La presidenta andaluza y el presidente del Santander, la pasada semana. :: VIDAL. EFE
Acuerdos Estrategia

Una agenda de mujer de Estado

El de Botín es el primero de los acuerdos con las principales empresas para atraer inversión a Andalucía

SEVILLA. Actualizado: Guardar
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El presidente del PP andaluz y alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, se preguntaba extrañado este viernes ante la plana mayor de su partido cómo Susana Díaz osaba un día hacerse una foto con Emilio Botín -tras un acuerdo que inyecta 500 millones de euros a la caja de la Junta andaluza y becas para jóvenes en paro- y al otro defender una ley que expropia y multa a los bancos, la llamada ley antidesahucios. Díaz llegó a viajar a Bruselas para entrevistarse con el presidente del Parlamento, Martin Shulz, cuando era consejera de Presidencia, hace solo nueve meses, para defender esta ley capitaneada por IU, su socio de gobierno.

Quizás la pregunta que debió hacerse Zoido es por qué el principal banquero español y uno de los más influyentes en Europa quiso romper su propia costumbre de no salirse de su ámbito, las sedes de sus bancos o foros similares, para pronunciar un discurso político en la sede de la presidencia de Andalucía, San Telmo, con el que respaldaba las oportunidades de inversión en esta comunidad y de paso a su presidenta desde hace solo cinco meses. Una presidenta socialista que gobierna con comunistas.

El dirigente del PCE y portavoz de IU en el Congreso, José Luis Centella, quien negoció mano a mano con Díaz el acuerdo de Gobierno en la Junta, opina que si se hizo la foto fue porque Botín quiso y entrevé una estrategia del banquero del Santander para advertir al Gobierno de Rajoy, especialmente a su ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, de que deje de apretar las tuercas de la austeridad a las comunidades y les permita más gasto.

Los socialistas hacen una lectura más simple y pragmática. Andalucía, con ocho millones largos de habitantes, debe interesar a todas las grandes empresas y esto no hay que hacérselo ver, pero sí que contribuyan a que su negocio «también deje empleo en la región». Es lo que pretende Susana Díaz -dicen en la Junta- desde que asumió el poder en septiembre.

Díaz lanzó un mensaje machacón de que con su llegada a la presidencia comenzaba «un tiempo nuevo», pero poca credibilidad recogió en la opinión pública dado que sonaba a lo mismo que habían dicho sus antecesores, incluido Griñán solo cuatro años antes.

Modelo productivo

Díaz se entrevistó con todos los grandes empresarios andaluces nada más asumir la presidencia para ganarse su confianza, lo mismo que hizo Griñán un año antes tras firmar el pacto con IU. Ambos hablan de un modelo productivo nuevo frente al de solo turismo y ladrillo para generar empleo. Sin embargo hay muchos matices que les diferencia.

Empezando por la banca. Griñán padeció sin poder hacer nada el desmoronamiento de las cajas andaluzas, el soporte financiero de la Junta durante décadas, y con ello se desvaneció el viejo sueño de su antecesor, Manuel Chaves, de una gran caja andaluza. También sufrió el desaire de los mercados financieros a la hora de colocar deuda andaluza. Fue uno de los primeros convencidos de que la crisis era financiera, de los bancos. Llegó a acusar a estos de ejercer «una usura repugnante» en el asunto de los desahucios y en la cicatería con las empresas, a las que no daba crédito. Su discurso era parecido al de Izquierda Unida.

La foto con Botín muestra que Díaz no sigue ese discurso y marca diferencias, aunque siga gobernando con IU. Huye de lo que su grupo cercano llama el 'bolivarismo' del socio de gobierno y aborda otra estrategia. En lo ideológico irrumpe con fuerza con un discurso españolista -en el asunto catalán- que logra entusiasmar a los medios conservadores (el mismo día del pacto con Botín, el pasado miércoles, la entrevistó en la Cope su principal periodista, Ernesto Sáenz de Buruaga). Díaz llama la atención como un valor en alza en el PSOE, como queda refrendado con la asistencia de todos los barones de su partido a su ascenso a la secretaría general de los socialistas andaluces el 24 de noviembre.

Ambos logros le servirían en otro cometido. Ya entonces había desplegado una agenda de contactos discretos, sin focos, con los principales dirigentes empresariales de España, aquellos que cotizan en Bolsa en el Ibex 35. Una agenda que parece más de un político de Estado que de una presidenta de una región del sur de Europa, aunque Andalucía sea más poblada y extensa que muchos países europeos.

Con Botín se entrevistó en diciembre, pero antes lo hizo con los presidentes de Mercadona, el grupo de la Caixa y los de las eléctricas, Endesa e Iberdrola. Las entrevistas fueron a petición propia, pero aseguran en el Gobierno andaluz que no encontró demasiados inconvenientes para que se celebraran. Su agenda oculta empezó a ser más interesante incluso que la pública: entrevistas con el Rey, Rajoy y los alcaldes del PP andaluces.

Todos hablan en San Telmo de su gran capacidad de trabajo, que estresa al más espabilado. Todo en su estrategia empezó a encajar el pasado miércoles con el primer acuerdo, el del Santander. El PP ve en ella un afán por coleccionar un álbum de fotos que la haga famosa y popular cara a unas elecciones (ella insiste que será primero cabeza de cartel en Andalucía que en España).

Horizonte electoral

Aunque ningún político pierde el horizonte electoral, Susana Díaz es consciente de que con la imagen solo no sirve. Díaz huye del discurso pesimista del PSOE (Rubalcaba) y reconoce hace dos semanas brotes verdes en la economía de España, como Rajoy. Los datos de diciembre muestran que Andalucía crece más que la media de España en empleo, pero hay que recordar que Andalucía es la comunidad con más paro, un 36% de su población activa y el 60% de sus jóvenes. Los populares achacan el paro a los 31 años de gobiernos socialistas. «Algo debe haberse hecho mal», reconoce Díaz.

Pero la andaluza no está dispuesta a que cuando el empleo suba sea el PP de Rajoy quien se apunte el tanto. Reprocha a Rajoy que no destine a Andalucía un plan de empleo especial como sí hace con otras comunidades y machaca un mensaje: «Nos hemos marcado como objetivo crear empleo por encima de la media nacional. Movilizar recursos y unir fuerzas para que en 2014 Andalucía lidere la creación de empleo en España. Todas nuestras políticas están orientadas a la creación de empleo, esa es nuestra principal prioridad», subraya en cada foro.

Susana Díaz no conseguirá de Rajoy un plan de empleo especial, pero piensa obtenerlo de las grandes empresas que hacen negocio en Andalucía. El primer convenio estaba pensado con Isidro Fainé, presidente del grupo CaixaBank, y trataba también de un plan de empleo para jóvenes. Pero Botín se adelantó. Habrá acuerdo con Fainé, aseguran en la Junta. Este lunes la firma y la foto será con César Alierta, presidente de Telefónica. Está avanzado el acuerdo con el presidente de Iberdrola, José Ignacio Sánchez Galán, y también se habla de otro con Borja Prado, presidente de Endesa.

Pero la agenda de Díaz no será solo nacional. El último fin de semana del mes se entrevista con el presidente europeo Durao Barroso en Bruselas. La pregunta, volviendo a las dudas de Zoido, es si será el comienzo de otro plan de entrevistas para que vengan inversores extranjeros a nuestra comunidad.