CARTAS DE LOS LECTORES

Chapuza

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Como español estoy avergonzado de cómo se ha gestionado la crisis del ébola en la CAM. No cuestiono, por humanismo cívico o laico, la repatriación de los dos religiosos que tanto han trabajado en África por los más débiles durante muchos años. Ahora bien, esta humanitaria repatriación, sin éxito de ulterior curación por desgracia, tendría que haber estado acompañada del adiestramiento adecuado en el hospital de referencia, Carlos III, de los profesionales de ese centro. El adiestramiento ha sido, según los propios profesionales, claramente insuficiente. Carencia de trajes de riesgo cuatro, posible ausencia de supervisores en el complejo protocolo, imprudencia temeraria en la reticencia con Teresa Romero a su inmediato aislamiento en los primeros síntomas, o inadecuación en el uso de una ambulancia normal en su traslado; a esto se podría añadir la no consulta a expertos y prestigiosos virólogos y personal cualificado del Ejército, la bochornosa primera rueda de prensa de la ministra Mato y las sonrojantes declaraciones del Consejo de Sanidad de Madrid culpabilizando a la señora Romero de su propio contagio sin pruebas claras. En fin, un cúmulo de insoportables despropósitos que nos ponen de manifiesto en qué manos estamos en posibles y reales situaciones de pandemias. Y no dimite nadie, cuando existen motivos sobrados para varias dimisiones, entre ellas las de Mato y el consejero de la CAM.