Irene Escolar: «Ganar un premio no le cambia la vida a nadie»

La actriz revelación de los Goya 2016 no busca fama en Hollywood, quiere contar historias

Santander Actualizado: Guardar
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«Todas las Irenes hemos tenido una vocación muy fuerte y mi abuela, Irene Gutiérrez Caba, tuvo mucha influencia en mí», recuerda Irene Escolar, quien ha respirado interpretación desde sus primeros pasos. Creció rodeada de una familia vinculada al cine y al teatro. De su padre conoció los entresijos de la gran pantalla; de sus tíos, los secretos de las tablas. «Mi tío Emilio siempre me ayudó y me sigue ayudando, al igual que mi tía Julia. Con ellos descubrí la realidad del día a día de una profesión en la que te pones enfermo el día de un estreno y tienes que sacarlo adelante y en la que no siempre te cogen para ese papel en el que llevas trabajando mucho tiempo; compartir esa frustración con actores a los que les ha pasado lo mismo, relaja», asegura.

En una cafetería, instantes antes de participar en las «Noches en la Biblioteca» de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en Santander, Escolar reflexiona sobre cómo la obra de Federico García Lorca está ligada a ella. «Empecé con la función “Mariana Pineda” cuando tan solo tenía nueve años y voy a concluir un año tan especial para mí con “El Público”, la que creo que ha sido la función más compleja que he tenido que hacer hasta ahora. Es un autor muy especial para mí», relata sonriente. Entre ambas obras no solo han pasado más de cinco años -los que tardó el autor granadino en escribir la segunda pieza-; a esta actriz de 27 años han llegado el Goya a la mejor actriz revelación 2016 por «Un Otoño sin Berlín» y la nominación al Premio Max precisamente por su papel de Julieta en «El Público». «Lorca sabía que tenía que comenzar escribiendo piezas que le gustaran al público, más fáciles, más entendibles. Pero “El Público” era más lo que él quería hacer y, para mí, interpretar estas dos obras significa cerrar un círculo», relata con una botella de agua en la mano.

Una etapa que concluye con reconocimientos tanto en forma de galardones como con papeles de gran exigencia y reconocimiento. «No creo que un premio cambie bruscamente la carrera de alguien. Es un reconocimiento de la profesión, lo veo más como una carta de presentación. No es tanto el Goya como pensar en qué puedo hacer para seguir en la misma línea después de los personajes tan potentes que interpreté en “Un otoño sin Berlín” y en “La corona partida”, con Juana la Loca».

No le preocupa dar el salto a la gran pantalla hollywoodense o no, Escolar lo que quiere es contar historias. «Mi próximo reto será “Blackbird”, la obra de David Harrower de la que he comprado los derechos y que espero estrenar en primavera. Estoy convencida de que es una gran obra de teatro contemporáneo muy sorprendente en la que solo hay un hombre y una joven chica sobre el escenario», cuenta. Mientras tanto, seguirá vistiéndose de Julieta en «El Público» hasta finales de febrero.

«También quiero hacer algún personaje femenino de autores como Anton Chejov o William Shakespeare. Me encantaría poder interpretar alguna obra del teatro costumbrista estadounidense, y más si es con alguno de mis tíos acompañándome en escena», confiesa a ABC, aunque sabe que será complicado ya que su tía Julia prácticamente ha abandonado las tablas. Pese a todas estas metas, su mayor sueño es llenar los grandes teatros europeos porque el mejor teatro no está en Broadway, está en Europa, concretamente en Bélgica, dice.

Lo que tiene claro es que esta carrera es de fondo: «Hay que establecer prioridades, pelear y saber que te vas a frustrar. De la frustración nacen grandes cosas porque valoras más cuando algo bueno te llega, es importante fracasar para coger un poco de conciencia»; y que dentro de unos años le gustaría ser un poco Amparo Baró: «Aprendí mucho de ella, como actriz y como persona, en nuestras conversaciones entre cajas. Por su forma de tomarse esta profesión, con generosidad. Me gustaría tener su templanza y su sentido del humor».

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