La voz de Al-Qaida irrumpe en la conferencia de Ginebra sobre Siria

Mientras en Ginebra el régimen sirio y la oposición política tratan de buscar una salida dialogada al enfrentamiento civil, el líder de Al-Qaida (AQ), Ayman al-Zawahiri, envió un mensaje a los grupos armados para que detengan la guerra interna y centren sus esfuerzos en combatir al Ejército de Bashar el-Asad. «Nuestros corazones están sangrando, el corazón de nuestra nación islámica está sangrando cuando vemos la lucha interna entre los muyahidines en Siria. Ustedes son la esperanza de nuestra nación islámica para el establecimiento de un gobierno islámico en las tierras de Siria, la tierra elegida de la yihad», señaló el clérigo egipcio en un mensaje de audio de cinco minutos difundido a través de Internet.

Los combates entre los rebeldes sirios y los yihadistas del Estado Islámico en Irak y el Levante (EIIL), grupo vinculado a Al-Qaida que opera en Irak y Siria y formado mayoritariamente por combatientes extranjeros, han causado en veinte días casi 1.400 muertos, según los datos recogidos por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, organización independiente con sede en Londres. El brazo oficial de AQ en Siria es el Frente al-Nusra, pero el EIIL opera al margen de las órdenes de Al-Zawahiri, ha unido los frentes de Irak y Siria y mantiene sus posiciones en el norte del país controlando ciudades enteras como Raqqa, la única de las catorce capitales de provincia en el país dominio control opositor.

Las palabras del sucesor de Osama bin Laden al frente de la organización terrorista se cuelan en la agenda de una cumbre de paz que vivió ayer una jornada destinada a preparar el primer cara a cara entre las dos delegaciones. El enviado especial de la ONU a Siria, Lajdar Brahimi, se reunió por separado con régimen y oposición para ultimar los detalles de una negociación que «es muy delicada y cualquier palabra puede ser aprovechada para sabotearla», explicó la portavoz del organismo internacional, Corine Mommal-Vanian. El proceso se encuentra en una fase muy inicial y fuentes cercanas a la negociación aseguraron a este medio que «es imposible hablar a estas alturas de detalles concretos» como corredores humanitarios, alto el fuego o intercambio de presos.

Damasco quiere que la «lucha contra el terror» sea el punto central de las conversaciones y el mensaje de AQ refuerza la tesis de los representantes de El-Asad. La propia oposición, que aspira a obtener una hoja de ruta que establezca un calendario para la transición, acabó centrada en el tema del terrorismo al que el líder de la coalición, Ahmed Jarba, dedicó gran parte de la rueda de prensa que ofreció a última hora de la tarde. Jarba acusó a El-Asad de ser el «instigador» de estos grupos y reprochó a las autoridades que no ataquen las posiciones yihadistas en las zonas liberadas, aludiendo incluso a una agenda conjunta entre los extremistas y Damasco.

«En salas separadas»

En su intervención ante los periodistas, Jarba anunció que delega en otro miembro de la coalición opositora -cuyo nombre se conocerá hoy- la dirección de las negociaciones por parte de su grupo. La representación del Gobierno de Damasco la encabezará el ministro de Exteriores, Walid Muallem. Los dos bandos no se sentarán a una misma mesa de negociaciones, aseguró el dirigente de la alianza opositora Monzir Akbik. «Las delegaciones de la oposición y el régimen van a estar en salas separadas y no van a hablar directamente, sino a través del mediador Brahimi», añadió Akbik

Irán, poderoso aliado regional de Bashar el-Asad, es el gran ausente en este proceso de Ginebra 2, al que llegó a estar invitado por la ONU durante unas horas. Pero sus mensajes resuenan cada día en los cuarteles generales de las dos delegaciones. El último llegó ayer desde la vecina Davos. donde el presidente, Hasán Rohani, tomó parte en el Foro Económico Mundial. Según el mandatario iraní, «la mejor solución es organizar elecciones libres y democráticas en Siria».