Sociedad

El síndrome premenstrual severo provoca una media de ocho días de baja al año

Los ginecólogos reconocen que es necesario ofrecer una mayor información a las mujeres y a los propios profesionales

MADRID. Actualizado: Guardar
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Una patología que muchas pacientes no saben que la padecen y que los médicos tampoco detectan o minimizan. Este desconocimiento por las dos partes es el principal problema del síndrome premenstrual (SPM) que afecta a unas 800.000 mujeres en España y está provocando una gran preocupación entre los profesionales, que han visto que esta patología comienza a afectar a la vida profesional de las mujeres. La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) calcula que una mujer con una patología severa puede perder, de media, ocho días laborales al año -cuando la tasa de Incapacidad Temporal de Contingencia Común la establece en cuatro días- y una media de 1.500 días a lo largo de su vida laboral. El estudio, presentado durante la celebración del congreso nacional de esta sociedad científica, también hace hincapié en que ocho de cada diez mujeres desconocen que esos síntomas son algo más que los dolores premenstruales. «Pero también es un problema que el 20% de los médicos de las que van a la consultan les digan que es normal y no reciban la atención médica más adecuada», explicó el doctor Ezequiel Pérez, uno de los autores del estudio.

Los ginecólogos insistieron en la anormalidad que supone para una mujer sufrir de irritabilidad, inapetencia alimentaria, dolores de cabeza, calambres o depresión de forma constante. «Y la sensación de no encontrarse a gusto consigo misma, de estar poco motivada», indicó María Jesus Cancelo, una de las coordinadoras del estudio. Estos síntomas determinan la SPM, que puede ser tratada por un ginecólogo; y si el grado de profundidad de estos síntomas es alto, se hablaría entonces de un Trastorno Disfórico Premenstrual (TDP), que debe ser tratado por psicólogos. «Se pueden producir fácilmente problemas sociales o de pareja», añadió la doctora Esther de la Viuda. En cuanto a las relaciones personales, el estudio asegura que la gravedad de las alteraciones mestruales se pueden vincular con un 30% de los divorcios, «siempre que exista un sustrato ambiental o profesional que lo facilite», y con un 17% de las diversas enfermedades psiquiátricas solapadas, «así como con una importante tasa de sucidios asociados a cuadros depresivos recurrentes».

Depresión

El análisis de los expertos acerca de la incapacidad temporal -la primera vez que se realiza un estudio de este campo en España- aborda los trastornos depresivos, de ansiedad y de reacciones de adaptación. La depresión es una enfermedad que se sostiene y es mantenida a través de alteraciones en la bioqímica cerebral. «En este sentido, cualquier causa exógena o endógena, entre ellas el estado hormonal, tanto en tastorno de producción como de receptores, pueden tener una incidencia en el estado disfórico de la mujer», explica en el estudio el profesor Juan Troyano Luque.

Dada la incidencia cercana al 90%, se estima que estos trastornos son manifestaciones habituales como consecuencia del estado hormonal premenstrual. Sin embargo, el vicepresidente de la SEGO asegura que «cerca de un 17% puede estar encubriendo una auténtica patología subyacente de origen psiquiátrico de importantes consecuencias clínicas para la mujer, y en casos de SPM o TDP severo, un 30% de ellos puede influir negativamente en la eficiencia profesional de la mujer, provocando una disminución significativa de su eficiencia aún estando potencialmente en el trabajo».

Según la Asociación Americana de Psquiatría, el 10% de las mujeres con un Trastorno Disfórico Premenstrual severo intenta suicidarse. «Es decir, de unos cuatro a diez millones de mujeres en todo el mundo en algún momento de su vida», según indica el estudio de la SEGO, que también señala que el 3% de las féminas sufrirá depresión. Una cifra que aumenta de forma significativa en la época fertil de las mujeres.

No obstante, desde la sociedad científica se indica que hay las suficientes herramientas médicas, tanto hormonal como no hormonal, para atender a las mujeres que sufran de síndrome premenstrual severo; y que es fundamental reconocer el problema y atajarlo de la forma más pronta posible.