Pensionistas del sevillano barrio de Triana juegan al dominó. :: EMILIO MORENATTI / EFE
Sociedad

Sin dominó en Sevilla

El Ayuntamiento prohíbe las partidas exteriores, pero no los cohetes en las romerías, por el exceso de ruido

SEVILLA. Actualizado: Guardar
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Se acabó pasear por la calle y saber la hora a través de alguno de los campanarios repartidos por la ciudad. Nada de jugar al dominó en la calle, hacer rodar los bidones de cerveza para llevarlos del camión al bar o poseer sillas sin los correspondientes amortiguadores en las patas. Y ni pensar en dejar solo al perro en la terraza o que salte la alarma del coche durante más de tres minutos, dado que la Policía Local podrá retirar el vehículo. El Ayuntamiento de Sevilla aspira a convertir la ciudad, tradicionalmente bulliciosa, en un remanso de paz con la aprobación de una polémica ordenanza contra la contaminación acústica con la que, en principio y entre otras cosas, se trataba de poner coto a las conocidas quejas por exceso de ruido procedentes de los bares.

El texto prevé sanciones desde un mínimo de 300 euros a un máximo de 300.000 euros en función de la gravedad de la infracción, y solo permite los ruidos en caso de fiestas señaladas, como la Feria de Abril o las romerías, por lo que se da la paradoja de que las hermandades religiosas sí podrán tirar cohetes, pero no se podrán lanzar en manifestaciones de carácter político o en las celebraciones deportivas. Un elemento que ha suscitado el rechazo de ciudadanos y plataformas vecinales, que protestan también ante el exceso de regulación de situaciones cotidianas, como la realización de pequeñas reparaciones domésticas en el propio domicilio o la intensidad de las sirenas de ambulancia o incluso los acelerones con el coche. Reprochan además que se otorga un excesivo poder a la Policía Local, cuyos agentes decidirán que la grúa se puede llevar un vehículo si la alarma emite un ruido insoportable, o si el vecino del cuarto, por ejemplo, se excede en la práctica de un instrumento musical. También tendrá potestad para clausurar o sancionar a un bar sin llevar sonómetro.

Una queja, la de la falta de unificación de criterios y la responsabilidad del agente sometida únicamente al sentido común, que también molesta a los propios policías, los mejores conocedores de que el exceso de ruido es una de las protestas más reiteradas por los ciudadanos a lo largo de la jornada, especialmente por la noche. Una gran cantidad de denuncias, aseguran desde el Sindicato de Policía Local, refieren al molesto ruido procedente de los veladores situados bajo los domicilios, los bares de copas o discotecas, y constatan que las actividades contaminantes acústicamente en no pocas ocasiones están situadas en zonas residenciales.

En este sentido, la nueva norma prohibe consumir de pie, servir bebidas o comidas junto a la ventana del mostrador, usar un sistema de megafonía para anunciar al público las consumiciones ya preparadas o disponer televisiones en la calle para ver el fútbol por ejemplo. Tampoco quedan permitidas actividades fuera del bar como atracciones infantiles o futbolines, las conversaciones «excesivamente altas», la preparación de comida o cantar y tocar instrumentos.