Los creadores de 'Intocable' bailan samba

Hace tres años San Sebastián se clausuró con una película de la que nada se sabía y que hizo salir a los espectadores con una sonrisa de oreja a oreja. 'Intocable' unía a un burgués tetrapléjico y a su cuidador, un chico negro de la periferia parisina, en una comedia basada en hechos reales que acabaron viendo más de 30 millones de europeos. Los directores Olivier Nakache y Eric Toledano repiten la fórmula de mezclar humor y cine social en 'Samba', que ayer puso punto final a la 62 edición del Zinemaldia.

Omar Sy, el «actor talismán» de los realizadores franceses, repite con ellos en la piel de Samba, un senegalés que lleva diez años en Francia con pequeños trabajos, intentando obtener el permiso de residencia. Charlotte Gainsbourg es una ejecutiva que se mete voluntaria en una ONG para intentar cambiar de vida. Al igual que en 'Intocable', Nakache y Toledano sacan chispas a los conflictos de clase con la novedad de una trama amorosa y un componente más dramático y social.

«Nos gusta mezclar la comedia y el cine social», confirman los directores. «Tocar temas tabú y darles ligereza en el tono. Si la comedia está bien dosificada puedes profundizar en el conflicto y atraer a un público adulto». 'Samba' es para sus autores «una fotografía de la sociedad francesa y europea». Muestra un mercado laboral sin piedad, que sufren tanto los que no pueden acceder a él como los que ocupan puestos muy bien remunerados.

«El punto de partida fue la imagen de esos empleados que faenan en las cocinas y ves fumar en el exterior de los restaurantes. Están en la sombra, intentan ser discretos. Nosotros los ponemos en primer plano». El personaje de Gainsbourg, víctima de una depresión nerviosa, les sirve para mostrar «hasta dónde estamos dispuestos a llegar para buscar la felicidad, trabajando hasta hacer crac».