La Ópera de Montecarlo, obra de Charles Garnier
La Ópera de Montecarlo, obra de Charles Garnier - ABC

Arte, cultura y espectáculos visten de gala el Principado de Mónaco del siglo XXI

Mónaco quiere convertirse en una de las capitales culturales europeas y hacer de este sector una de sus «armas estratégicas» de futuro

Corresponsal en París Actualizado: Guardar
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Arte, cultura y espectáculos se han convertido en las «armas estratégicas» del Mónaco / Montecarlo del siglo XXI, cuya ampliación urbana en sus aguas territoriales coincidirá con la conversión del legendario principado de la Costa Azul en una capital cultural euro-mediterránea.

La inauguración de la Feria Europea de Arte, entre el 20 y el 24 de este mes de julio, marca la ascensión de un nuevo peldaño del puesto ascendente de Mónaco en la geografía artística y cultural cosmopolita.

La feria propone a galerías y gran público internacional dos ventajas comparativas de cierta importancia: un sistema bancario y fiscal privilegiado para los grandes inversores europeos, americanos, rusos o chinos; y un mercado abierto a sensibilidades artísticas tradicionales y emergentes, sin exclusiones.

En la feria estarán presentes galerías y clientela europeas y americanas, en un marco abierto al gran lujo y el gran público. La magna tradición hotelera de Mónaco / Montecarlo ofrece a esa clientela millonaria un escenario de excepción. Al mismo tiempo, la clientela mucho más popular de los cruceros podrá beneficiarse de una oferta artística y cultural quizá única en todo el Mediterráneo.

Bacon, la gran exposición

La exposición de Bacon en el Forum Grimaldi
La exposición de Bacon en el Forum Grimaldi - ABC

Tres semanas antes de la apertura de la feria, el Grimaldi Forum inauguró una de las grandes exposiciones de la temporada artística veraniega europea: «Francis Bacon, entre Mónaco, Francia y España». Esa exposición estudia por vez primera la influencia esencial de Mónaco y el gran arte español (de Velázquez a Picasso) en uno de los grandes maestros del arte de la segunda mitad del siglo XX.

Semanas atrás, a primeros de junio, Carlota Casiraghi, hija de la princesa Carolina, clausuró los primeros Encuentros filosóficos de Mónaco. Una iniciativa cultural de nuevo cuño: la celebración, a lo largo de todo el año, de encuentros filosóficos, con la participación activa de profesores universitarios, ensayistas y filósofos de la más diversa sensibilidad, de Vinciane Despret a André Comte-Sponville. Iniciativa sin precedentes en la historia del arte de vivir el lujo cosmopolita, inscrita en un marco majestuoso.

Actividad permanente

Mónaco ya tenía dos grandes museos nacionales, con actividades permanentes, un Palacio de la Ópera -importante en la geografía musical europea-, varias salas teatrales, varios auditorios, sin olvidar las actividades privadas de los grandes palacios hoteleros, con una agenda musical muy cargada, de Rod Stewart a King Crimson, pasando por la élite del canto lírico internacional, en estrecha colaboración con la Orquesta Filarmónica de Monte Carlo.

A caballo entre la memoria histórica y las artes que vendrán, el arte callejero y la fotografía tienen un puesto esencial en el nuevo Mónaco / Montecarlo del siglo XXI. Grandes fotógrafos, de Germaine Krull a Helmut Newton, trabajaron en Mónaco y dejaron olímpicos monumentos sobre Montecarlo y el arte de vivir el lujo de su tiempo. Desde hace años, Mónaco también «invierte» en fotografía, pidiendo a grandes fotógrafos de nuestro tiempo, como Gabriele Basilico, que cuenten fotográficamente las grandes metamorfosis urbanas que está sufriendo Montecarlo. En su día, la exposición «Mónaco visto por Germaine Krull y Grabriele Basilico» puso de manifiesto la continuidad profunda de dos obras paralelas, contando desde muy distintos ángulos el «diálogo» profundo entre la ciudad y la fotografía.

Más allá del documento, Mónaco / Montecarlo han decidido utilizar la escultura y el arte monumental de nuestro tiempo para dar un nuevo «look», una nueva imagen, a los grandes paseos, avenidas y paisajes ligados históricamente al Casino «belle epoque», los grandes hoteles ( Hôtel de Paris, Hermitage, etcétera) y los yates de gran lujo.

A iniciativa personal del príncipe Alberto II, Mónaco / Montecarlo, sus playas y paseos, han quedado «unidos» a través de un Camino de las esculturas… «El paseo turístico tradicional está «amueblado» con obras de maestros famosos o menos famosos, de César a Botero, pasando por un largo etcétera de escultores emergentes, cuyos trabajos transforman un paseo turístico, frente al mar, en un terreno de exposición al aire libre.

Sin duda, la economía financiera más opaca y tradicional, el lujo clásico, los grandes acontecimientos deportivos (tenis, fórmula 1, etcétera), la inversión inmobiliaria, continuarán siendo pilares capitales del modelo económico de Mónaco. La gran novedad, para el siglo XXI, es la inversión masiva en arte, cultura y espectáculos, considerados como eficaces «motores» de expansión económica (abriendo nuevos mercados), al mismo tiempo que contribuyen a modernizar la imagen de un principado gobernado con mano de hierro por la dinastía Grimaldi, desde el siglo XIII.

Francia, Italia e incluso Alemania (durante la Segunda guerra mundial), soñaron en muchas ocasiones con anexionarse el principado de los Grimaldi. El príncipe Rainiero llegó a enfrentarse con el General De Gaulle, y salvó a su patria de las ambiciones financieras de temibles tiburones, como Onassis. Prolongando la obra de sus antecesores, el príncipe Alberto II está abriendo una nueva página en la historia de Mónaco, utilizando el arte, la cultura y los espectáculos como armas de resistencia, defensa y conquista de nuevos territorios materiales e inmateriales.

Isla artificial

Mónaco ha comenzado la construcción de un «barrio» futurista, una isla artificial de más de 60.000 metros cuadrados, uno de los proyectos arquitectónicos más ambiciosos de su historia. Tres arquitectos -Renzo Piano, Alexandre Giralda y Denis Valode- y un paisajista, Michel Desvigne, han diseñado la construcción de una isla artificial donde se construirán residencias de lujo, grandes mansiones frente al mar e inmuebles de una decena de pisos.

El proyecto costará varios miles de millones de euros. Y su realización se prolongará durante toda la próxima década, con varias ambiciones paralelas: urbana (robar al mar tierra urbanizable), arquitectónica (crear una isla artificial) y económica y ecológica (crear un nuevo «motor» para el modelo económico nacional, respetando un eco sistema propio).

La futura isla artificial de Mónaco / Montecarlo se construirá en las playas que se encuentran entre el Casino Belle Epoque y el edificio del Forum Grimaldi.

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