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Música

Miguel Bosé: «Si hago algo fuera de lugar, mis fans me perdonan y me esperan»

La gira española de «Estaré» comienza este viernes en el WiZink Center, donde contará con invitados como Pablo Alborán, Vanesa Martín, Ximena Sariñana y Marlango

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Miguel Bosé no disimula su curvita de la felicidad cuando se levanta para saludar antes de charlar sobre su gira. Se le ve feliz, relajado y realizado con la gira con la que acaba de arrasar en sus más de treinta concieros en América. Sólo hay dos temas de los que no quiere hablar, o mejor dicho uno: la muerte. Acaba de decir adiós a dos de las personas más importantes en su vida (Bimba Bosé y David Delfín), y prefiere centrar la conversación en la apretadísima agenda que le espera este verano, y que increíblemente ha sido capaz de memorizar al dedillo. «Después de Madrid ire a Barcelona el día 26, el 30 a Córdoba, y el 1 de julio a Valladolid. Luego retomo el 25 de julio en Vigo, el 29 de julio en Tenerife, el 4 de agosto en Marbella, el 9 en el Festival de Cap Roig...». Le seguirán Alicante el 12 de agosto, Jerez de la Frontera el 14, La Rioja el 2 de septiembre, Valencia el 6, Sevilla el 8 y Mérida el 9.

¿Cómo ve el recorrido de su «MTV Unplugged»?

Arrancó siendo número uno de las listas americanas, y en España también. A partir de ahí empecé una gira que ha pasado por Mexico, Estados Unidos, Colombia, Argentina, Chile... Así que fantástico.

Ahora viene la gira española, pero luego vuelve a América otros tantos meses. ¿Cómo contrarresta tanta intensidad?

Vivir en Panamá hace mucho. Allí tengo una calidad familiar que es fantástica, y estoy muy bien conectado con toda América. A veces salgo a las siete de la mañana a otro país, y a las doce estoy de vuelta con mis hijos. Esto también es importante también por mis fundaciones, que operan mucho en territorio americano. Un ejemplo es la firma del parque oceánico «no take» con Rafael Correa, que cubrirá 64.000 kilometros cuadrados. Ahora firmamos el archipiélago Juan Fernández, con 685.000 kilómetros cuadrados, y también Cabo de Hornos, con 181.000 kilómetros cuadrados. También defiendo el patrimonio indígena en México, etc... Y para todo esto viene genial vivir en Panamá.

¿Tiene tiempo para todo el activismo que quiere desarrollar?

No, nunca es suficiente, pero para eso tengo hojas de ruta, para desarrollar todas las propuestas de forma ordenada y bien, y delegar en colegas como Leonor Varela en algunas acciones.

¿Cómo ha sido la preparación de la puesta en escena de esta gira? Está basada en el «MTV Unplugged», pero seguro que ha querido ir más allá...

La idea es volver a los orígenes, porque este año cumplo cuarenta años de música, y queremos celebrarlo con todas las canciones emblemáticas de mi carrera, desde mi primera canción hasta «Estaré», que es la último que he compuesto y entregado. La iluminación es fantástica, a la italiana, y con una realización que va a alternar imágenes en tres pantallas gigantes. Es muy minimal, pero muy elegante.

¿Le preocupa el tema de la reventa?

Yo no puedo hacer nada ahí, absolutamente nada. Porque hay mucha especulación, y ahora que los conciertos empiezan a levantar cabeza, hay mucha demanda pero también gente que quiere hacer mucho daño. Para un empresario, si lo vende todo, ya está. Pero cuando llega el artista y ve que la mitad del aforo está vacía habiéndose vendido todo... pues es una pena. Sobre todo porque hay gente que no puede acceder porque no puede permitirse esos preios tan desorbitados.

¿Qué le parece la iniciativa anti-reventa impulsada por Alejandro Sanz?

Vamos a ver, vamos a ver. Todas las iniciativas son buenas pero lo que hace falta es que se legisle. Al final volvemos a lo mismo. Tiene que haber penalizaciones, multas, que se persiga a la gente, que la fiscalía sea activa y rápida, y que haya voluntad política. Al final, los artistas podemos hacer poco, muy poco.

¿Ha pensado en su proóximo proyecto discográfico?

No, para nada. A ver, hay ideas sueltas que están grabadas, pero me queda un año de gira. Escribir siempre escribo, pero luego me tengo que sentar a revisar todo tranquilamente, y cuando llegue ese momento seguramente todo lo que tengo guardado me parecerá obsoleto, y tenga que empezar de cero. Eso me suele pasar.

Después de estos cuarenta años, ¿qué le falta por hacer?

Una banda sonora. Me lo propusieron dos veces, para una película española y otra mexicana, y tuve que decir que no a las dos, por falta de tiempo. De eso hace mucho, porque la gente ya ni se me acerca porque sabe que no tengo tiempo. Pero lo haré, lo haré. Ya estoy de vuelta en ese mercado (risas).

¿Su historia en la industria musical tiene alguna moraleja?

He crecido con la música. Con 18 años hacía música de un chaval de 18, con 30 la de un hombre de 30, y así sucesivamente. He sido capaz no sólo de desarrollar una forma de entender la música y de componerla, sino de hacerla sonar. El Miguel Bosé productor es vital, porque el sonido Bosé es inconfundible. Es una música particular, y aunque he evolucionado he mantenido una coherencia que ha sido una apuesta difícil. He tenido cumbres altísimas y simas profundísimas, pero cuando la gente sabe que tu apuesta es firme, te espera, y te perdona. Saben que si hago algo es por necesidad, y si consideran que he hecho algo incomprensible o fuera de lugar, saben que para mí ha sido una necesidad hacerla. Y me esperan.

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