Un agente custodia la vivienda donde aparecieron los cuerpos sin vida de madre e hija
Un agente custodia la vivienda donde aparecieron los cuerpos sin vida de madre e hija - la voz
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La muerte de una madre y una hija en Sotogrande no fue violencia de género

El caso se archiva y concluye que la progenitora se suicidó y que la menor, de nueve años, pudo morir a manos de ella asfixiada tras ser narcotizada

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Los cuerpos sin vida de madre e hija fueron encontrados por el propietario del chalé donde residían desde hacía meses en la exclusiva urbanización de Sotogrande. Aquel cinco de marzo del año pasado, la familia, de origen belga, debía abandonar el inmueble. Los problemas para hacer frente al pago del alquiler imposibilitaron un acuerdo con el dueño para prolongar la estancia en la casa, ubicada en la calle Damiel.

Esa mañana, la pareja sentimental de la fallecida no se encontraba en la vivienda. De inmediato se convirtió en el principal sospechoso de la doble muerte. La menor, de nueve años, había sido estrangulada y yacía en la cama del dormitorio principal. Su madre, de 51, presentaba varias heridas en el cuello y extremidades producidas por arma blanca.

Fue hallada en el baño sobre un gran charco de sangre y junto a ella dos cuchillos y unas tijeras de trinchar.

Con la primera inspección ocular, nadie se atrevía a concluir como a la postre lo han hecho las diligencias archivadas por el juzgado de San Roque nº 2.

A las pocas horas del macabro descubrimiento era detenido el único sospechoso, de 53 años y asesor financiero de profesión. No había tratado de huir. Fue localizado deambulando por los alrededores de la vivienda y con heridas en el cuello y los brazos. Explicó a los agentes que había intentado quitarse la vida estrellándose con su automóvil, pero que no se había atrevido. Hundido había decidió regresar a la vivienda y fue justo después de aparcar, cuando fue localizado y detenido por la Guardia Civil.

Su versión hacía del caso una investigación enrevesada. Aseguraba que estaban pasando un mal momento económico y que los problemas llevaron a la pareja a tomar una decisión desesperada.

Ambos se quitarían la vida y acabarían también con la de la pequeña para que no se quedara sola en el mundo. El plan consistía en drogar a la niña para que su madre la ahogara sin dificultad. Posteriormente ella se quitaría la vida y él haría lo mismo. Pero la parte final del plan no se cumplió.

Un equipo especializado de la Guardia Civil de Madrid, que ya había trabajado en asuntos complejos como la muerte de la niña Asunta en Galicia, se desplazó a la provincia y tomaba las riendas de una investigación que se presentaba muy complicada.

En el entorno había pocos datos que explotar. La pareja llevaba dos años residiendo en España, primero en Málaga y luego en Sotogrande, donde no llevaban ni un año. Además, la menor no estaba escolarizada; por lo que la familia apenas habían entablado relaciones.

Infarto en los calabozos

Este ciudadano belga solo pudo declarar ante la Guardia Civil. No pudo ser interrogado por el juez instructor porque a la mañana siguiente, cuando iba a ser conducido a los juzgados, fue encontrado muerto en su celda. La autopsia determinó que había sufrido un fallo cardíaco. La investigación se quedaba así sin el único testigo y sospechoso. Con su fallecimiento, el caso quedaba abocado al archivo.

Éste ha llegado meses después y según confirman fuentes judiciales, el juzgado ya ha informado al Observatorio de Violencia de Género que no lo compute como un caso fruto de la violencia machista. Hasta ahora se encontraba en situación indeterminada, como un asunto bajo investigación. Pero varios informes periciales concluyen que esa lacra social esté detrás de este hecho tan trágico.

Las mismas fuentes señalan que ante la imposibilidad de corroborar más indicios, el juzgado ha decretado el archivo con aquellos elementos que están confirmados como el informe forense que determinó que la madre se había suicidado y que fue un homicidio la muerte de la pequeña. La historia ha completado un giro de 180 grados, poniendo en entredicho las informaciones que culparon al novio de la fallecida de haber ejecutado un doble crimen.

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