Detalle de la obra del taller de Brueghel sobre la que pivota la muestra «Tratado de paz»
Detalle de la obra del taller de Brueghel sobre la que pivota la muestra «Tratado de paz»
ARTE

Donosti firma la paz con su Capital Europea

Los Reyes inauguran esta semana el proyecto central de la Capitalidad Europea de San Sebastián: la muestra «Tratado de Paz». Una exposición con múltiples ramificaciones que fija desde el arte los significados de este etéreo concepto

San Sebastián Actualizado: Guardar
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Nos quedamos con una apreciación de Pablo Berastegui, (último) director de San Sebastián 2016: «Esta capitalidad europea está construida para atraer talento, no visitantes». Nada que objetar, sobre todo a una ciudad enseñoreada como Donosti, que mira con cierto desdén al turismo de masas. Y, en esa línea, debe leerse « Tratado de Paz», su propuesta más ambiciosa, un proyecto de proyectos que nos reconcilia, tras los altibajos, con DSS2016, y que la próxima semana inaugura sus contenidos en sus sedes principales: el Koldo Mitxelena y el Museo San Telmo.

Una cita compleja, que pone el dedo en la llaga de una propuesta, la de Donosti, que, por seguir usando palabras de su responsable, nunca intentó ser «simpática» al ponerse como reto repensarse como ciudad y como ciudadanía, sobre todo cuando estas se han visto afectadas durante décadas por la lacra del terrorismo.

Hacerlo es síntoma de madurez. Y en manos de un comisario complejo, Pedro G. Romero, con vocación enciclopedista, que tiende a abrumar con los contenidos y a no reducir la dificultad de los mismos, sino a sacarle a esta el máximo provecho, potenciando el trabajo en red y la colaboración con otros agentes.

Por ello, no se acerquen a «Tratado de Paz» con la intención de «pasar la tarde» o dedicarle unos minutos. Una propuesta, además, que ya contó con una serie de actos previos a modo de prólogo en 2013 y cuyos resultados se completan ahora.

Mayúscula y minúscula

El fin de esta macro-exposición queda bien resumido en su enunciado. Porque no es esta una cita (o conjunto de citas) cuya misión es analizar el concepto de paz en contraposición al de guerra, sino esbozar un auténtico «tratado» sobre el término; «Paz» con mayúscula y «paz» en minúsculas, señala G. Romero, es decir, abordando las construcciones que maneja el imaginario colectivo y también las formas políticas que han legado el Arte y el Derecho, entendida a lo largo de los siglos «como Pax Imperial, expresión de victoria, fórmula de conciliación o como abandono de la violencia, goce o alegría de vivir».

Al ser la capitalidad de San Sebastián «la excusa», su sede o exposición central se repartirá entre San Telmo y el Koldo, pero no será ni mucho menos la única forma de abordar sus exploraciones. Su punto de inspiración, de hecho, es la figura de Francisco de Vitoria y la Escuela Ibérica de la Paz –o de Salamanca–, fuente del Derecho Internacional de las Gentes, que en siglo XVI asumió la política como forma de atajar la guerra y resolver conflictos, y que impregnó de contenidos morales determinados comportamientos, como el análisis de la expulsión de los moriscos de la Península o el trato a los indios del Nuevo Mundo (y ambos temas, actualizados en política de bloques contra el Islam y neocolonialismo, conectan con nuestro presente).

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