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Israel Elejalde, como Hamlet - CNTC

Miguel del Arco dirige «Hamlet», el primer Shakespeare de la Compañía Nacional de Teatro Clásico

Israel Elejalde encarna al príncipe danés en un montaje que ha agotado todas sus localidades antes de levantar el telón

Madrid Actualizado: Guardar
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Pocos estrenos han suscitado últimamente tanta expectación como este «Hamlet» que Miguel del Arco pone en pie en el teatro de La Comedia. La combinación entre el título -uno de los más populares de Shakespeare- y el director -que ha firmado algunos de los trabajos más brillantes de la escena española reciente- explican que, varios días antes de levantarse el telón, se hayan agotado las entradas para todas las representaciones (algo, por cierto, que está siendo habitual en las producciones de la Compañía Nacional de Teatro Clásico).

Revela Miguel del Arco que hacía tiempo que estaba barruntando la idea de montar a Shakespeare. Llegó la invitación de Helena Pimenta, directora de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, y fue el momento de lanzarse como un kamikaze (así se llama su compañía) sobre «Hamlet», el primer Shakespeare que monta la CNTC.

«Sabía que era un texto inabarcable, pero había que meterse en harina. Es un personaje, y una obra, que se protege, que se esconde, que se va... Hamlet es poliédrico, desfragmentado... De ser un niño, un huérfano, pasa a ser un payaso, o un psicópata...»

El encargado de dar vida al príncipe danés es Israel Elejalde, un brillante actor además de compañero de viaje de Miguel del Arco en muchas de sus aventuras teatrales. Éste era, confiesa, el momento de abordar este complejo personaje. «Se acababan de morir mis padres -explica el actor- y podía hacer algo con todos mis sentimientos. Hamlet está atravesado por el dolor profundo y por la sensación de orfandad terrible». Califica el papel como «endiablado». «Hamlet es un oximorón en sí mismo -humorista-asesino, cuerdo-loco...-; está lleno de contradicciones, pero es rápido y certero de pensamiento. Es un prodigio... pero echado a perder, que piensa que la venganza no es algo injusto».

A Israel Elejalde le acompañan sobre el escenario ocho actores, que interpretan a los doce personajes que Miguel del Arco ha dejado en su versión. Son Ángela Cremonte (Ofelia), Cristóbal Suárez (Laertes, Rosencrantz y Fortinbrás), José Luis Martínez (Polonio, Enterrador y Osnic), Daniel Freire (Claudio), Jorge Kent (Horacio, Guildenstern, Reinaldo y Enterrador) y Ana Wagener (Gertrudis)

Esa rapidez de pensamiento de la que habla Elejalde es una de las claves del montaje de Miguel del Arco, que ha realizado su versión a partir del original inglés después de leer quince o dieciséis traducciones al castellano. Buena parte de la obra camina por el terreno mental. Es la mente del príncipe danés, por ejemplo -y también su dolor-, la que hace aparecer el fantasma de su padre. «Hamlet -explica Miguel del Arco- aparece como un hombre que pierde a su padre, que siente una terrible orfandad, y se pregunta por qué en esos momentos no se detiene el mundo; pero no, el mundo sigue casi de una forma obscena, y eso le lleva a una situación mental en que, casi como un personaje pirandelliano, que se escapa y ve el mundo desde fuera».

Miguel del Arco no ha realizado en «Hamlet», como ha hecho con otros textos clásicos, una reescritura, aunque reconoce que ha desestructurado el primer acto. Se oye pues, tal cual, la más célebre frase de la historia del teatro con esta traducción: «Ser o no ser, esa es la cuestión». «Me siento totalmente liberado en esta escena -tercia Elejalde-; todo el mundo sabe cómo hay que decirla, y sé que la diga como la diga habrá quien diga que lo hago mal».

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