Luis de Guindos conversa con el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, y el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaeuble. :: EFE
Economia

España y diez países de la UE acuerdan aplicar la 'Tasa Tobin' a la banca en 2015

De Guindos anuncia en Atenas un «principio de pacto político» sobre un impuesto financiero que podría dejar en Hacienda hasta 4.900 millones

ATENAS. Actualizado: Guardar
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La popularmente conocida como 'Tasa Tobin' será una realidad a lo largo de 2015. El ministro español de Economía, Luis de Guindos, anunció ayer en Atenas que los once países que acordaron impulsar el impuesto sobre las transacciones financieras (ITF) ratificaron su compromiso «político» de cerrar este asunto en el Ecofin de mayo -antes de las elcciones europeas- con la vista puesta en que pueda entrar en vigor a principios de 2015, según los cálculos más optimistas. Respecto al impacto recaudatorio, «aún es muy pronto para saberlo» pero las estimaciones más optimistas preveían en España unos ingresos de entre 4.200 y 4.900 millones cuando la totalidad de la tasa estuviera operativa, algo que no sucederá hasta dentro de varios años.

El asunto se abordó en la reunión de ministros de Finanzas de la Unión Europea celebrada de forma informal en la capital griega, que este semestre ostenta la presidencia europea. España, Bélgica, Alemania, Estonia, Grecia, Austria, Portugal, Eslovenia, Eslovaquia, Francia e Italia -estos dos últimos ya tienen una tasa aprobada- son los estados miembros que han decidido impulsar un gravamen que en su conjunto podría dejar en las arcas nacionales en torno a 35.000 millones, según los cálculos realizados por los técnicos de la Comisión Europea.

Tampoco se puede obviar que este movimiento político tiene mucho de maquillaje electoral de cara a los decisivos comicios de mayo, una cita marcada por el creciente euroescepticismo y por el hartazgo de los ciudadanos por la forma de gestionar la crisis económica. El objetivo de esta tasa es garantizar que el sector financiero, el mismo que provocó la crisis y el que más ayudas ha recibido durante la misma, no solo contribuya a los ingresos públicos de forma más sustancial, sino que se logre poner cierto freno a las operaciones más especulativas. Bruselas ha propuesto que la tasa grave con un 0,1% las transacciones de acciones y bonos, y con un 0,01% las de derivados, aunque este tema se cerrará en mayo.

Sea como fuere, lo cierto es que se impulsará y se hará a corto plazo, en cuestión de meses, ya que los trámites burocráticos se han estimado en torno a medio año. Se implantará de forma gradual, paso a paso, de forma que primero se aplicará a las acciones tanto en el mercado de contado como en el de derivados y luego al resto de productos. «Primero vamos a ver cómo funciona y después iremos tomando decisiones», matizó el ministro.

Respecto a dónde se gravarán las operaciones, aseguró que se hará fundamentalmente en función del principio de emisión. No obstante, se dejará la puerta abierta a que en determinados casos se tenga en cuenta ya que hay países que no tienen emisores importantes. Uno de los principales peligros de los que habían advertido los detractores de la 'Tasa Tobin' es la deslocalización que podría sufrir los participantes respecto a países como Reino Unido. Pero ayer, fuentes comunitarias rechazaron esta posibilidad en estos primeros pasos del gravamen. No hay que olvidar que uno de los activos que más recaudación podía dejar en las maltrechas arcas nacionales era la deuda pública-el 25% del total-, pero este escenario, de momento, no se contempla.

El 12 o el 13% del fondo

El Ecofin de ayer también sirvió para apuntalar los cimientos de la unión bancaria. Uno de los problemas que ahora se debaten es el reparto de cargas dentro del Fondo Único de Resolución de 55.000 millones que serán aportados por los bancos y que se utilizarán para solventar hipotéticos problemas de entidades europeas. El ministro, que siempre ha hablado de que la aportación española girará entre el 10 y el 15% del total, concretó ayer que será del 12 o del 13%, es decir, entre 6.600 y 7.150 millones. «Hay que establecer mínimos comunes sobre los depósitos, que serán la clave, o el riesgo de la entidad. Pero no tengo dudas de que llegaremos a un acuerdo», recalcó al ser preguntado por las dudas manifestadas por su homólogo alemán, Wolfgang Schäuble.

De Guindos también se pronunció sobre los test de estrés a los que el Banco Central Europeo (BCE) someterá a los 128 principales bancos de la Eurozona a lo largo de este año. «La banca española llega en una situación confortable. Estoy convencido de que la inmensa mayoría serán capaces de pasar tanto la revisión de la calidad de los activos como el test de estrés sin dificultades», recalcó tras conocer de primera mano las explicaciones que en el Ecofin les dio la nueva responsable de supervisión del BCE, Danièle Nouy.