José Tomás, el 17 de junio de 2007 en la Monumental de Barcelona
José Tomás, el 17 de junio de 2007 en la Monumental de Barcelona - Afp

17-J, una década después de la reaparición de José Tomás en Barcelona

Hace diez años el torero de Galapagar se convertía en el abanderado de la defensa de la Fiesta en Cataluña

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Ya han pasado diez años. El próximo sábado es la fecha exacta, el recuerdo imborrable del 17 de junio de 2007. Aquella tarde había sido la elegida por José Tomás para su reaparición tras un lustro de paro. Eligió la Monumental de Barcelona, que se convirtió en el auténtico centro de la Tauromaquia.

Desde marzo, cuando saltó la noticia, la expectación por la corrida en la que el de Galapagar iba a estar secundado por Finito de Córdoba y Cayetano, había ido en aumento. Por entonces, los ataques a la Fiesta cada vez eran más virulentos, la política cada vez más entrometida, el cerco cada vez más cerrado. Unos años antes, el Ayuntamiento de Barcelona declaró a la ciudad antitaurina, en el Parlament se prodigaban las maniobras en pos de cambiar sustancialmente el espectáculo taurino.

Una corrida a la portuguesa planeaba con el visto bueno no solo de la clase política, sino también de importantes estamentos taurinos.

El último ídolo

Todo esto lo paró en seco el anuncio de la vuelta de José Tomás a los ruedos. Barcelona se convirtió en el punto de todas las miradas del mundo taurino. Los días antes del festejo, Barcelona hervía. José Tomás, el último ídolo de la afición catalana, acaparaba conversaciones en cualquier rincón, hoteles y restaurantes a rebosar, las entradas a precios desorbitados en la reventa. Una fiesta, que si bien es verdad que paralizó todo lo que en esos momentos estaba apuntando hacia la modificación sustancial de la corrida de toros, también lo es que aquel parón supuso después una reactivación política del no a los toros, que acabó con la prohibición de julio de 2010.

Aquel 17-J fue un día grande para los aficionados, una jornada en la que José Tomás se erigió en abanderado de la cruzada a favor de la Fiesta, pero un día también en el que se removieron muchas aguas subterráneas. En los tendidos de la Monumental, el apoyo a la Fiesta de muchos catalanes representativos socialmente. De Samaranch a Serrat, por no nombrar a políticos. En la oscuridad, las maniobras no se detuvieron. La defensa tampoco se extendió por todo el sector taurino.

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