La reforma produce desconcierto entre la ciudadanía

Quizás sea por el periodo estival o quizás por el desapego hacia la políticia, pero la propuesta realizada por el Gobierno central de que gobierne el alcalde más votado ha pasado bastante desapercibida entre la ciudadanía. Respuestas hay muchas y muy variadas, todo depende del prisma con el que se contemple la situación. Mientras que los partidos políticos andan haciendo sus cábalas, la ciudadanía se muestra bastante dividida. No es para pasar por alto la propuesta ya que muchos son los votantes que dan su apoyo haciendo sus propias quinielas sobre lo que pueda pasar tras unas elecciones. El voto en blanco, el voto nulo o incluso el voto castigo son más que frecuentes en cada comicio. Algunos como Rosario Rodríguez y Gloria Cruces se muestran partidarias de que se deje gobernar a aquel que reúna más apoyos. «Creo que eso le daría estabilidad», cuenta Gloria, «porque los pactos a veces no son tan buenos como parecen y terminan enfrentándose unos a otros». Rosario matiza, «depende también de la diferencia que haya entre uno y otros. No es lo mismo sacar un 20% más que un 50% o un 5%». Sin sentido lo ve José Luis Peralta, «porque si no tiene la mayoría para hacer lo que quiere, la oposición puede tumbar las propuestas que lleven a los plenos cuando quieran. Creo que va a ser poco viable porque si la oposición es más numerosa ¿cómo lo va a conseguir?».

Más optimista es Pablo Ramírez quien reduce la cuestión a la premisa de que «debe gobernar el que más votos haya recibido. Al fin y al cabo es el que más apoyo, el que la gente quiere que sea alcalde», resume. A partir de ahí reconoce que puede haber un escenario complicado a la hora de tomar decisiones, «pero eso es la democracia y en cada Pleno deberán ponerse de acuerdo todos para que salgan los proyectos. Habrá cosas que se aprueben y otras que no».