Fito Cabrales: «Si me arrepintiera de lo que me ha sucedido sería un desgraciado»

Fito Cabrales ha cambiado la intimidad de los teatros -hace un año actuó en el Castillo de San Sebastián en el marco de los 'Conciertos para la libertad- por los pabellones de gran aforo. A punto de tener una hija, en los umbrales de los 50, con un cuarto de siglo de carrera, y de carretera.

Nombre propio de dos de las bandas más significativas de sus respectivas décadas, 'Platero y tú' y los 'Fitipaldis', después, mucho después de bajar a los infiernos para alcanzar el cielo, Fito Cabrales lo ha vuelto a hacer.

Ha revivido con 'Huyendo conmigo de mí' el éxito de sus anteriores trabajos discográficos, 'Antes de que cuente diez' y 'Por la boca vive el pez'.

Y eso que el bilbaíno dice no esperar nada cada vez que publica un álbum.

Lo que sí aguarda con expectación es su visita a la provincia de Cádiz. Este sábado, tercer concierto de su renovada gira (con varios 'sold out') en el Palacio Municipal de Deportes Chapín de Jerez.

-Se ha estrenado en Santander. ¿Qué tal el comienzo de gira de 'Huyendo conmigo de mí'?

-Estamos verdes todavía. Los primeros conciertos son de tanteo, estuvimos toda la semana pasada en Santander con todos los preparativos, con los ensayos finales, los ajustes. Este año tenemos una gran gira en cuanto a logística, somos ochenta y tantas personas de tour. En lo musical fue muy bien, en el estreno estás un poquito más tenso por si funciona o no el repertorio que has hecho, pero bueno, la verdad es que salimos con nota.

-¿Esperaba la acogida del disco y la respuesta de los conciertos?

-Esperas que te arropen y ya está. Esta gira es totalmente musical, no tiene la cercanía e intimidad de los teatros. Ahora llevamos un gran escenario, queremos hacer un gran espectáculo, una gran fiesta del rock, por eso nos resulta apasionante, hemos pasado de los teatros a los pabellones.A pesar de que es lo mismo, salir, tocar, cantar e intentar transmitir algo, es verdad que el sitio donde tocas te puede ofrecer diversas posibilidades.

-Entonces, ¿cómo va a ser el de Jerez?

-Realmente va a ser lo mismo que llevamos a todos lados. Nunca sale un concierto igual, aunque lo quieras hacer. Cada vez que una banda del norte se va a las coordenadas del sur lo que más impresiona es el calor de la gente, más que lo bonito de la ciudad. Cuando sales al escenario sí hay diferencias entre cómo responde un público u otro. Nosotros ya estamos pensando en que vamos al sur y en la que se va a liar.

-Menos mal que cada concierto es diferente, si no, menudo sopor para el músico, ¿no?

-Los músicos no salimos a tocar metidos en una burbuja. Salimos y tenemos a 10.000 personas delante, por lo tanto, nunca va a ser igual. Cada uno va a lanzarlo, sentirlo y recogerlo de una forma diferente. Todos los días te levantas de una manera diferente y la música es algo que está vivo, puedes cantar una misma canción toda tu vida que siempre va a sonar diferente.

-¿Está más orgulloso de este disco por ser el último?

-Bueno, estoy muy orgulloso por haberlo terminado. Por haber sido capaz de hacer otro disco. Debe ser así, lo de estar más orgulloso del último. No es hasta cuando tengo varias letras que realmente me aportan mucho y tengo ganas de grabarlas, cuando hago un disco. La prueba es que he tardado más de cinco años en hacer este. Si tardas cinco años en hacer un disco y encima no estás orgulloso de él, es que eres un puto capullo. Yo hace ya tiempo que cambié mi punto de vista, yo ya no espero nada de los discos una vez que ya están grabados. Yo sólo espero durante la grabación, durante la creación, que me den mucha fuerza. En este caso me ha dado la oportunidad de trabajar con mis músicos, he conocido a otra gente, me ha aportado muchas cosas personales. Es un trabajo muy largo, muy duro, está lleno de dudas todo el rato y cuando por fin le pones una portada, no sólo yo, sino todo el mundo que ha trabajado en el disco, se siente muy a gusto.

-El nuevo disco se acompaña de un documental sobre el proceso de creación que han titulado 'Complicadamente sencillo'. ¿Está difícil grabar música?

