El doble discurso del PSOE de Cádiz

El principal aval para cualquier político, sea del partido que sea, es la credibilidad. La coherencia. En estos tiempos en que la clase política vive uno de sus peores momentos en cuanto a empatía con los ciudadanos, están aún más obligados si cabe a predicar con el ejemplo. Pero haciéndolo con sentido, no con un discurso cargado de incoherencias.

Bien está que el PSOE de Cádiz decida apartar a Marta Meléndez de su función pública tras ser imputada en un grave asunto de corrupción, el de las obras en los colegios que nunca llegaron a ejecutarse. El 'caso ISE' es de tal gravedad que lo mejor que puede hacer Meléndez es centrarse en su defensa para demostrar la inocencia que proclama. Pero lo que no es de recibo es que su partido tome esta medida sólo con ella. Obvia otros casos tan o más graves como el de Meléndez. Para Angelines Ortiz o Pilar Sánchez hay otra vara de medir. Para ellas dos, estar imputadas no es motivo para apartarlas de nada. Un doble rasero que no tiene sentido se mire por donde se mire. O se es firme o no se es.

Y en este caso, la decisión tomada por la agrupación municipal socialista y ratificada ayer por su líder provincial huele tanto a venganza que es imposible sostener el discurso contrario. Irene García ratifica la decisión de Fran González pero ni siquiera hace referencia a los otros asuntos. O al de Federico Pérez Peralta, en este caso no imputado, sino con sentencias firmes en contra.

Flaco favor se hace a sí mismo el Partido Socialista. Bien es cierto que si apartaran de sus funciones a todos los responsables que tienen imputados, desde Magdalena Álvarez a los del 'caso ERE' o el 'caso Bahía', tendrían que hacer una profunda remodelación en sus filas. Pero, aplicando el dicho popular, «o todos moros o todos cristianos».