Muere Mark. E Smith, el cascarrabias que se bebió hasta la última gota del post-punk

El músico británico, líder de The Fall, falleció ayer a los 60 años

Mark E. Smith, durante una actuación en Barcelona en 2010 Efe
David Morán

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Mark E. Smith, el imprevisible e iracundo cantante que gobernó con puño de hierro el post-punk británico y lideró The Fall durante cuatro décadas, falleció ayer a los 60 años, según informó su discográfica. Pese a que la banda nunca había dejado de estar en activo y el pasado mes de julio publicó «New Facts Emerge», su último trabajo, la salud de cantante había empeorado sobremanera en los últimos meses: en agosto tuvo que ser hospitalizado por problemas respiratorios y meses más tarde la banda canceló la que iba a ser su primera gira por Estados Unidos en más de una década. En octubre, en una de sus últimas actuaciones, Smith actuó sentado en una silla de ruedas.

Siempre a dentelladas y triturando el punk con un crujir de mandíbulas que desfiguró los escupitajos de los Sex Pistols hasta convertirlos en pura vanguardia enfurecida, Mark. E. Smith (Salford, 1957) fue, además de un creador prolífico y un cascarrabias de manual, la única constante en The Fall. De hecho, él era la banda, tal y como pueden atestiguar los cerca de 70 músicos que pasaron por la banda desde su fundación en Manchester en 1976.

Su carácter explosivo y una más que problemática relación con el alcohol hacían de Smith una persona poco dada a la estabilidad y la convivencia. Una idea que él mismo se encargada de potenciar cada vez que abría la boca. Así, en un célebre cuestionario de la revista «New Musical Express», un Smith de aspecto aún saludable aseguraba que si fuese primer ministro británico le declararía la guerra a Francia, aunque no sin antes reducir a la mitad el precio de los cigarrillos y subir los impuestos a la comida sana.

Con todo, también supo transformar toda esa mala uva en explosiones de genio que lo situaron a la vanguardia del post-punk y cristalizaron en discos de alto voltaje como «This Nation's Saving Grace», celebrado por las publicaciones especializadas como uno de los mejores discos del siglo XX. Su personalidad explosiva tampoco le impidió colaborar con artistas tan dispares como Edwyn Collins, Gorillaz y Elastica y dejarse convencer para aparecer brevemente en «24 Hour Party People», película que retrataba la fértil escena de Manchester que él mismo contribuyó a expandir en los setenta y los ochenta.

Su hiperactividad creativa, con una treintena de discos publicados desde que debutó oficialmente con «Live At The Witch Trails» (1979), no hizo más que alimentar su leyenda y arrojar más fuego a esa hoguera de la que el punk salió trasquilado y hecho un manojo de hierros retorcidos. No en vano, The Fall nació en 1976, justo después de Smith asistiese a un concierto de los Sex Pistols y decidiese transformar aquella rabia sin filtro en un aquelarre de latigazos eléctricos, palabras masculladas y pespuntes industriales.

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