Susana Díaz. :: EFE
ESPAÑA

El PSOE defiende la doble vuelta en la elección directa de los alcaldes

Desconfían de la propuesta de Rajoy porque creen que solo busca paliar el retroceso del PP y prolongar sus gobiernos municipales

MADRID. Actualizado: Guardar
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El PSOE observa con la mosca detrás de la oreja la propuesta de elección directa de los alcaldes porque está convencido de que es una medida que en estos momentos solo beneficia al PP. Pero si se abre una discusión propondrá que la votación sea a doble vuelta, salvo que un candidato saque la mayoría absoluta en la primera. Una idea que comparten algunos dirigentes del PP, no así la dirección del partido, que ve perjudicial para sus intereses la segunda votación.

La sensación general en el PSOE es que el súbito afán regenerador de Mariano Rajoy esconde algunas trampas y la elección directa de los regidores es una de ellas. El líder de los socialistas, Alfredo Pérez Rubalcaba, callado desde que anunció la semana pasada su retirada de la política, advirtió hoy que es imposible «cambiar las reglas del juego» a meses de unas elecciones municipales que se celebrarán en mayo próximo. Un cambio de ese calado, puntualizó, requiere «un amplísimo acuerdo» de todas las fuerzas políticas, algo que no se puede fraguar «en cuatro meses», en realidad son casi once.

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, la dirigente más influyente del PSOE, no se anduvo con rodeos y acusó a Mariano Rajoy de «hacer trampas» al mezclar un deseo general de los ciudadanos, la reducción de los aforados, y su interés particular por conservar la hegemonía municipal del PP. Díaz defendió que la elección de los alcaldes por los ciudadanos requiere una reforma de la ley electoral con una amplia mayoría parlamentaria. La presidenta andaluza teme, no obstante, que el Gobierno haga prevalecer su «voluntad política» y en septiembre aplique «el rodillo» del PP en el Congreso para cambiar las cosas como quiere Rajoy.

Que el candidato más votado se convierta en alcalde beneficia en este momento sin duda al PP. Si se toma como referencia la última consulta electoral, las europeas del 25 de mayo, los populares controlarían los consistorios de 39 capitales, ahora gobiernan en 36, en 33 de ellas con mayoría absoluta. Los socialistas, en cambio, pasarían de tener la alcaldía en nueve capitales a tres.

A pesar de estas suspicacias, algunos dirigentes del PSOE defendieron un sistema de doble vuelta para la elección de los regidores siempre que se abra una negociación. El candidato a la secretaría general del PSOE Pedro Sánchez apuntó que de esa forma se evitarían las victorias exiguas que harían ingobernables los municipios. También el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, apuntó que «en abstracto» lo «correcto» sería una segunda votación si nadie alcanza la mayoría en la primera.

La doble vuelta beneficiaría a los socialistas porque podrían tejer alianzas con fuerzas de izquierda o incluso sin pactos se beneficiarían de los votos de otros partidos progresistas.

Silencio, por ahora

La idea de la segunda votación también encontró adeptos en las filas populares. El presidente del Congreso, Jesús Posada, y el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, se decantaron por esta fórmula. Algo que no debió agradar en la dirección del PP porque el vicesecretario de Política Autonómica y Local, Javier Arenas, advirtió que ahora «no es oportuno avanzar más» en ese debate. El momento, añadió, será en septiembre, cuando se inicien las conversaciones.

Rajoy señaló que su partido no tiene una posición cerrada sobre este asunto, pero dirigentes del PP confiesan que la votación directa al candidato con una prima de concejales al que consiga más apoyo en las urnas es un sistema tan democrático como las dos vueltas.

El que no está de acuerdo con una fórmula ni con la otra es Cayo Lara. El líder de IU sostuvo que la elección directa de los alcaldes sería «un golpe de mano contra la democracia representativa» y una argucia del PP ante «una posible pérdida de poder en las elecciones municipales» de 2015. Lara reclamó además a los socialistas a que no se presten a ese juego. IU, tanto en un caso como en otro, sale perjudicada porque es la tercera fuerza. Sería muy improbable que su candidato fuera el más votado y en una hipotética segunda vuelta apoyaría al PSOE o dejaría libertad de voto a sus electores.