«The Funamviolistas»: instrumentos de cuerda en lugar de palabras

Son -básicamente- músicas. Pero además bailan. Y cantan. Y cuentan una historia. Sin palabras, eso sí. Se llaman The Funamviolistas, y a través de su espectáculo homónimo, y que dirige Rafael Ruiz, recuperan el espíritu del teatro de variedades, hoy abandonado pero con una larga tradición en nuestro país. «Se trata de desarrollar un poco más este género». «The Funamviolistas» obtuvo el premio Max al mejor espectáculo revelación el pasado año.

Este atípico trío -un «casi» cuarteto de cuerda, al que le falta un segundo violín-, que ha trabajado antes en escena con Yllana y con Ara Malikian, nació de una frustrante experiencia anterior. Las tres componentes de la compañía -Ana Hernández, violín; Mayte Olmedilla, viola; y Lila Horovitz, contrabajo- decidieron unir sus fuerzas y, tras contactar con el director, recurrieron al crowfunding para poner en pie su espectáculo; antes de llegar a Madrid, ha estado dos años de gira por toda España.

Con las únicas armas de sus instrumentos, sus cuerpos, sus gestos, sus voces y su sentido del humor, «The Funamviolistas» cuenta la historia -de algún modo, confiesan, autobiográfica- de tres mujeres que acaban de ser despedidas de sus orquestas y que se encuentran en una plaza cualquiera. «Este cruce del destino cambiará sus vidas inevitablemente y pronto estos tres curiosos personajes construirán una vida en común, con sus alegrías, sus desencuentros, sus sueños y esperanzas. La amistad, la superación y la cotidianeidad son el hilo con el que se teje esta historia entrañable y conmovedora». «El espectáculo -explica Rafael Ruiz- tiene muchas facetas: cómico, poético, melodramático... Y pensado para el público. Les Luthiers podrían ser de alguna manera nuestros padres: son músicos que llegan a un sitio para dar un concierto y allí pasa algo».

Musicalmente, el espectáculo navega por distintos estilos: desde “Thais”, de Massenet, hasta “La pantera rosa”, de Henry Mancini, pasando por Astor Piazolla, Vivaldi, Mozart o Rita Pavone. «La música es a la vez las voces de los personajes y la banda sonora», cuentan.