La España posrescate aún debe ajustar 37.000 millones

A las 00.01 horas del pasado 23 de enero de 2014 (fecha para el recuerdo), España dejó de estar formalmente rescatada por Bruselas. Lo hizo entre sonoras salvas después de 18 meses de ajuste y reestructuración en los que 'sólo' se han usado 41.300 de los 100.000 millones de dinero público dispuestos por Europa para sanear una parte concreta, pero relevante, de su sistema financiero. Hoy, la palabra «éxito» domina el discurso cuando se habla de España y su «salida limpia del programa de asistencia financiera». Un optimismo desbocado de clara influencia política -en mayo hay elecciones europeas- que amaga con eclipsar una dura realidad que obliga a España a ajustarse en otros 37.000 millones en tres años para cumplir, sí o sí, el déficit pactado a fuego con Bruselas.

Pese a las loas procedentes de la Comisión Europea o instituciones como el FMI, el trasfondo no ha variado. «Los retos a los que se enfrenta España son considerables y no debe haber autocomplacencia», advierte el vicepresidente económico de la Comisión, Olli Rehn, el mismo que augura una década para recuperar parte de lo perdido.

El presidente, aun en la mejor de las hipótesis, se enfrenta al más difícil todavía. Después de que Bruselas concediera dos años más (de 2014 a 2016) para alcanzar un déficit del 2,8% del PIB, ya no caben excusas. España es el país de la Eurozona con el déficit más desbocado, algo incomprensible para mentes como la de Angela Merkel, que no entiende cómo España puede gastar al año 65.000 millones más de lo que ingresa, como pasó en 2013.

«Hay que cumplirlo y no les quepa la menor duda de que lo vamos a hacer», insiste De Guindos en cada visita a Bruselas. Hacerlo obligará al país a ajustarse en otros 37.000 millones más en los próximos tres años. En 2014 deberá bajar del 6,5% al 5,8%, lo que significa dejar de gastar 7.000 millones a lo ya recortado. ¿Cómo? O subiendo impuestos o recortando en gastos. Son matemáticas, no caben varitas mágicas. La cura de adelgazamiento no termina aquí. En 2015, año electoral, año en el que Rajoy «bajará» los impuestos -algo que aún no termina de creerse la Comisión-, llegará otro ajuste de 16.000 millones para cumplir el 4,2%, y en 2016, el nuevo Gobierno tendrá que ajustar otros 14.000 millones.

Moncloa fía este cumplimiento a la mejoría económica que derive en más empleo y más dinero para las arcas públicas. Pero tanto la Comisión como el BCE hace tiempo que 'aconsejaron' la receta a seguir. Más inversión productiva, menos impuestos y, sobre todo, más recorte en gasto corriente. Aún quedan otros 37.000 millones de ajuste... Más que un reto, toda una hazaña.