El yihadista burlón

La apariencia burlona y jactanciosa de Abubakar Shekau difiere tanto del aspecto docto de Ayman Al-Zawahiri, el sucesor de Osama bin Laden, como del rictus grave de Mokthar Belmokthar, el líder de Al-Qaida del Magreb Islámico. Los tres comparten adhesión a los postulados más radicales del islam y a las virtudes del eco audiovisual, pero las diferencias de su expresión evidencian talantes muy diferentes dentro de la común voluntad yihadista.

Frente a la sobriedad de sus aliados en la fe, el último vídeo difundido del líder de Boko Haram ofrece toda clase de muecas, gestos petulantes, amenazas terribles y una cuidada puesta en escena, al aparecer rodeado de guerrilleros bien pertrechados y vehículos armados. Una sádica expresión de regocijo acompaña la confesión del secuestro de las niñas y su intención de venderlas. Esa soberbia, que incluso le ha conducido a declarar que su siguiente objetivo será EE UU, contrasta con el escaso conocimiento real que existe del individuo. No se saben ni su edad ni su origen.

Algunas fuentes le atribuyen nacionalidad nigerina y otras sitúan sus raíces en el Estado nigeriano de Yobe, donde se halla la aldea de Shekau. Sus intervenciones manifiestan un conocimiento fluido del árabe, el hausa y el kanuri, idioma de los pueblos ribereños del lago Chad. Dawul Tawhid, su apodo, se traduce como 'la morada del monoteísmo' y alude al bagaje teológico.