El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría. :: I. ZNOTINS / AFP
Economia

La OCDE alienta el pesimismo sobre la 'zona euro' y urge más madera

El organismo, que sí cree en la recuperación de España, rebaja de forma notable la previsión de crecimiento para 2014 y 2015 de Francia e Italia

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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Más madera. Si los mensajes no eran ya de por sí lo suficientemente preocupantes, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) reapareció ayer en escena para advertir a la 'zona euro' de que o toman medidas excepcionales a corto plazo o los fantasmas de la temida tercera recesión empezarán a campar a sus anchas por un Viejo Continente sumido en una enorme depresión. Por ahora, con lo que hay, todo irá a peor. Tanto que «el continuado lento crecimiento es el elemento más preocupante de la economía mundial».

Así lo constata en su último informe de 'Perspectivas' presentado en París y que rebaja de forma considerable las previsiones de crecimiento de las tres grandes potencias de la moneda única. No sólo en Francia e Italia, nuevos 'enfermos' comunitarios, también en Alemania. Si en mayo se predijo un aumento del Producto Interior Bruto (PIB) del 1,2% para este año, esta vez lo rebaja al 0,8%. Y para 2015, ídem de ídem. Del 1,7% se pasa al 1,1%.

España no está incluida en este informe, si bien el pasado lunes, en Madrid, el secretario general de la organización, Ángel Gurría, avanzó que han revisado al alza sus proyecciones al pasar del 1% al 1,2% este año y del 1,5% al 1,6% el que viene. Apenas unas décimas que a simple vista pueden parecer irrisorias pero que, en la práctica, convierten a España en la única gran potencia de la 'zona euro' que logra mantenerse en la pista de despegue. No hay que olvidar que en el segundo trimestre de este año registró un crecimiento del 0,6% y logró evitar que la región se adentrara en terreno negativo (cerró con el 0,%) y, por ende, a las puertas de la tercera recesión mirando al otoño.

Ayer, Gurría enfatizó la necesidad de reducir la «brecha de hasta el 30%» que en materia de competitividad se ha abierto en la crisis entre países como Francia, Italia, España, Irlanda o Portugal con Alemania, donde los salarios no han crecido estos seis últimos años. Destacó, asimismo, el «gran trabajo» del Gobierno de Mariano Rajoy, pero le pidió mayores esfuerzos y medidas para ser «más competitivos». «En algunos países, el ajuste debe continuar; en otros, no ha empezado», dijo irónico en clara referencia a Francia.

El enésimo toque de atención lanzado por el club de las economías más desarrolladas del mundo se produce apenas 48 horas después de que los ministros de Finanzas de la UE (Ecofin) y de la 'zona euro' (Eurogrupo) se reunieran en Milán para intentar alcanzar vías de consenso sobre cómo definir el término 'inversión', la misma que todos (sin excepción) creen necesaria para revitalizar la economía pero que tanto divide a unos y a otros. Quienes esperen un gran 'plan Marshall' para salvar los muebles desde las arcas públicas y que tanto anhelan Francia o Italia, que esperen acomodados. Porque el esperado plan de estímulo de 300.000 millones anunciado por el futuro presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, se centrará en movilizar capital privado. ¿Cómo? Es lo que nadie explica.

Reino Unido, la locomotora

Los Veintiocho se han dado de plazo hasta finales de año para encontrar esa fórmula mágica que traiga crecimiento y empleo a través de inversiones, reformas estructurales y consolidación fiscal pero con cierta manga ancha e impulsos monetarios. El tiempo se agota. «La recuperación es decepcionante», concluye el informe de una OCDE que vuelve a mirar a Fráncfort y al Banco Central Europeo. Su economista jefe, Rintaro Tamaki, advirtió de que «todo puede ir a peor», que el riesgo de deflación y la 'japonización europea' es un hecho y que, por ello, será necesario que el presidente de esa institución, Mario Draghi, apruebe «estímulos más vigorosos».

Bajadas de tipos, barras libres de liquidez, penalización para la facilidad de depósitos... Todo está ya aprobado y sólo queda por activar el último cartucho: la compra masiva de deuda pública a la americana (Quantitative Easing), la misma que ayer sugirió la OCDE. Pero salvo cataclismo, está vía tardará en llegar.

Al margen del euro y en lo referido a Europa, Reino Unido sigue mostrando una enorme fortaleza. Su previsión de crecimiento apenas se reduce una décima hasta el 3,1% para 2014, mientras que para 2015 aumenta del 2,7% al 2,8%. Algo significativo puesto que la convierte en la única gran área económica internacional que registra una revisión al alza de sus proyecciones respecto a mayo. Ni EE UU -que presenta una gran solidez con porcentajes de crecimiento superiores del 3%-, ni Japón, ni China, ni India, ni Brasil... Ninguna lo consigue hasta el momento.