CRÓNIC

«Music has no limits»: La mejor música elevada a su estado más festivo

FIBES disfrutó anoche de un espectáculo que venía de triunfar Miami, Nueva York y Roma

Sevilla Actualizado: Guardar
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El público sevillano vibró anoche con un espectáculo basado en representaciones de grandes éxitos de la música. Aunque esta afirmación soluciona la papeleta de resumir en pocas palabras el evento con una verdad como una catedral, también es cierto que puede dar lugar a equívoco al imaginar el lector un show basado en la trillada fórmula de versionar clásicos. 'Music Has No Limits' no es eso, al menos no solo eso. Es muchísimo más.

Por favor, no imaginen a los cuatro cantarines del «¡Qué tiempo tan feliz!» de María Teresa Campos imitando a Karina, Rocío Dúrcal o Tony Ronald una tediosa tarde de domingo, ¡no! Diseñen una cuidadosa selección de grandes canciones de todos los tiempos y de todos los estilos musicales, una puesta en escena colorida e impecable, sumen la última tecnología en luz y sonido, añadan talento a raudales y toneladas de fuerza y vitalidad, y solo así conseguirán obtener una exigua idea de lo que pudieron disfrutar las mil personas que abarrotaron anoche el auditorio Al-Andalus de FIBES.

El granadino Miguel Depáramo, director creativo y pianista del proyecto, presentó en Sevilla, «la ciudad más bonita de España» según declaró anoche, una formación acorde al reducido espacio del escenario, con diez músicos de altos vuelos entre los que destacaron sobremanera una joven que interpretó a las mil maravillas el violín eléctrico, una cantante de ópera y el propio pianista andaluz, los cuales interpretaron airosos un repertorio de casi medio centenar de grandes éxitos en un directo colorista que tuvo en la espectacularidad uno de sus puntos fuertes.

Un momento del espactáculo
Un momento del espactáculo - ABC

El show es difícil de definir, ya que en la hora y media que dura se concede todas las posibilidades de ser, cambiando de camino cuantas veces le es necesario, y en la mayoría de los casos con acierto. Se pasa de una ópera de Puccini al «Sweet Child O´Mine» de Guns N' Roses, del «Freed from desire» de Gala al «Highway to heaven» de AC/DC, o del «Zombie» de The Cranberries a Lady Gaga con su «Bad Romance» con una inaudita sutileza y siempre bajo un claro y elegante barniz electrónico, que hizo disfrutar de lo lindo al graderío gracias a semejante armonía en la puesta en escena, en la que interactúan efectos, luces, imágenes, ritmos y a una propuesta que abarcó todos los géneros: clásico, pop, rock, heavy, salsa, ópera, house, etc.

El público, que comenzó el espectáculo acomodado en sus asientos pero que a medida que la noche se caldeaba con hitos como "Smooth criminal" de Michael Jackson, «Bohemian rapsody» de Queen, «Titanium» de David Guetta, «Locked out of heaven» de Bruno Mars, la «Conga» de Gloria Estefan o el «Woman del callao» de Juan Luis Guerra, fue soltando amarras elevado por las alas del entusiasmo hasta terminar saltando, bailando y con ganas de seguir la fiesta en uno de los cientos de garitos que inundan la noche sevillana. Un ejemplo académico de cómo la música se transforma en energía térmica, luminosa, sonora y de movimiento. Y es que es inevitable no sentir un amazónico caudal de fuerza positiva fluyendo por el cuerpo después de haber gozado de 'Music Has No Limits', un espectáculo que ya venía de triunfar en New York, Miami, Madrid, México, Milán y Barcelona en menos de un año, y que ayer hizo lo propio en la capital hispalense.

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