-Está difícil dedicarse a la música. El título del dvd lo puso Pedro Toro, el director, y él es muy amigo nuestro. Y puede tener dos sentidos. Primero que la gente ni si imagina el trabajo que esconde un disco. Lo segundo tiene que ver con lo musical, sonar de una manera sencilla puede resultar más complicado que otra más pomposa. No es tan sencillo de ejecutar, no resulta fácil resumir los instrumentos y las pistas y saber qué hay que hacer realmente con la canción.

-Dice que la política le provoca mala leche, no ganas de escribir canciones sobre ella, a pesar del tema 'Nada de nada'.

-Es verdad, a mí me provoca más gustirrín la música que la política. La política no da muchas alegrías precisamente.

-Pero si no se lucha con la música, ¿con qué? ¿nos hemos quedado sin armas?

-No pueden estar haciendo el mal eternamente, siempre habrá un revulsivo. Ahora mismo uno puede pensar en Podemos, en los movimientos sociales que surgieron, pero en el fondo, todo está pasando... Todo el mundo habla de transparencia, pero ha sucedido porque se les ha obligado. Es muy difícil cuando haces las cosas mal hacerlas por mucho tiempo. No sé cómo acabará todo, pero ojalá que se vayan todos los que están y venga gente nueva, me da igual el que sea. ¿Ahora todos son súper justos, súper sociales y súper humanitarios?

-Pero su música no va en esa lucha, sus composiciones se caracterizan por el tono reflexivo, de corte más personal, y en 'Huyendo conmigo de mí', sólo hace falta ver el título, lo ha vuelto a hacer.

-Siempre he huido de las canciones políticas, no me aportan nada. Literariamente para escribir me parecen horribles. En cambio, me gusta y se nota una recompensa siempre que escribo sobre mí, sobre mi vida, lo que me pasa y mis tonterías en general. Yo canto canciones que transmiten cosas que pienso.

-En el tema 'El vencido' hay una frase muy llamativa: «estoy perdiendo el tiempo en vivir deprisa». ¿También se refiere a Fito Cabrales?

-¿Quién no se ha sentido así alguna vez? No conozco a nadie que no esté estresado. Ya ya no me refiero a vivir deprisa a eso de sexo, drogas y rock&roll. La vida en general está estresada, no nos esperamos ni a ver los créditos de las películas. Vivimos demasiado deprisa y así nos va como nos va, porque no nos paramos a pensar si lo que hemos hecho realmente es lo que queríamos hacer.

-Hace quince años del primer disco con los Fitipaldis, cuando mira atrás, ¿se siente sobre todo satisfecho?

-Yo pienso que he tenido mucha suerte. Todos los músicos que viven de su pasión, pues al final piensan eso. Yo empiezo como cualquier chaval, con 16 años a hacer bandas y poco a poco, no sé en qué momento, de repente, ya eres Platero, ya eres Fito, no sé el momento exacto de la transición. De repente te llaman para tocar, de repente nos dedicamos a esto, de repente Fito... Muchos de repentes seguidos.

-¿Nada de lo que arrepentirse?

-Musicalmente de nada. Al revés, sólo puedo pensar que nunca imaginé que me fuera tan bien. Hombre, hay canciones que no me gusta cantarlas ya, pero porque tengo 50 más. Si me arrepentiera de lo que me ha sucedido, sería un desgraciado.

-Pero, ¿a qué coste?, ¿realmente ha hecho la música que quería?

-Me da un poco de coraje que la gente crea que una discográfica tenga la capacidad de hacer un artista. Es verdad que se puede conseguir un éxito, pero llevar 20 años en la carretera y grabar unos cuantos discos no lo puede conseguir un sello. Me da pena que el público no sé de cuente de que es él el que tiene el poder.

-¿Y si mira el futuro?

-Acabamos de empezar la gira y esperamos pasearla por España y después Latinoamérica, por lo menos un año y medio de tour.

-¿Y después a pensar en el siguiente?

-No, la gente no se lo cree, pero siempre pienso que no va a ver un próximo disco.

-Es una persona más de de vivir el presente.

-No me queda más remedio que pensar en el presente, con cerca de 50 tacos. A mí lo que me interesa es lo que tengo cerca de la nariz, delante de mis ojos. Ahora sólo pienso en los conciertos de este fin de semana.