Decenas de personas siguen con atención las coplas interpretadas por uno de los coros en el carrusel de verano del 2013, que se trasladó a extramuros. :: A. V.
CÁDIZ

El Carnaval de verano, una especie en extinción

La iniciativa para celebrar la fiesta más importante de la ciudad en los meses de julio y agosto solo ha durado tres años El carrusel de coros y la concentración de ilegales, desaparecen

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Nació y se vendió como una oportunidad turística importante para la capital. Como una forma de reivindicar ante el visitante la cultura autóctona de este rincón. Como un desahogo para la hostelería gaditana del casco histórico. Primero fue el carrusel de coros el que estrenó calendario, después-en 2008- se sumaron las agrupaciones oficiales a través de 'Los Martes de Carnaval' y, por último, ya en el 2010, la concentración de ilegales en las calles. Entre unos y otros, las coplas podían degustarse cada fin de semana de julio y agosto, en la mayoría de las ocasiones de forma gratuita. Llegó a calar tanto que hasta se creó un debate sobre su existencia y salieron a escena defensores y detractores.

Y tal como llegó, se fue. El Carnaval de verano como tal ha quedado reducido a lo que siempre fue. A unos cuantos festivales aislados, encuentros solidarios, concursos de peñas, y un gran acto central en el Baluarte de la Candelaria el próximo 5 de agosto, un gran Martes de Carnaval, que resume una iniciativa que años atrás se extendía a todos los martes del verano. Hasta el festival Me Río de Janeiro, de la Asociación de Autores del Carnaval, que conseguía reunir a miles de personas en el Teatro Pemán, ha desaparecido, integrándose también en la cita del 5 de agosto, al igual que el multitudinario encuentro de Aspademis, que ya hace años que no se celebra. Todo al cajón.

Las asociaciones de coristas han sido las últimas en poner punto y final al desfile de bateas en una noche de verano. Los hosteleros, que hablaban de ampliar la cita y que se comprometieron incluso a abonar un dinero a los coristas para su participación, decidieron echarse atrás al considerarlo no rentable. Y lo que no renta, se desecha en esta ciudad. Por eso, las ilegales también han cogido las maletas. La lucha por conseguir el permiso municipal para salir a la calle en 2010, quedó en nada el año pasado, en el que cambiaron la capital gaditana por la localidad vecina de Puerto Real sin que nadie levantara la voz ni reivindicara algo que inventó y pertenece a la Tacita, el templo del Carnaval. Eso sí, las representantes del Carnaval callejero no están dispuestos a callar su voz cuando el calor aprieta. Por eso, este año cogerán el autobús que abonará el Ayuntamiento de Puerto Real para viajar a la localidad vecina a mostrar sus encantos.

Sin embargo, las administraciones y colectivos de la ciudad no están dispuestos a recuperar esta iniciativa. El edil de Fiestas, Vicente Sánchez, afirma que la fiesta sigue estando presente a lo largo de la temporada estival. «Tengo que aclarar que no se ha extinguido porque nosotros no hemos organizado ningún Carnaval de verano. Fue una plataforma privada la que lo hizo y nosotros solo nos sumanos para festejar la Capitalidad Iberoamericana del Carnaval», apuntó Sánchez. En este sentido, explicó: «El Carnaval sigue existiendo en los meses de verano, lo podemos ver en la Semana Cultural de La Viña, en Expoartesanía, en el Gran Martes de Carnaval». Sin embargo, sí reconoce que quizás las actividades que existían en años anteriores eran excesivas. «Los espectáculos hay que dosificarlos porque no hay público para tanto, existía una saturación y nos hemos adaptado a esta nueva situación», explicó el concejal, que dejó las puertas abiertas a la recuperación en un futuro de actos como el carrusel de coros o Los Martes de Carnaval en su formato anterior.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Autores del Carnaval, Miguel Villanueva, también se mostró partidario de la dosificación que defendió Sánchez. «Hay una gran cantidad de oferta en toda la provincia para estos meses: festivales, actos benéficos...y por eso se han buscado otras fórmulas como unir el Me Río de Janeiro en un Martes de Carnaval», apostilló el responsable del colectivo.

Por una causa o por otra, la realidad es que este verano será el menos carnavalesco de los últimos años. Eso sí, también permitirá ahorrar unos miles de euros.