FCC cede el control de su filial energética para reducir deuda

Dicho y hecho, aunque casi tocando la campana. FCC se comprometió meses atrás a acabar el año con una deuda neta inferior a los 6.000 millones, y finalmente lo ha conseguido. Para ello ha traspasado el control (el 51%) de su división energética a un grupo financiero «independiente» con sede en Madrid -según se autocalifica-, que suele actuar como intermediario para otros potenciales inversores en distintos sectores, por ejemplo, el fondo HG Capital -especializado en proyectos de energías renovables en Europa- y el gigante financiero estadounidense IAG.

La operación sólo supondrá un ingreso directo de ocho millones para el grupo que controla (50,5% del accionariado) Esther Koplowitz, aliada con los magnates estadounidenses Bill Gates y George Soros -suman casi el 10% del capital- desde hace pocas semanas. No obstante, lo principal son las sinergias que produce. La más importante, que al traspasar también la parte correspondiente del pasivo que arrastraba esa filial, se reduce en consecuencia la deuda del grupo. En concreto, 763,3 millones menos, de modo que su saldo negativo se situaría ahora en el entorno de los 5.800 millones.

La retirada de FCC de su negocio energético -ya anunciada meses atrás en su nuevo plan estratégico, que preveía la venta de activos por valor de 2.500 millones- contempla, no obstante, una salvaguarda para la compañía. Y es que se reserva casi tres cuartas partes (el 74,5%) de las plusvalías que se generen (además de los flujos de caja correspondientes) por la venta de algunos de los proyectos que aquel comprende, centrados en fuentes renovables.

En su afán por reducir deuda, FCC ha acometido cuatro regulaciones de empleo este año. Al cierre del tercer trimestre entró en pérdidas -675 millones frente a los 40 millones de beneficios de hace un año-, en buena medida por la caída de ingresos -un 10% menos hasta octubre para un total de 4.965 millones-.