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Legalidad de la ilegalidad anunciada

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Impedir la admisión a trámite de la impugnación del Gobierno sobre la declaración soberanista del Parlamento catalán, justificándolo en que es una declaración política que carece de efectos jurídicos, es lo que nos dice la vicepresidente del Tribunal Constitucional. Una de las integrantes del 'clan de los pascualines', afines ideológicamente a la izquierda española y que entiende contra todo pronóstico, que en Derecho es mejor curar que prevenir, cuando además, en el debate informal habido entre magistrados para orientar al ponente sobre la sensibilidad del pleno, este es contrario a esta tesis. Será que quiere hacerse notar, al igual que Celia Villalobos, que no es que se deje notar sólo por lo acontecido el otro día en la votación, sino cuando le sale la vena de 'portera-verdulera' y que me perdonan todas ellas. En fin, aquí desde hace tiempo se viene anunciando un golpe al Estado, ya que en puridad el Golpe de Estado debe ser considerado cuando se materializa. Por eso digo que en el mundo jurídico debe prevenirse antes que tener que curar, cuando el destrozo está realizado. Y el destrozo se está produciendo.

No tiene ningún sentido no darse por enterada del acuerdo del Tribunal Constitucional de este verano, que prorrogó por anticonstitucional la declaración de Parlamento catalán, advirtiendo que tiene efectos jurídicos que afectan a la propia constitución del Estado. En juego una vez más el sentido y extensión del concepto 'soberanía nacional'. Dice el texto constitucional que 'la soberanía nacional reside en el pueblo español' y que 'la Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española.' Por su parte, el Código Civil dice que 'las normas se interpretarán según el sentido propio de sus palabras.atendiendo fundamentalmente al espíritu y finalidad de aquellas'. Yo me pregunto constantemente ¿es que no está claro la literalidad de lo expuesto? Aceptar las exigencias de los nacionalistas supondría dejar huérfano de soberanía al resto de ciudadanos. Queda patente pues, el trasfondo más que reaccionario de los postulados nacionalistas, consistente en desposeer al resto del elemento definidor por antonomasia de los postulados revolucionario liberal que se concentran en dotar al ciudadano de 'soberanía'.

Los políticos catalanes, que no necesariamente el pueblo catalán, nos acostumbraron en el anterior siglo y parece que en este se pretende, a los pronunciamientos golpistas. Si no, hagamos memoria: el golpe anti republicano de 1934, las intentonas golpistas en el bando republicano durante los años 1936-1939. Ahora viene Mas, chuleándonos a todos y haciendo alarde de la célebre frase de Pablo Iglesias: «el partido estará en la legalidad mientras la legalidad le permita adquirir lo que necesita; fuera de ella cuando no le permita realizar sus aspiraciones».