EL PUERTO

«Una gran parte de la plantilla se vería obligada a rescindir su contrato»

Los trabajadores de Sadiel realizarán el martes una manifestación en Cádiz en protesta por la intención de la empresa de trasladar a 66 empleados a Sevilla

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Los trabajadores de Sadiel Desarrollo de Sistemas, SDS, continúan con su lucha para intentar frenar el traslado de 66 personas de la plantilla a las instalaciones en Sevilla el día 19.

Ayer, se reunió el comité de empresa con representante de Ayesa AT, empresa matriz, en el Sercla, Sistema Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales de Andalucía, para intentar llegar a un acuerdo entre ambas partes, algo que no ha sucedido.

Carlos Armengol, vicepresidente del comité, explicó ayer que «la empresa sigue con su postura, no busca otras alternativas para mantener el empleo».

Los trabajadores reclaman que no se ejecute el expediente de traslado para poder discutir con Sadiel las razones de esa acción. Igualmente han interpuesto una denuncia en el juzgado de Jerez para solicitar que se paralice el trámite del próximo día 19.

Entre las acciones está previsto para el próximo martes en Cádiz, una movilización para mostrar su rechazo a esos traslados y pedir la no destrucción de empleo en la Bahía. Así lo manifestó Carlos Armengol: «Pedimos que los dos sindicatos mayoritarios UGT y CC OO convoquen una huelga general en la Bahía de Cádiz con la intención de unificar todos los conflictos que existen y que conllevará a la desindustrialización».

El representante de los trabajadores no entiende las razones que alegan desde la empresa, «los motivos son la existencia de cuentas que no salen y por motivos organizativos para ser más eficientes, algo que vemos que no tiene sentido, ya que nosotros programamos y no hace falta que estemos allí. No comprendemos que la empresa matriz tenga problemas para que podamos realizar el trabajo a 100 kilómetros de Sevilla».

Los trabajadores ven esta iniciativa el principio del desmantelamiento de la compañía en El Puerto y no ven justos estos traslados. «Es un ERE encubierto, cobrando 800 euros, con familia e hipoteca, una gran parte de la plantilla se verá obligada a rescindir el contrato», concluyó Armengol.