ABC

La poesía visual de Dimitri Papaioannou «muere» en Europa en el Teatro Central

El coreógrafo griego presenta en Sevilla «Still Life» en exclusiva en España

Sevilla Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Dimitri Papaioannou dice que no venía a España porque no le llamaban, «le preguntaba a mi mánager, ¿por qué no vamos a España? Y me decía: porque no nos llaman». Ayer Manuel Llanes, director artístico del teatro Central le pidió disculpas por el retraso, «me disculpo por no haberle conocido antes. Cuando ví «Still Life» en Amberes fue un descubrimiento».

La obra se presenta este fin de semana en exclusiva nacional en el Teatro Central en dos únicas funciones, viernes y sábado. Pero además «Still life» muere aquí, al menos en Europa. La compañía, tras su estreno en España, partirá a Australia, «luego la obra no se volverá a hacer..., nunca hay que decirlo tajantemente, pero creo que no», decía Papaioannou en la presentación.

Para Manuel Llanes, «contar con este montaje que ha estado en los mayores y más exigentes escenarios de Europa, ha sido una suerte. Hemos llegado a tiempo, un poco más, y está descatalogada».

La expectación es tal que han anunciado su llegada al Central los directores y programadores de varios importantes teatros españoles de ciudades como Madrid y Barcelona.

Dimitri Papaioannou
Dimitri Papaioannou - PEPE ORTEGA

«Still life» es un espectáculo que tiene el mito de Sísifo como fondo, «pero es un mundo donde las artes plásticas tienen un importante lugar y varias lecturas. No es un montaje fácil de explicar. El cuerpo, la atmósfera rompe el teatro, pero al final mete al espectador en una especie de sueño que es toda una experiencia», manifestó Llanes, quien aseguró que «nadie puede hacer las obras de Dimitri, sólo él».

Dimitri Papaioannou ha cumplido este año el medio siglo de vida. Popular fuera de Grecia por haber sido el director creativo de las ceremonias de apertura y cierre de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y de los Juegos Europeos de Baku 2015.

El coreógrafo confiesa provenir del mundo de las artes visuales y posteriormente de la creación del comic. Durante muchos años sus obras primero tomaron cuerpo a través de «story boards». «Un día, hace cuatro o cinco años, me cansé de hacerlo de esta manera y desde entonces lo que hago es reunirme con mis tres o cuatro colaboradores, encontrar algunas ideas y con pequeños detalles ir construyendo el espectáculo».

Este creador de las «obras sin palabras», dice que es capaz de crearlas porque «siento y veo a mi alrededor. Sé que lo que hago no es exactamente teatro, pero no sé, funciona en el teatro. Lo que ocurre es que quizás mis obras están más en el mundo de la danza contemporánea donde los territorios creativos son mucho más amplios. Aunque sí, el rito del teatro me gusta mucho».

Una de los aspectos más destacados de sus «Still life» es la «no música». «Lo que suelo hacer es amplificar los sonidos naturales que se producen en el mismo escenario y distorsionarlos. Es como una experiencia sonora. No quiero poner música porque es como dirigir a los espectadores de alguna manera. Así este sentimiento, no existe. Además, es un territorio más divertido».

A la hora de dirigir dice que si, «soy el jefe», y que trabaja en colaboración con sus intépretes, «me gustaría decirle a mis intérpretes que están haciendo una comedia, pero mi universo no es muy cómico».

El coreógrafo griego se siente inspirado por creadores mayores que él, «suele ocurrir. Mis referentes están en directores de cine como Jacques Tati, Luis Buñuel, Buster Keaton o David Lynch y su inspiración puede venir de cualquier momento vital, como en el entierro de uno de sus colaboradores y amigo», «cuando ví cómo cuatro personas transportaban el féretro me surgió la idea de cómo ese hombre había facilitado comida con su arte... y de esa forma empiezan cosas».

Otro de sus iconos es Nikola Tesla, el inventor e ingeniero serbio. «Pienso en él como un hombre elegante, con su gran bigote, sentado entre dos máquinas de las que surge la electricidad que choca por encima de su cabeza. Esa energía, esas ondas que van y vienen sugieren muchas imágenes, y pensé en esa imagen cuando empecé a pensar en el espacio de mi nuevo espectáculo, incluso cuando conseguí una especie de plástico para crear nubes..., era como haber atrapado la naturaleza».

Con el espectáculo «Still life» creó un cielo, y un gran espacio con el que finalmente interactúa con el espectador consiguiendo que éste genere una respuesta.

Tiene un vago recuerdo de su paso por Sevilla en 1992, vino con su compañía Edafos Dance Theatre de la que fue fundador y director «pero recuerdo muy poco porque fue una visita fugaz». En su bajaje profesional ha participado en más de 40 montajes, entre los cuales destacan Nowhere (2009), homenaje a la coreógrafa y bailarina alemana Pina Bausch; Inside (2011), que consiste en una instalación teatral de seis horas y Primal matter (2012), pieza con la que volvió a aparecer él mismo sobre el escenario después de una pausa de diez años. Entre los mitos hizo su propia versión de Medea.

«Creo que hay una exposición sobre Murillo y Velázquez en Sevilla y quiero verla, aunque también me han dicho que en la Cartuja hay arte contemporáneo, a ver si me da tiempo», dice el inquieto director y creador nacido en Atenas y forjado en del taller de Yannis Tsarouchis, uno de los grandes pintores griegos del siglo pasado que también hizo trabajos escenográficos para los grandes teatros europeos.

Como finalmente comentó el director del teatro Central, «con la exclusiva de «Still life» este teatro de Sevilla vuelve a ponerse a la cabeza de las propuestas escénicas vanguardistas de primer nivel».

Ver los comentarios