Los Reyes, los Príncipes de Asturias, el presidente de México y su esposa, ayer antes de la cena. :: D. O. / AFP
ESPAÑA

Don Juan Carlos aprovecha la última visita de Estado para despedirse de América Latina

El Monarca destaca ante el presidente de México que don Felipe continuará el compromiso de España con el continente

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Don Juan Carlos ejerció ayer por última vez como anfitrión de un jefe de Estado. Lo hizo ante el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, al que el Monarca quiso agasajar primero con un almuerzo en el palacio de la Zarzuela y después con una cena de gala en el Palacio Real. Actos al que también acudieron la Reina y los Príncipes de Asturias. Antes de la comida, el Rey, fiel a su estilo, bromeó con los periodistas al señalar que se les iba a acabar «el carrete», no se sabe si en relación al gran número de instantáneas que estaban realizando o a que esta era la última de sus recepciones a un mandatario extranjero.

Ya por la noche, don Juan Carlos aprovechó su discurso oficial previo a la cena para ensalzar las relaciones históricas, políticas y económicas que unen a ambos países. «Ahora, en esta última visita de Estado en la que tengo el honor de recibiros, quiero manifestaros mi firme deseo de que el bienestar y el progreso de México y España vayan siempre de la mano», afirmó. «En esta hora de mi reinado, señor presidente, doy gracias por vuestra visita, que recibo como la de un antiguo amigo, como la de un pueblo hermano que trae con él la presencia viva de un continente fraterno», prosiguió el jefe del Estado en unas palabras en las que se evidenció el tono de despedida.

Una estrecha relación

El último mandatario extranjero en visitar al Rey ha sido el jefe del Estado de uno de los principales aliados de España en América Latina, con el que el soberano ha mantenido una relación más estrecha. A lo largo de sus 39 años de reinado, don Juan Carlos ha visitado México hasta en seis ocasiones, la primera de ellas en 1978. Este país latinoamericano es además, junto a España, el principal valedor de las cumbres iberoamericanas, cuya primera edición se celebró hace 23 años en la ciudad azteca de Guadalajara por iniciativa del propio Monarca y de los entonces presidentes Felipe González y Carlos Salinas de Gortari. «Fue vuestro país la tierra hermana en la que se puso en marcha, en 1991, la Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de Gobierno, la más alta instancia de nuestra Comunidad Iberoamericana de Naciones», agradeció don Juan Carlos a Peña Nieto.

El soberano recordó que, a través de la comunidad que nació en Guadalajara, se «ha fortalecido intensamente y sin pausa el tejido de vínculos personales, profesionales, económicos y académicos que nos unen». Para la consecución de este objetivo ha mostrado un permanente compromiso con las cumbres iberoamericanas, afirmó el Rey, quien ha asistido a 22 de las 23 citas de jefes de Estado y de Gobierno que se han celebrado desde 1991. Sólo se ausentó de la celebrada el año pasado en Panamá a causa de una sus últimas intervenciones.

Si la relación de don Juan Carlos con México ha sido de máxima cercanía no lo es menos la del futuro Felipe VI, como se encargó de recordar su padre. El Príncipe de Asturias ha acudido a México también en seis ocasiones, tres de ellas para representar a España en la toma de posesión de sus tres últimos presidentes, la última ocasión la del propio Peña Nieto. Y tal y como manifestó ayer el Monarca en cada uno de sus viajes a América Latina don Felipe «ha llevado siempre a los pueblos iberoamericanos el hondo afecto y la solidaridad de España». «Sé bien que conocéis su cariño a México y su firme compromiso con toda Iberoamérica», insistió al presidente mexicano.

Las relaciones económicas hispano-mexicanas no van a la zaga de las diplomáticas y culturales. México es el primer destino de las inversiones españolas en América Latina, con un total de 31.650 millones de euros entre 1999 y 2013. El flujo también se mueve a la inversa. Empresas como BBVA, Banco Santander o Telefónica, entre otras, desarrollan en el país norteamericano buena parte de su negocio. México es a su vez el principal inversor iberoamericano en España con un crecimiento del 270% durante el último año.

Estos lazos económicos y una historia en común hacen, destacó don Juan Carlos, que los españoles se sientan orgullosos de «los estrechos vínculos que mantenemos con México, una nación cada día más presente en el contexto mundial».