Cita previa

En los momentos actuales resulta complicado en un día cualquiera presentar en un organismo los documentos correspondientes a un asunto. Para que los documentos, cualesquiera que éstos sean, puedan ser comprobados resulta obligatorio solicitar cita previa, de tal manera que si no es así, sólo queda el recurso de presentarlos en el registro, sin garantías de éxito en su tramitación, porque el funcionario sólo se encarga de recibirlos y entregar la copia sellada, en caso de existir errores o faltar un documento, el proceso se paraliza hasta que sea subsanado.

Hay organismos y oficinas centrales, que por su dimensiones se puede observar fácilmente los funcionarios tan numerosos que tienen como única tarea la atención al público, en ocasiones, llegan a superar al número de ciudadanos que esperan ser atendidos. Lo que supone una contradicción administrativa en toda regla. Pues a pesar de esto, un ciudadano va a presentar su expediente y no se lo pueden tramitar porque precisa solicitar cita previa, que en el caso que nos ocupa supone retrasar los trámites siete días. No resulta fácil aceptar estos condicionamientos, cuando en ese mismo lugar, hay funcionarios que en ese momento, no tienen público para atender, estando 'cruzados de brazos' o 'entretenidos' con el ordenador, me parece injusto y por eso envío esta carta.