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Günter Grass durante la presentación de su autobiografía, «Pelando la cebolla» - EPA

El lado más polémico de Günter Grass

Repasamos las posturas y declaraciones más controvertidas del premio Nobel de la Literatura, fallecido en Lübeck a los 87 años

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«La historia, sobre todo la alamena, se ha interpuesto en mi camino. No había forma de esquivarla. Hastas mis escapadas artísticas más audaces volvían a llevarme, una y otra vez, a su curso meándrico. Desde mi primera novela, '' El tambor de hojalata'', hasta el último hijo de mi capricho, que lleva el posesivo título de mi ''Mi siglo'', yo he sido su rebelde servidor», afirmaba Günter Grass, fallecido hoy, en su discurso de aceptación del Premio Príncipe de Asturias, en 1999.

Esa servidumbre de la que él hablaba no estaba ni mucho menos caracterizada por la mansedumbre. Antes al contrario, su postura política y su vehemencia al defenderla siempre le han acarreado críticas feroces.

En sus libros, en conferencias, en entrevistas... prendía fuego al debate con sus declaraciones. El escritor anunciaba en 2014 que dejaba de escribir novelas por su salud, la controversia tomaba la forma entonces de poemas. Repasamos sus polémicas más sonadas.

1. Miembro de las SS y relación Con Benedicto XVI

A los 17 años perteneció a las Waffen-SS. Se conocía que en 1944 había ayudado al ejército nazi, pero no este capítulo oscuro de su biografía, que él mismo reconoció en su libro «Pelando la cebolla», publicado en el año 2006. «No quedan marcas en la piel de la cebolla que expresen miedo u horror. Seguramente veía a la Waffen-SS como unidad de élite (...) La doble runa en el cuello del uniforme no me repugnaba», escribía allí.

Cuando se conoció su militancia en el ejército alemán, las críticas arreciaron, Grass fue acusado de nazi e incluso hubo presiones para que la Academia sueca le retirara el premio Nobel que había ganado en 1999.

Además de su pasado en las SS, «Pelando la cebolla» fue objeto de otra gran polémica. Ya que se le acusa de apuntar veladamente al Papa Benedicto XVI como compañero de huida al final de la guerra, justo antes de ser internado en un campo como prisionero de guerra.

2. En contra de la reunificación alemana

Grass fue un gran enemigo de la unión de la República Federal (RFA) y la República Democrática alemana (RDA). Recopiló todas sus ideas en «Alemania: una unificación insensata». Allí afirma que se destruyó mucha más cultura en ambos países en las postguerra que en el período mismo del conflicto bélico.

«Veo a Alemania afirmada en la democracia -declaraba en una entrevista en ABC en 1999- No es todo como hubiéramos desdeado, sobre todo en lo que respecta al proceso de reunificación alemana, que se ha llevado a cabo de modo muy discutible. Por un lado estamos unificados, por otro hay alemanes de primera y de segunda categoría y eso no es aceptable».

Con esta postura generó una gran oleada de críticas desde los sectores políticos progresistas.

3. Agradecimiento por el Nobel

En 2001 le era concedido el premio Nobel de Literatura por la Academia Sueca. En su comparecencia ante los medios de comunicación para agradecer el galardón, Grass no escatimó en críticas. Deade la manipulación genética, a la destrucción del Medio Ambiente, pasando por la elevada deuda que había dejado la era de Helmut Khol.

En su día, la prensa alemana coincidía en señalar que el Nobel a Grass llegaba tarde, no tanto porque hacía tiempo que hubiera merecida esa distinción, sino porque lo mejor de su obra quedaba ya muy atrás para entonces. La felicitación al autor por el premio en aquellos días estuvo muy unida a las críticas. ABC se hacía eco de ello y publicaba: «Incluso el prestigioso y comedido ''Frankfurter Allegemeine Zeitung'' afirmaba que en los últimos veinte años ''sus libros han sido cada vez más miserables'' y que la novela ''La rata" es "el peor libro que nunca un premio Nobel ha escrito'''».

4. El 11-S y Bush

El novelista alemán consideraba que la fuente del 11-S está en el odio del Tercer Mundo contra el acomodado Primer Mundo y al que fuera presidente de Estados Unidos, George Bush, como una amenaza contra la paz mundial.

En una entrevista publicada en ABC en 2003 afirmaba «mientras que no erradiquemos la causa de esta ira profundamente arraigada y justificada, el terrorismo continuará». A juicio de Grass, el responsable del desorden mundial es «El Norte y Occidente. Nosotros, el mundo acomodado, hemos fallado repetida y deliberadamente porque hemos protegido nuestros intereses limitados a expensas de los otros. Esta actitud egocéntrica, este negocio del autoenriquecimiento es, por supuesto, un producto de la teoría y la práctica neoliberal, que se niega a mirar más allá de sus narices. La consecuencia de ello es que si Bushrepite su experimento de Afganistán en otra parte del mundo, estará fomentando otra nueva ola de terrorismo; estará patrocinando otra generación de terroristas».

5. El poema «Lo que hay que decir» e Israel

En este poema publicado en abril de 2012, el autor compara a Israel con los métodos de la antigua Alemania Democrática y afirma que el estado judío es el mayor peligro para la paz mundial, por el arsenal de armas nucleares que tiene en secreto. Causó una auténtica conmoción en su país, Israel le nombró persona «non grata» y pidió que le quitaran el premio Nobel. La polémica llegó hasta el punto de causarle problemas de salud, ya que tuvo que ser ingresado en un hospital por las complicaciones cardiacas derivadas del estrés.

Más tarde intentó matizar sus versos afirmando que un ataque preventivo de Israel a Irán podría desencadenar el conflicto y que «Evitaría el término general ‘Israel’ y aclararía que me refiero al actual gobierno de Netanyahu», tal y como señalaba en declaraciones al diario alemán Süddeutsche Zeitung.

6. Merkel y Grecia

Todavía no había llegado Syriza al poder y ya Günter Grass puso el asunto griego en primer plano. Tras el de Israel, en mayo 2012 lanzó otro poema arremetiendo esta vez contra la política de Merkel en relación con la presión económica ejercida sobre el país heleno. Para que no quedara ninguna duda de su opinión al respecto, los versos se titulaban «La vergüenza de Europa», y en ellos señalaba que la política de la UE condenaba a millones de personas a la pobreza. Utilizando metáforas sacadas de la mitología, advertía también que la maldición en coro de los dioses del Olimpo caería sobre el continente, ya que destruyendo el país que fundó Europa ésta acabará marchitándose.

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