ESPAÑA

La acusación del 'caso Baby' pedirá al juez Moreno más testificales e informes del CNI

MADRID. Actualizado: Guardar
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El ciudadano español Lammad Malud cerró ayer su larga espera de cuatro años tras declarar ante el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno. Lo hizo como querellante de la causa abierta por la muerte de su hermano, el también español Baby Hamday Buyema, ocurrida el 8 de noviembre de 2010 durante la represión de la policía marroquí a unas protestas en El Aaiún (Sáhara Occidental).

La comparecencia de Lammad duró 20 minutos. El testigo viajó desde su casa de París para la declaración en el Juzgado Central de Instrucción número dos. Respondió a siete preguntas del juez Moreno y del fiscal Pedro Martínez, todas concernientes a las circunstancias del fallecimiento de Baby -fue atropellado tres veces por un vehículo del grupo urbano de seguridad- y por sus motivaciones políticas.

«Mi hermano no tenía relación con el Frente Polisario (movimiento de liberación). No era activista político ni ese día formaba parte de las protestas en el campamento de Gdeim Izik. Solo iba a trabajar en el autobús de su empresa de fósforos y cuando se disponía a grabar los altercados le envistió un coche de policía. ¡Le mataron solo por ser saharaui!», declaró Lammad ayer a la salida de la Audiencia Nacional.

Tras esta primera testifical de la querella, admitida por el juez Moreno a finales de septiembre tras cuatro años de inmovilismo, que le costó una denuncia ante el Consejo General del Poder Judicial, las acusaciones personadas en el procedimiento tienen previsto solicitar una batería de diligencias de investigación.

Los querellantes, la familia de Baby y la Liga Española Pro derechos Humanos, reclamarán las citaciones de los saharauis que vieron los hechos y atendieron a la víctima y los informes que el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) pudo trasladar al Ministerio de Exteriores sobre aquellas protestas, que dejaron varios muertos y decenas de heridos.

De la misma forma, quieren buscar a los policías que atropellaron a Baby, de 35 años y dos hijos, y pedir la citación del exministro del Interior marroquí, Taib Cherkaui, que se encontraba en El Aaiún cuando sucedieron las protestas. Cherkaui defendió entonces que la intervención policial fue «pacífica» y la muerte del ciudadano español, «accidental».