López Simón, en imagen de archivo, en la pasada Feria del Pilar
López Simón, en imagen de archivo, en la pasada Feria del Pilar - Fabián Simón

López Simón y Galdós, a oreja por coleta en Lima

Se lidió un noble encierro de Zalduendo en la tercera corrid de la Feria del Señor de los Milagros

LIMA Actualizado: Guardar
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Un buen encierro de la ganadería de Zalduendo permitió que Alberto López Simón y Joaquín Galdós cortaran una oreja cada uno en la tercera corrida de la Feria del Señor de los Milagros, que este año es conmemorativa de los 250 años de la plaza de toros de Acho.

López Simón no pudo acoplar capote con el toro que abrió plaza, que justo de fuerzas, salió suelto de los primeros lances. Tras la vara y las banderillas, inició la faena con muletazos de recibo llenos de emoción para luego torearlo con series cortas de cuatro pases, siempre dejando la tela puesta en la cara para poder ligar. Así logró los mejores muletazos sobre todo por el pitón derecho. En un descuido el toro le pegó una voltereta sin consecuencias.

Un pinchazo, una estocada y cuatro descabellos reducen su labor a una ovación desde el tercio.

El tercero, de bonita lámina, embiste y repite en los capotes galopando y con codicia. López Simón lo cuidó sin exigirle durante los primeros tercios. La faena se inició por estatuarios y muletazos con rodilla en tierra que generaron las primeras ovaciones. El toro transmitió pero no tuvo recorrido, por lo que lo toreó en cercanías, ligando muletazos en corto aprovechando que el animal repite. Perdió las orejas con la espada, recibiendo una ovación.

El quinto, colorado ojo de perdiz, no permitió lucimiento en los primero tercios. López Simón inició la faena en las tablas para luego torearlo de rodillas ligando hasta ocho muletazos. El toro se queda corto y el torero se mete entre los pitones para extraerle muletazos de uno en uno, porfiando hasta el final para sacar los mejores derechazos que remata con manoletinas de adorno. Con una estocada entera de rápido efecto, cortó una oreja pedida por el público.

Joaquín Galdós recibió por verónicas al segundo de la tarde, que acomete al galope arrancando los primeros aplausos. Tras una buena vara de Cesar Caro, hace el quite por ceñidas chicuelinas. Inicia la faena con doblones en el tercio, para luego probarlo por ambos pitones, decidiéndose por el izquierdo que es el más potable. La faena se sustenta por ese pitón, por naturales de buena factura. Una estocada caída en la suerte contraria, redujo su labor a una fuerte ovación.

Al cuarto, que acomete con codicia y humilla desde los primeros capotazos, lo cuida tras el buen puyazo. No hay quite y las banderillas son de trámite. No se logra acoplar en las primeras tandas, pero luego le encuentra el sitio toreándolo en series cortas de tres muletazos, pero atacándolo para que repita y se entregue. Con una estocada en lo alto, el toro rueda sin puntilla y le concedieron la oreja.

El sexto, negro, serio y bien armado, salió con fuerza y es difícil de parar. Una vara larga le merma facultades y llega aplomado a la muleta. Galdós porfía por ambos pitones, pero sin cuajar faena. Remató con una estocada perpendicular.

Ficha de la corrida: Plaza de Acho. Con media entrada se lidiaron 6 toros de Zalduendo, bien presentados, nobles y manejables, para el mano a mano entre Alberto Lopez Simon (ovación, ovación y oreja) y Joaquin Galdos (ovación, oreja y silencio).

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