Morrissey, en la portada de «What Difference Does It Make?»
Morrissey, en la portada de «What Difference Does It Make?» - abc
modelo de ocasión

El día que Morrissey dobló a Terence Stamp

El actor londinense obligó a retirar su imagen de la portada de uno de los primeros singles de los Smiths

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En tiempos de los Smiths, Morrissey no daba la cara. En solitario no ha dejado de estampar su rostro en las portadas de sus discos, tanto de siete como de doce pulgadas, y de componer un álbum fotográfico que, en planos generalmente cortos, proyecta su evolución física desde hace ya casi treinta años. Incluso los peluqueros que le ponían el tupé en su sitio han llegado a aparecer en los títulos de crédito de una vanidosa colección de retratos que solo se ha interrumpido en muy contadas ocasiones y para acoger, de forma muy excepcional, a estrellas invitadas.

En tiempos de los Smiths, Morrissey no daba la cara. Eran sus ídolos -cantantes, escritores, actores, e incluso gente corriente y moliente- los que aparecían en unas portadas que, de la misma manera que en su carrera en solitario han mostrado al cantante por fuera, en aquella época lo retrataban por dentro y por alusiones, de forma vicaria.

Incluso cuando los Smiths liaron a Sandie Shaw para que grabase «Hand In Glove», Morrissey le colocó en el single la imagen de una de sus actrices favoritas, Rita Tushingham. Las obsesiones del autor de «Viva Hate» quedan patentes en las dos portadas -las de «Heaven Knows I'm Miserable Now» y el cotizado «Barbarism Begins At Home»- que dedicó a Viv Nicholson, la mujer británica que en 1961 se hizo millonaria con las quinielas y que en apenas cuatro años terminó arruinada. Lo que se entiende como «Common People», en palabras de Jarvis Cocker.

El cloroformo de Stamp se transformó en leche en manos de Morrissey

En tiempos de los Smiths, Morrissey no daba la cara, pero un imprevisto le obligó a salir a escena. Para ilustrar la cubierta de «What Difference Does It Make?», su cuarto sencillo, el líder de la banda de Manchester eligió una imagen de Terence Stamp, tomada durante el rodaje de la película «El coleccionista». Al actor no le hizo mucha gracia la cosa y prohibió la utilización de la fotografía, en la que el intérprete sonreía mientras llevaba un vaso con cloroformo en la mano izquierda. No es de extrañar que Stamp se sintiera algo incómodo, quizá por el qué dirán, al verse en la galería de una banda cuyos anteriores homenajes habían tenido como protagonistas al divino Jean Marais y a un modelo masculino, en pelota picada. Tampoco Harvey Keitel, a quien al menos pidieron permiso para utilizar un fotograma suyo, quiso aparecer en la colección de mujeronas y héroes amanerados de Morrissey.

Rebobinamos. Rough Trade, y también en España el sello Nuevos Medios, salieron del trance con una portada alternativa y casi idéntica a la original, en la que tuvo que ser el propio Morrissey el que portaba el vaso, en esta ocasión lleno de leche. Stamp, que diez años más tarde y en «Priscilla» acabó siendo la reinona del desierto australiano, no tardó en cambiar de criterio y permitir que reprodujeran la imagen original, lo que hizo de la edición protagonizada por el autor de «Bona Drag», vista y no vista, una rareza que hoy se paga bien. Sigue saliendo más caro, sin embargo, el «Barbarism Begins At Home» ilustrado con la simpar Viv Nicholson, cuando la fugaz y atroz multimillonaria estaba en las últimas y al borde de la quiebra. Intérprete de una canción autobiógrafica titulada «Spend Spend Spend», de la que en 1998 surgió un musical, Nicholson sí que sabía gastar, en discos o en lo que le pusieran por delante.

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