El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos. :: EFE
Economia

Holanda cierra la puerta de la presidencia del Eurogrupo a España hasta mediados de 2015

Dijsselbloem confirma que no se presentará a presidir el Mecanismo de Resolución de bancos, la baza de Guindos para acelerar su designación

MILÁN. Actualizado: Guardar
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Fue recibir el respaldo público y notorio de la todopoderosa Angela Merkel y comenzarse a desmoronar la estrategia española. Desde el pasado 25 de agosto, desde que en Santiago de Compostela se apuntará uno de los tantos políticos europeos más relevantes de su mandato, el futuro de Luis de Guindos para ser elegido presidente del Eurogrupo -el consejo de ministros de Finanzas de la Eurozona- no ha conocido más que nubarrones. Ayer, sin ir más lejos, se confirmó que las diferentes hipótesis que manejaba Moncloa para acelerar el nombramiento antes de que Jeroen Dijsselbloem acabe su mandato en junio de 2015 se esfumaron de un plumazo. Ya no hay planes B, ni C ni D. Sólo queda esperar y sobre todo cruzar los dedos para que nada se tuerza.

La última bala que le quedaba a España en la recámara era de fogueo. Así lo aseguró la portavoz del ministro holandés a los corresponsales españoles durante el transcurso del Eurogrupo que se celebra en Milán. «El señor Dijsselbloem no tiene ninguna intención de presentarse al cargo de la presidencia del Mecanismo Único de Resolución», del MUS, de la herramienta de la Unión Bancaria que se encargará de la reestructuración y la liquidación de bancos en problemas. No. Así, sin ambages.

«Lo hemos dicho en numerosas ocasiones. Ahora tiene dos trabajos, está muy contento con lo que hace y agotará su mandato». Debate agotado. Junio de 2015. Ya lo barruntó en Bruselas el propio Mariano Rajoy en la cumbre del 30 de agosto en la que los líderes de la UE comenzaron a nombrar a sus nuevos altos cargos. «El ministro Guindos tiene muchos e importantes apoyos pero habrá que esperar a cuando toque», admitió.

El desánimo era evidente pero aún se contaba con que el as del MUS fructificara. Tanto, que el jueves, fuentes de toda solvencia del Gobierno español se mostraban moderadamente optimistas y aseguraban que todo seguía muy abierto y que «pasarán cosas» antes de junio de 2015.

Ayer, el equipo de Dijsselbloem, muy molesto con la estrategia impulsada en los últimos meses por el Ejecutivo de Rajoy, dio un portavoz en toda regla a las aspiraciones de Moncloa por acelerar su particular 'operación retorno' a la cúpula económica de la UE, la misma que perdió en 2012 cuando España fue castigada por los países de la triple A sacándole del Comité Ejecutivo del BCE rompiendo un histórico pacto no escrito. Preguntado sobre esta decisión, el ministro Luis de Guindos eludió entrar a valorarla y se limitó a asegurar que ese tema no se había tratado en la reunión celebrada.

Elecciones generales

Pese a que el presidente se afana en destacar que lo realmente importante es que España, hace dos años rescatada, ahora aspira a presidir el Eurogrupo, todo se ha complicado sobremanera. En lo político, porque el PP quería contar cuanto antes con una bandera preelectoral de indudable valor, y en lo meramente práctico, porque el proceso de elección del próximo presidente del Eurogrupo se realizará a las puertas de las elecciones generales de España, previstas en un principio para el próximo otoño. «Hay de plazo hasta enero. Además, en Holanda también hay elecciones en 2016», apostillaron estas mismas fuentes en un intento de restar cierta relevancia a un hecho que en Bruselas sí la tiene. No hay que olvidar que en la actualidad el cargo es a tiempo parcial, es decir, que el ministro de Finanzas del ramo tiene que compatibilizar el trabajo nacional con el comunitario. El problema es que el puesto no pertenece a un país o a una persona concreta, es decir, que si por ejemplo es designado Guindos en julio y en noviembre el PP pierde la Moncloa o el propio Guindos no es elegido ministro de Finanzas por Rajoy, la pelota volvería al tejado del Eurogrupo, que debería nombrar a un nuevo presidente. Lo que nadie duda es que si el futuro titular de Economía español no es conservador, el cacareado apoyo de la canciller Angela Merkel a las aspiraciones del país se desinflarían como un 'soufflé'.

Presidencia permanente

Para solventar este problema, la solución ideal y todavía no descartada pese a no tener el plácet alemán es la creación de una presidencia permanente del Eurogrupo. España lleva tiempo empujando por ello, pero también Francia o Italia, países que apoyarían a Guindos en una hipotética contienda con Dijsselbloem en 2015 y que ven con buenos ojos consolidar institucionalmente la moneda única. Hacerlo, además, tras conocerse que el futuro presidente del Consejo Europeo será el polaco Donald Tusk, un país sin el euro.

Más pistas. La futura composición de la Comisión, desvelada por Jean-Claude Juncker esta semana, ha dado una de cal y otra de arena a las aspiraciones españolas. Se confirma, por un lado, que el futuro comisario de Asuntos Económicos será socialista -el francés Pierre Moscovici-, lo que en teoría armaría de argumentos la posibilidad de que el nuevo presidente del Eurogrupo sea del PP. El palo ha sido la designación de una vicepresidencia dedicada exclusivamente al euro en poder del también conservador Valdis Dombrovskis, lo que podría dificultar la anhelada creación de la presidencia permanente.