Economia

Bruselas ultima acelerar el fondo común que podrá liquidar bancos

El instrumento tendrá 55.000 millones y los países discuten contra el reloj con la Eurocámara como y quién decidirá el cierre de una entidad

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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La Unión Europea vuelve al abismo. Y de nuevo por la Unión Bancaria, el proyecto «más importante desde la creación de la moneda única» y clave para que países como España afronten con decisión la recta final de la salida de crisis. Algo así como que no haya bancos españoles, italianos, alemanes o franceses; sólo entidades europeas que respondan a futuras crisis como un todo, bajo el paraguas comunitario y no con parches nacionales. Un salto cualitativo que quizá no pueda darse por la férrea oposición del Parlamento Europeo. Y el reloj sigue avanzando.

Anoche, al cierre de esta edición los ministros de la zona euro debatían en Bruselas cómo completar un sudoku que debe estar cerrado mañana -la legislatura concluye en pocas semanas por las elecciones europeas de finales de mayo-. De no hacerlo, el proyecto se retrasaría hasta 2015, lo que supondría un golpe mortal para la recuperación económica.

Con el Mecanismo Único de Supervisión (MUS) ya definido y aprobado -entrará en funcionamiento en noviembre-, los países llevan meses intentando levantar el segundo pilar, el llamado Mecanismo Único de Resolución (MUR), órgano que tendrá la potestad de decidir cómo, cuándo y por qué un banco europeo puede ser cerrado en cuestión de días. Es decir, que la última palabra sobre el futuro del Banco Santander, el BBVA, el Popular o Kutxabank -en total, 16 entidades españolas- estará en primera instancia en el Banco Central Europeo (BCE) y después, en el MUS, dotado con un fondo de liquidación.

El diseño es compartido por los Veintiocho, pero faltan los detalles. Alemania, apoyada por Holanda o Finlandia, quiere ceder poco o nada (sobre todo soberanía bancaria) y el resto, con Francia, España e Italia, apuestan por envidar a grande.

El fondo de resolución será de 55.000 millones, aportados por las entidades financieras residentes en los países del euro. Según el acuerdo de diciembre, debía crearse en 10 años y hasta que se produjera la mutualización completa en 2026 estaría formado por compartimentos nacionales, a fin de que cada país hiciera frente a sus contratiempos. La fórmula sería gradual, de forma que el primero año será con el 90% de dinero nacional y el 10% europeo, el segundo 80-20, el tercero 70-30... El acuerdo existe, pero la Eurocámara exige reducir a tres años la mutualización completa.

De cinco a siete años

No se bajará tanto, aseguran fuentes de toda solvencia, pero sí se descenderá hasta una horquilla de entre siete y cinco años. La primera fórmula es defendida por la Comisión y la segunda, por el BCE. Y ambas rechazadas por Berlín, que ha exigido que si finalmente se reduce a cinco años la mutualización de los riesgos, también los bancos deberán duplicar su ritmo de poner dinero. Todo ello para evitar que los contribuyentes alemanes sigan pagando los rescates de sus socios. Berlín 'dixit'.

El mensaje de optimismo es compartido por todos los ministros de Finanzas del euro, pero lo cierto es que la intranquilidad reina en el ambiente. Tanto, que ayer por la mañana, y durante varias horas, los ministros de Alemania, España, Francia, Italia y Holanda -Wolfgang Schäuble; Luis de Guindos; Pierre Moscovici; Pier Carlo Padoan y Jeroen Dijsselbloem- se reunieron de forma extraordinaria para intentar cerrar hoy, en el Ecofin, un acuerdo definitivo que colme las aspiraciones de una exigente Eurocámara que nadie se tomó en serio en diciembre, cuando se vendió sin tenerlo comprado un acuerdo calificado de «histórico».

Pero hay más cuestiones que negociar. ¿Quién decide cuándo y qué banco debe cerrarse? En el proyecto consensuado por los Veintiocho, dejaba todo el peso de la decisión en un nuevo ente 'ad hoc' integrado en el MUR y que estaría directamente 'dirigido' por los países, no por la Comisión o por el BCE, como exige el Legislativo. Sin duda, es el hueso más duro de roer puesto que en Berlín ya han dicho que por aquí no pasan. Tampoco por ampliar la red de seguridad más allá de los 55.000 millones del nuevo fondo de resolución, con nuevas vías de financiación.