Juanma Moreno Bonilla. :: EFE
ANDALUCÍA EN EL CATORCE

Moreno cambia de brújula

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El presidente del PP en Andalucía, Juanma Moreno, quiere coger otro pulso a la brújula de su partido, que sigue desnortado y sin una clara estrategia pese a que ya hace cinco meses que cuenta con un equipo de dirección nuevo dedicado todo el tiempo a ello. El resultado de las europeas, donde el PSOE se situó a nueve puntos de distancia de los populares, descolocó al dirigente popular y tocó la alarma en su partido en Andalucía, sobre todo porque los socialistas también perdieron miles de votos. Desde San Fernando, calle de la sede regional, se insistió en que este resultado no era achacable a Moreno, sino a la herencia recibida de dos años de Juan Ignacio Zoido. Aún así, el capitán del barco es el político malagueño, quien tras varias semanas sin rumbo fijo ahora quiere preparar el curso político tras las vacaciones con un nuevo diario de a bordo por escribir.

El primer acierto de Moreno al coger otra vez la brújula ha sido reconocer que su estrategia ha estado llena de improvisaciones. Así lo ha transmitido a su equipo de la calle San Fernando, un equipo que no parece haberle ayudado mucho hasta ahora, porque como muchos en el PP, no acaban de creérselo.

Esa es la razón por la que Moreno pidió a Mariano Rajoy que diera una conferencia en Sevilla esta semana. Rajoy envolvió en el papel celofán de la recuperación económica su pretendido regalo a Moreno: una afirmación rotunda de que su liderazgo es de futuro para disuadir a quienes ya empiezan a moverle la silla. Tengo mis dudas de que el viaje relámpago de Rajoy y su mensaje dirigido expresamente al 'popularismo' sevillano diera el resultado esperado a Moreno, como revela esa portada del día después del diario 'ABC', el de mayor influencia en la capital andaluza, con una imagen del presidente del Gobierno solo y sin mención alguna al dirigente regional.

En realidad Moreno está solo y con poca ayuda del verdadero poder en los partidos, el de las baronías territoriales. Esa soledad es aún mayor en Sevilla, pese al buen talante de Juan Bueno, el presidente provincial. Si no acaba de levantar el vuelo puede que sea por ese esfuerzo por sonreír y dar sitio a todos. Moreno tenía aspiraciones de cambiar de cabo a rabo el PP heredero de Zoido y Arenas, pero lo que ha hecho es acoplarse a esa herencia para no molestar a nadie, quizás para vencer su estigma de haber sido puesto por el dedo de Mariano Rajoy y no por el deseo de las bases, como está demostrado que demanda la política ahora.

Ese tropiezo de su entrada en la política andaluza solo tiene una cura, el de ganar unas elecciones. Los líderes se consolidan con las urnas. Moreno lo sabe y prepara toda su estrategia con el objetivo de ganar las próximas municipales en Andalucía. Parte con una dificultad, el techo está muy alto. El PP sacó siete puntos a los socialistas y gobierna en casi todas las ciudades de más de 50.000 habitantes. En su entorno se advierte ya de que será difícil reproducir el resultado y casi hay conformismo en mantener las capitales y ganar aunque sea por medio punto al PSOE. Es el mismo conformismo con el que afrontó las europeas.

Ese cierto pesimismo y su insistencia en lamerse las heridas le resta en su imagen, pese a que solo intenta no engañarse a sí mismo. Siempre ha reconocido que su rival, Susana Díaz, es un 'animal político' difícil de batir. Lo mejor de él, como dijo Rajoy, es su «coraje y ganas» por llegar a ser presidente de Andalucía. Y eso en política es mucho.