Música

Marwan: «Me hizo falta psicoterapia para entender la falta de compromiso en el amor»

El artista madrileño publica el libro-disco «Mis paisajes interiores», su primer trabajo para Sony Music

Marwan ABC

NACHO SERRANO

El poeta y cantautor Marwan es ya uno de los artistas más reconocidos del circuito de salas en España, con llenos en todas las ciudades que pisa, y con unos números espectaculares también en algunas ciudades de Latinoamérica a pesar de ser un artista independiente sin ayuda de ningún sello discográfico. Ahora, la carrera de este madrileño de padre palestino y madre española ha dado un nuevo salto al fichar con una multinacional con la que edita su nuevo trabajo, «Mis paisajes interiores», un libro-disco en el que, efectivamente, hay tanta música como poesía.

La portada muestra la sombra de una mujer sobre su rostro. ¿Una pista de lo que encontramos en el interior?

Sí, tiene que ver con lo que llevo dentro. El disco habla sobre el desamor mayormente, sobre fantasmas interiores... por eso la portada es muy propia.

Las letras parecen necesariamente autobiográficas.

Menos «Cómo hacer que vuelvas», en la que hablo más de un amigo, todas son autobiográficas. Pero cuando una historia te toca tan de cerca, también es autobiográfica. Yo he vivido la situación que se cuenta en la canción, pero al revés, siendo yo la víctima.

Curiosamente, esa canción ha sido el single de adelanto.

Sí, sí. Coincidimos todos en que tenía que ser esa. Tanto el A&R como la gente de marketing, mi manager y yo lo vimos claro, fue unánime.

El arrepentimiento flota en el ambiente de casi todo el disco, y el libro se abre con la frase «Los deseos no siempre tienen razón». ¿Hay una conexión?

Totalmente. El disco habla en realidad del arrepentimiento doble, de personas que tienen tanto miedo al compromiso que acaban teniendo miedo al abandono antes de comprometerse. Y acabas sufriendo mucho.

Los poemas y las canciones del libro-disco se complementan, de hecho hay frases que aparecen en ambos lados.

Cuando tengo la guitarra entre manos, estoy haciendo una canción. Si no, estoy haciendo un poema. Así que la diferencia de método viene por la logística, por decirlo de alguna forma. Lo que cambia u poco es el vocabulario, porque en los poemas retuerzo mas con las reflexiones, y las canciones tienen que tener mensajes más directos.

¿Es su disco más rico a nivel instrumental y de arreglos?

Es la primera vez que siento al ciento uno por cien que lo que he hecho es exactamente lo que estaba en mi cabeza. Se han plasmado las ideas a la perfección, a veces incluso se han mejorado gracias al productor Tato Latorre, que tiene un talento abrumador para arreglar canciones con unas posibilidades alucinantes. Esta vez he quedado satisfecho hasta niveles insospechados. Sí, desde luego es mi producción más potente hasta la fecha.

¡El videoclip del single es bastante subidito!

Sí, ¡jaja! La verdad es que quería provocar un poco. No quería hacer el típico vídeo de parejitas que tanto se ve en el pop español. A veces nos quedamos en cosas superficiales, un poco tontas. Creo que este videoclip representa muy bien lo que les ocurre a los protagonistas, en tres escenarios: la feria, el hotel, donde están las escenas más calientes, y en un parque. En las tres situaciones se busca ese círculo de estar enamorado y romperlo.

¿Ha visto que ya hay versiones online de fans suyos?

Sí, sí, ya las he visto, y la verdad es que me encanta ver a la gente tocar mis canciones. Es lo que yo hacía con mis referentes, con Silvio, Ismael Serrano, Sabina, Serrat... y que ahora le apse a la gente conmigo me parece brutal, es una conexión tremenda.

En el disco se habla mucho del miedo al compromiso, como ha comentado. ¿El amor de verdad no debería disipar ese miedo?

Para mí el compromiso no es casarse, por ejemplo. Es el día a día, no estar divagando, que sí que no, que ahora te quiero y ahora no. Pero la falta de compromiso muchas veces no está causada por una falta de amor. Hay gente que está muy, muy enamorada de alguien pero sus fantasmas del pasado le impiden expresarlo. He hablado y leído mucho sobre el tema, y la conclusión es que esa gente no se entrega del todo porque tiene miedo. Miedo a que le rompan el corazón, miedo a sufrir. A esas peronas el amor les ha traído más dolor que disfrute, y con el tiempo he aprendido a entenderlas. Antes me pondía muy rabioso cuando una persona no se comprometía, pensando eso, que era una falta de amor. Pero he entendido que solo era miedo, que se autoboicoteaban. El ser humano es muy complejo con esas cosas.

¿Quizá le hizo falta sentir ese miedo para comprenderlo?

No, me hizo falta hacer psicoterapia. Me hizo falta analizarme a fondo a mí mismo, para así poder aprender a analizar las variables psicológicas que intervienen en este tipo de decisiones.

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