LIBROS

Federico Jiménez Losantos: «Lenin funda la mayor dinastía de asesinos en serie»

En «Memoria del comunismo. De Lenin a Podemos» (La Esfera de los Libros), el periodista y escritor analiza la historia, el ayer y el hoy, de una ideología manchada de sangre

Federico Jiménez Losantos (Orihuela del Tremedal, Teruel, 1951)
Carmen R. Santos

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-¿Su libro es un homenaje a los millones de víctimas del comunismo?

-A ellas está dedicado: más de cien millones de personas asesinadas por una ideología criminal que todavía tiene sometida a la cuarta parte de la Humanidad  y que en la Universidad y los medios sigue teniendo un asombroso prestigio. Los casos de Podemos en España y Melenchon en Francia prueban su vigencia. Pero, sobre todo, es un intento serio de explicar la naturaleza del comunismo, su historia y sus bases teóricas. También cuándo empieza a funcionar la Mentira sobre el Terror Rojo.

-Recoge también su experiencia personal...

-Sí: trato de explicar por qué un chico nacido en un remoto lugar de los montes de Teruel en los años cincuenta cambia la moral católica por el comunismo.  Y en qué momento, tras leer a Soljenitsin y ante una chica china de su edad, en un campo de concentración en Pekín, en 1976, se convierte en anticomunista militante.

-¿Cuándo comenzó a escribirlo?

-Dos capítulos, «Cien millones de muertos» y «Che Guevara, el buitre Fénix», los escribí en 1997 y 1999, a los ochenta años del golpe de Lenin y a los diez de la caída del Muro. Estaban inéditos y creía que perdidos hasta que hace año y medio, una gotera en la biblioteca me obligó a abrir los armarios y los encontré. Faltaba año y pico para los cien años de comunismo así que lo entendía como una señal y me puse a trabajar. Tardé año y medio, en su redacción final, que era bastante más larga que la que ha salido.

«El comunismo se cree con derecho a quitarle todo a todos, y si no se dejan, matarlos»

-¿Cómo ha sido su proceso de escritura?

-Tuve que releer a los clásicos y repasar el papel de Bakunin, tan importante como el de Marx y los terroristas rusos de los años sesenta del siglo XIX, en la ideología leninista. Luego, cómo Lenin crea ya en su primer año el modelo de todos los regímenes comunistas hasta hoy. Y quizá lo más importante: cómo empezó la censura sobre sus crímenes, por los socialistas franceses, pese a la denuncia de sus víctimas y casi a la vez que los iba cometiendo. Luego, el papel del Terror Rojo en la Guerra Civil española, los bulos internacionales que aún circulan –Orwell mediante- y lo que más se oculta hoy: el rol de Companys, la CNT-FAI y el POUM en el terror en Cataluña, que fue todavía peor que el de Madrid. Por último, el comunismo después del comunismo: China, Cuba y, naturalmente, Podemos.

-¿Uno de sus objetivos es alertar de que el comunismo no ha muerto?

-Efectivamente. Porque lo esencial del comunismo, que es una ideología contra la propiedad, y que para acabar con ella justifica hasta el genocidio, sigue gozando de un enorme prestigio académico, político y mediático. Cinco millones de votos obtuvo nuestro «Pablenín». 

-¿Cuál sería la característica más dañina de esta ideología?

-La inquina contra la propiedad que supone la supresión de la libertad. Robarles todo a todos es difícil: muchos no se dejan y hay que aterrorizarlos o matarlos. 

-¿Lenin y Stalin fueron asesinos en serie?

-Lenin funda la mayor dinastía de asesinos en serie de la Historia, Stalin y Mao solo siguen su estela. Pero todo está en Lenin. Eso creo que lo explico bien. 

-¿Qué rasgos esenciales de esos dirigentes ha tomado Pablo Iglesias?

-El odio al prójimo. Creerse con derecho a quitar todo a todos. Aquí o en Caracas. Es decir, ser un leninista consecuente. 

-¿A qué cree que se debe que hoy el comunismo tenga seguidores?

-A que hay muchos estudiantes y profesores de clase media, sin experiencia laboral ni responsabilidad personal, que juegan a ser los dioses de otros. Y a la frivolidad de los medios para tratar los crímenes comunistas. El comunismo crea un enemigo grotesco y se pone en contra, como los de Hollywood, sea el capitalismo, el franquismo o lo que sea. El caso es presumir de superioridad moral, ser los buenos de la película. Y eventualmente, comisarios y asesinos.

«Puigdemont dice que Rajoy es el franquismo: eso es la desmemoria histórica. Y lo primero que se oculta es el Terror Rojo y nacionalista en Cataluña»

-Uno de los aspectos más impresionantes que usted aborda son las torturas de los comunistas durante la Guerra Civil. Esto quiere «olvidarse» en la Memoria histórica...

-Esa ley infame, que acaba con la Transición, es el mayor intento en cualquier país de justificar los crímenes del comunismo. Una vergüenza y un intento de volver a la Guerra Civil fabricando primero al enemigo, luego, vendrá la guerra. Puigdemont dice que Rajoy es el franquismo: eso es la desmemoria histórica. Y lo primero que se oculta es el Terror Rojo y nacionalista en Cataluña.

-En su ensayo «Lo que queda de España», usted advirtió de los peligros del nacionalismo catalán. Su diagnóstico se ha cumplido con creces…

-Es que el diseño de la dictadura lingüística y mediática lo hicieron los comunistas del PSUC, a los que conocía. También los que conocían a Lenin sabían que iba a hacer lo que hizo, pero la gente prefirió mirar a otro lado.

-¿Lo que sucede en Cataluña es un callejón sin salida?

-Hay dos salidas: o ganan ellos y se cargan España o gana España. Para eso hacen falta diez años, demoler su dictadura, como en la «desnazificación» de Alemania, en Cataluña, Baleares, Valencia, País Vasco, Navarra y Galicia. La dictadura empieza en las aulas y los medios y ahí debería ser desactivada.

-¿Cree que en el «procés» ha tenido un papel fundamental el adoctrinamiento en las aulas?

-Maestros y periodistas son la clave del lavado de cerebro. Prohibir la lengua y perseguir todo lo español es el arma. Pero el Gobierno lo sigue financiando.

-¿Habría que devolver al Gobierno central las competencias sobre educación?

-Hay que devolverle al Gobierno, sea el que sea, la competencia sobre España. Seguridad, Educación, Sanidad, Pensiones, Política Exterior y Defensa son indelegables. Y una política de medios radicalmente distinta. Hoy es una finca de separatistas y comunistas millonarios. Cuando en el Tiempo de TVE dicen que llueve en «Chirona», y no se refieren a pupilos de la cárcel, sino a la urbe de «Tractoria», los enemigos de España, que son los del español, están ganando. 

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