. Hay algunos que no tienen lidia. A los que vienen con respeto, los menos, intento acercarles a mi realidad, que es el respeto a un espectáculo impregnado de los verdaderos valores de la sociedad.

—IF. No me interesa la política. Lidiar mi día a día ocupa mi tiempo.

—¿A quién reza o se encomienda en sus oraciones?

—MA. A quien más huella me ha dejado, que es mi abuelo y no está. Antes de torear me echo una charla con él.

—IF. A mi alma.

—¿Madrid da más que quita, o viceversa?

—MA. Siempre da. Me ha dado el respeto y la admiración de la afición y del mundo del toro. Pero debería de dar más cosas…

—IF. Siempre dio y quitó.

—¿Lo vivido en el ruedo se asemejaría más a la épica de una guerra o a un museo de arte en vivo y en directo?

—MA. Como concibo yo el toreo, más a una obra de pellizco, de emoción, de sentimiento y de entrega. Para mí es arte y valores arraigados a la pureza.

—IF. Se asemeja a un combate épico. Verdad y honor son las reglas.

—En el toreo, ¿es oro todo lo que reluce?

—MA. No.

—IF. En la plaza y con el toro, sí. El resto no me interesa.

—¿Con qué personaje histórico se identifica?

—MA. Más que identificarme, sí que me he puesto mucho en el pellejo de Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid Campeador.

—IF. Me siento un poco como Aníbal, general cartaginés, cruzando los Alpes. Encontraré un camino y si no, lo crearé...

—Seis asaltos, seis obras: ¿se atreve a apostar por un resultado?

—MA. Una obra mágica.

—IF. Apuesto por mí. Que el toro dicte sentencia.

—¿Su lema para el 27M?

—MA. El triunfo del buen sentir.

—IF. Domingo de Resurrección.

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