«La décima musa» abre un Festival de Mérida con marcado carácter popular

«Siete estrenos absolutos de textos de temática grecolatina escritos ahora». Esta es la oferta de la LXII edición del Festival de Mérida, dice Jesús Cimarro, su director, que añade orgulloso que el público ya ha respondido con la compra anticipadamente. «Las novedades son un aliciente», asegura. «Se me ha tildado de osado por programar un festival lleno de estrenos, pero me parece que es el momento».

Esa lista de estrenos en este buque insignia del verano teatral español se abre con «La décima musa», protagonizada por Paloma San Basilio (del 6 al 10 de julio). Seguirá «Alejandro Magno», de Racine, en versión de Eduardo Galán y Luis Luque, dirigida por este último (del 13 al 17 de julio); «Los hijos de Vulcano», escrito y dirigido por Marta Torres, con dirección musical de Carmen Paris y Toom-Pak (del 20 al 24 de julio); «Aquiles, el hombre», escrita por Roberto Rivera y dirigida por José Pascual (del 27 al 31 de julio); «La guerra de las mujeres», una adaptación de «Lisístrata» al mundo del baile flamenco cuyo guión dejó escrito Miguel Narros (del 4 al 7 y del 9 al 14 de agosto); «Las pelópidas», de Jorge Llopis, con dirección de Esteve Ferrer (del 17 al 21 de agosto); y «Marco Aurelio», de Agustín Muñoz Sanz, dirigida por Eugenio Amaya (del 24 al 28 de agosto).

Además, el festival ofrecerá un concierto de Ara Malikian (8 de agosto).

Los héroes son, cuenta Jesús Cimarro, el hilo conductor de esta edición, que tiene evidente vocación popular. «No nos olvidemos que el Teatro Romano de Mérida tiene 3.050 localidades, y que hay que llenarlas. Ningún teatro en España es tan grande». Su reclamo son los títulos y los repartos y equipos artísticos. Por Mérida pasarán este año, además de Paloma San Basilio, intérpretes como Félix Gómez, Aitor Luna, Unax Ugalde, Diana Palazón, Marina San José, Mélani Olivares, Fele Martínez, Verónica Forqué, Tomás Pozzi, Toni Cantó, Miguel Hermoso, Octavi Pujades, Estrella Morente, Antonio Canales o Aída Gómez.

«El concepto que yo tengo de los festivales -sigue el director del certamen emeritense- es que en ellos haya espectáculos para todos los espectadores. El público es diverso, variado, complejo; cuanto más amplio sea el abanico de posibilidades, mejor». Con esta fórmula, presume, «en los últimos cuatro años -los que lleva al frente del festival- se ha triplicado el número de espectadores». Pone como referente a José Tamayo, que durante muchos años convirtió el Teatro Romano en su hogar. «Él decía que Mérida necesita, para que el público vaya, de grandes espectáculos en los que pueda disfrutar de lo que hay en el escenario tanto como del monumento».

La variedad de los espectadores conlleva también la variedad de artistas. «Pueden convivir perfectamente Paloma San Basilio y Luis Luque. Las mezclas son muy buenas. Hay gente que me ha preguntado por qué Paloma San Basilio inauguraba el festival. Y yo decía: ¿Por qué no? Hay gente que quiere verla, porque la siguen desde hace años. Ella es una estrella, y las carreras hay que respetarlas. Intento ponerme en la mente de generaciones distintas y que los distintos gustos estén reflejados, que es la única manera de acertar».

Paloma San Basilio es la protagonista de «La décima musa», que trenza algunos de los mitos y los personajes clásicos -el minotauro, Fedra, Pigmalion- con los principales musicales. Guillem-Jordi Graells ha elaborado una dramaturgia entre un puñado de canciones del género. Dirige el espectáculo, un viaje mitológico, Josep Maria Mestres, y a la artista le acompañan David Ordinas e Ignasi Vidal.